El duelo en verano: cómo lidiar con la pérdida de un ser querido en una época feliz

Las vacaciones son una época especialmente complicada para las personas que han perdido a un ser querido

Fundación Mémora cuenta con un servicio especializado de apoyo al duelo con atención telefónica, presencial y en red

El verano es una época especialmente difícil para las personas que han perdido a un ser querido

El verano es una época especialmente difícil para las personas que han perdido a un ser querido / Shutterstock

Xavier Pareja

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El verano es una de las épocas más esperadas del año por todo el mundo. El buen tiempo invita a disfrutar de actividades al aire libre como ir a la playa, darse un chapuzón en la piscina o tomarse una caña en la terraza de algún bar. También es el momento de disfrutar de las tan merecidas vacaciones y desconectar del ajetreo diario con la familia o amigos. Pero en ciertos momentos de la vida, como el fallecimiento de un ser querido, puede convertirse en una época dolorosa.

“La pérdida de un ser querido desencadena emociones muy intensas como la rabia, la culpa o la tristeza que, en muchas ocasiones, nos desestabilizan y escapan a nuestro control. Por ese motivo, las personas dolientes consideran el proceso de duelo como una montaña rusa con muchas subidas y bajadas”, explica Lola Cabrera, psicóloga especializada en duelo de los Espacios de Apoyo de Fundación Mémora. Este proceso no conoce de estaciones y, en fechas señaladas como las vacaciones de verano o la Navidad, el dolor puede acentuarse.

Cómo se vive el duelo en verano

Para una persona que está transitando un proceso de duelo, el tiempo libre y la falta de rutinas puede facilitar la recurrencia a pensamientos acerca de lo que se ha perdido. “Asociamos el verano a tiempo libre, descanso, ocio o a viajes. Esperamos con ilusión la llegada de las vacaciones para compartirlas con familia y amigos. Pero, para una persona que ha perdido un ser querido, estas fechas pueden hacer más evidente la pérdida y aumentar el sentimiento de vacío y soledad”, apunta la experta en duelo.

En este sentido, Cabrera asegura que se trata de momentos en los que el doliente siente la nostalgia por las experiencias pasadas con la persona fallecida. “Aparecen los recuerdos de los veranos compartidos con ese ser querido y que nunca más podrán repetirse”, afirma la colaboradora de los Espacios de Apoyo de Fundación Mémora. A todo ello también hay que sumar otro factor. La red de apoyo, aquellas personas que están cerca del doliente durante el proceso de duelo, también se va de vacaciones. Algo que podría incrementar ese sentimiento de vacío y soledad.

En verano, el sentimiento de soledad y vacío puede volverse más intenso

En verano, el sentimiento de soledad y vacío puede volverse más intenso / Shutterstock

En el caso de los niños, Cabrera asegura que es importante abordar el tema con naturalidad y rompiendo los tabúes. “Muchas veces no son tenidos en cuenta y también están afectados. Hay que tratar el tema con naturalidad y favorecer un clima en el que puedan expresar abiertamente lo que sienten”, apunta la experta. Lo más relevante para abordar el duelo en una época como el verano es garantizarles estabilidad y mantener rutinas. “Sería bueno ofrecerles actividades para que ellos elijan. Planificar actividades para compartir con otros niños, organizar alguna excursión al aire libre y estar en contacto con la naturaleza, etc.”, explica Cabrera.

Las cinco fases del duelo

El duelo es un proceso psicológico, biológico y social que es dinámico y pasa por diferentes fases. Este modelo fue descrito por primera vez por la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross y consta de cinco fases diferentes:

  1. Negación. En esta fase la persona doliente niega una realidad que le resulta devastadora y muestra incredulidad.
  2. Ira. Cuando ya no es capaz de seguir negando el fallecimiento del ser querido se instala la ira como una respuesta a la frustración.
  3. Negociación. Se busca en la religión, en la medicina o en cualquier otra cosa la forma de revertir la situación y aliviar el dolor.
  4. Depresión. Cuando comienza a instalarse la certeza de que la pérdida es irreversible, la tristeza ocupa todo el espacio.
  5. Aceptación. En este punto, se acepta que la persona ha desaparecido y se aprende a vivir sin ella.

“Posteriormente han ido surgiendo otros modelos, como el modelo de tareas descrito por William Worden, que hace hincapié en las diferentes tareas que implica adaptarse a la situación de pérdida. Este es un modelo muy aceptado actualmente y a partir del que se trabaja en psicoterapia”, explica Cabrera.

¿Cómo se gestiona el duelo?

Gestionar el proceso de duelo es importante. De no hacerlo, puede tener consecuencias negativas en la salud física y mental de la persona doliente. “Podría agravar enfermedades que ya padecía o generar nuevos síntomas. El duelo puede cronificarse y, en algunas circunstancias, puede acabar desembocando en patologías como el estrés postraumático, la depresión o el trastorno de ansiedad”, asegura la experta.

En este sentido, es recomendable seguir algunas pautas como cuidarse y descansar o mantener rutinas, entre otras. “Es fundamental comprender el proceso de duelo como algo natural, sin querer correr mucho y respetando los ritmos. Hay que darse permiso para sentir el dolor, pero no hay que aferrarse a él. También hay que darse permiso para sentir momentos de bienestar, buscar actividades gratificantes y mantener la interacción social”, afirma Cabrera.

Entorno y ayuda profesional

Para una persona que está viviendo un proceso de duelo, la red de apoyo es importante. Y la mejor forma de ayudar a alguien que está pasando por una situación dolorosa es acompañándolo. “Hay que mostrar disponibilidad, respetando los espacios y los tiempos del otro. Se tiene que escuchar más y hablar menos. Respetar y no juzgar. Ofrecer consuelo con frases como “la vida sigue” o “el tiempo lo cura todo” no ayuda, puede generar más malestar por minimizar el sentimiento de pérdida y juzgar su reacción”, asegura la psicóloga.

La red de apoyo durante un proceso de duelo es muy importante

La red de apoyo durante un proceso de duelo es muy importante / Shutterstock

Si la situación llega a complicarse, impidiendo un funcionamiento normal de la vida cotidiana, se debe buscar ayuda profesional. “Una personalidad pesimista, un estilo evitativo a la hora de enfrentar los problemas o una muerte traumática pueden ser algunos desencadenantes”, apunta Cabrera. En este sentido, la experta destaca que la participación en grupos de apoyo, por ejemplo, puede ser un buen recurso para compartir, normalizar y validar emociones.

La Fundación Mémora cuenta con un programa gratuito de atención al duelo de forma presencial, telefónica y online. Así, por ejemplo, las familias cuentan con un servicio de apoyo telefónico las 24 horas del día con atención profesional, grupos de apoyo moderados por psicólogos en los que compartir la experiencia, recursos y estrategias; apoyo virtual a través de la comunidad “Tu apoyo en red” y sesiones presenciales de atención psicológica. “La atención de un profesional especializado puede ayudar a la persona a manejarse con las emociones y los pensamientos, y a utilizar estrategias de afrontamiento que faciliten la adaptación”, asegura la psicóloga colaboradora de Mémora.

Lecturas sobre duelo para el verano

Uno de los mejores recursos en estas situaciones son los libros que hablan sobre la temática. En este sentido, Fundación Mémora destaca cinco lecturas: