UN GUERRERO QUE LUCHA POR TODOS LOS HUÉRFANOS

"Nunca quise ser padre, pero terminé siendo el padre de mi hermano"

Joshua Alonso se enfrentó en 2017 a una odisea bucrocrática infernal tras el asesinato machista de su madre

Entrevista con Joshua Alonso

Entrevista con Joshua Alonso / periodico

Olga Pereda

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El 20 de febrero de 2017 Joshua Alonso iba de camino al trabajo y recibió una llamada de teléfono. Era su tía. “La casa está ardiendo”, le dijo. El hogar familiar, en el pueblo de Chapela (Redondela, cerca de Vigo), no era lo único que estaba en llamas. Su madre también. Y la expareja de esta, que decidió explotar el domicilio y arrasar con todo. Tras varios años de convivencia y un hijo en común, llevaban un tiempo separándose. El incendio fue un asesinato machista y premeditado. María José, a la que todo el mundo llamaba Sesé, tenía 52 años. Era una mujer feminista, luchadora, creativa, trabajadora, sindicalista, activista de los derechos humanos, divertida y lúcida. Acababa de superar un cáncer de mama y era madre de tres hijos. Los dos mayores, Lucía y Joshua, los tuvo como madre soltera mientras vivía en Venezuela. El hijo pequeño nació en Galicia en 2007, fruto de la relación que mantuvo con el hombre que terminó siendo su asesino.   

Joshua, que entonces tenía 25 años, quiso que se parara el mundo. Pero no se paró. Sesé, a la que admiraba y adoraba, había sido asesinada. Su hermano pequeño, de 10 años, también se quedó sin madre. Y sin padre (el hombre murió en el incendio). “Nunca quise ser padre, pero terminé siendo el padre de mi hermano”, narra a este diario Joshua, informático de profesión y luchador de corazón. Es uno de los rostros más visibles de la batalla que libran “los grandes olvidados de la violencia machista”: los huérfanos. Cada año, unos 40 menores se quedan sin madre por este motivo. Necesitan ayuda, atención psicológica. Y amor. Y dinero.

En Bruselas y en Madrid

Joshua ha llevado la voz de todos ellos al Senado español y al Parlamento Europeo. Allí ha reclamado que se cambien las leyes para que las pensiones de orfandad no dependan de la cotización a la Seguridad Social de la madre. De hecho, el Congreso de los Diputados aprobó el pasado octubre un cambio legislativo para que todos los hijos de asesinadas cobren más prestaciones. Joshua sonríe cuando se le pregunta si está hecho de una madera especial, si es una especie de ave Fénix que resurge de las cenizas. “No, pero soy como mi madre. Ella me enseñó a luchar, a reclamar justicia. Lo tengo en los genes. No me queda otra más que salir adelante y combatir. Soy como mi madre, que se reía hasta en las peores situaciones”.

Sesé era una feminista convencida. Nunca sufrió maltrato. Pero su expareja decidió asesinarla cuando estaban separándose. ¿Por qué? “Yo creo que la vio feliz cuando consiguió recuperarse del cáncer. Compró bombonas de butano y lo planeó todo. Su caso es un ejemplo de que cualquier mujer, da igual lo luchadora y lo fuerte que sea, puede ser víctima, una palabra que, por cierto, no me gusta”, responde su hijo.

"Odisea" burocrática

El asesino de Sesé acabó con ella. Y con la casa y los recuerdos de Joshua. Después del funeral comenzó una “odisea” burocrática dolorosa e infernal. Joshua quería llorar a su madre, pero no pudo. No tuvo tiempo. El seguro no se hizo responsable de la casa al considerar el suceso un suicidio. Ni Sesé ni su expareja habían redactado testamento. Joshua tuvo que enfrentarse al impuesto de sucesiones, la cancelación de deudas, la declaración de herederos, la tutela de su hermano…. Un laberinto de puertas en el que a cada paso que daba le reclamaban el libro de familia, que se quemó en el incendio y que él no podía pedir en ninguna ventanilla al no ser ni el padre ni la madre de su hermano.

“Cada caso es un mundo. Los técnicos deberían recibir formación para que las víctimas tuviéramos una mejor atención y toda la burocracia fuera más fácil. Esta odisea me llevó muchísimo tiempo: escritos de abogados, informes policiales, gastos de notaría… Yo solo quería llorar a mi madre. Y descansar. Por no hablar del acoso que sufrimos mi hermano y yo por parte de algunos medios de comunicación, qué morbo sin sentido”.

Joshua perdió su trabajo. Le pudo la angustia. Con el paso del tiempo, encontró otro. “Otro contrato basura, cómo no”, se queja. Nunca quiso ser padre. Pero se hizo cargo de su hermano pequeño con el corazón en la mano. Le educa y le quiere como una madre y un padre. Tras el brutal suceso, Los dos hermanos tenían los bolsillos pelados. Así que el pueblo de Chapela organizó un concierto benéfico. Gracias al dinero recaudado, Joshua -que hacía tiempo había independizado y vivía en Vigo- pudo reformar la casa familiar de Chapela, a la que regresó para empezar de cero.

La libreta de Sesé

Entre los escombros, descubrió una libreta roja en la que Sesé había escrito reflexiones, poemas y dibujos. Joshua ha cumplido un sueño: convertir la libreta en un precioso libro: 'No camiño do vento', editado por Olga Nogueira y Helena Torres. Cuesta 10 euros y todos los beneficios van a parar al fondo de becas Soledad Cazorla, gracias al cual los huérfanos del maltrato machista (como el hermano de Joshua) pueden pagarse los estudios.

'No camiño do vento' -emocionante y sincero- contiene muchos de los poemas que Sesé escribió en su libreta roja desde el 2006 hasta 2017. También incluye otros escritos que datan de los años 80 y 90, cartas y postales enviadas a amigos y familiares. “Llevamos 2.000 ejemplares vendidos”, explica Joshua con orgullo horas antes de entrar en el Espai Jove la Fontana de Barcelona, donde el pasado 27 de abril presentó el libro en un acto artístico y de homenaje a su madre. “Queda mucho por hacer y por cambiar. Estamos en ello”, concluye el joven, que ha heredado el corazón guerrero de su madre.