Cómo afrontar el duelo por la muerte de un ser querido en verano

El verano es una época compleja para afrontar la pérdida de un ser querido

El verano es una época compleja para afrontar la pérdida de un ser querido / Shutterstock

X. Pareja

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La muerte de un ser querido es una situación dura de enfrentar. El duelo que la acompaña es un acontecimiento estresante que afecta a nivel psicológico, biológico y social. Esta experiencia, en definitiva, no deja de ser un proceso adaptativo y natural, en el que las personas dolientes deben acostumbrarse a la pérdida.

En algunos momentos del año, como por ejemplo el verano o en Navidad, el dolor por la pérdida de un ser querido puede verse acentuado. Es una época asociada a las vacaciones, el ocio, el descanso, los viajes y el tiempo libre. “La mayoría de las personas esperan con ilusión la llegada de las vacaciones para compartir su tiempo y disfrutar junto a su familia y amigos; mientras que muchos dolientes manifiestan su deseo de que desaparecieran esas fechas del calendario, pues la ausencia se hace más evidente”, asegura Lola Cabrera, psicóloga especializada en duelo y colaboradora de los Espacios de Apoyo de Fundación Mémora.

Disponer de tiempo libre y la falta de rutinas como, por ejemplo, acudir al trabajo, facilita los pensamientos recurrentes acerca de lo perdido y aumenta el sentimiento de vacío y soledad. “En esta época del año se recuerdan experiencias pasadas de otros veranos compartidos con el ser querido que ya no podrán repetirse”, afirma la experta.

Cómo gestionar el duelo por la muerte de un ser querido

El duelo es una situación muy personal que cada persona vive a su manera. No todo el mundo lo gestiona igual y el autoconocimiento es fundamental. “El proceso de duelo se debe naturalizar. No hay que ir demasiado deprisa y se tienen que respetar los ritmos de cada persona”, apunta Cabrera.

En este sentido, la experta en psicología del duelo destaca que, en general, es importante cuidarse y descansar, compartir los sentimientos con los demás o mantener una serie de rutinas, entre otras. “También hay que darse permiso para tener momentos de bienestar, buscando actividades gratificantes y manteniendo la interacción social”, explica Cabrera.

Lola Cabrera es psicóloga especialista en tratamiento del duelo

Lola Cabrera es psicóloga especialista en tratamiento del duelo / Cedida / Mémora

Gestionar bien el duelo, como cualquier otro problema de salud mental, es fundamental para evitar algunos riesgos. En algunas ocasiones esta situación puede llegar a cronificarse y puede desembocar en patologías como el estrés post-traumático, la depresión o el trastorno de ansiedad.

“Sabemos que el malestar emocional repercute en nuestra salud física, así que puede acabar agravando algunas enfermedades que ya padecíamos o generando nuevos síntomas. Lo que pasa es que no siempre somos capaces de asociarlo a un duelo mal elaborado, ya que los síntomas pueden aparecer meses después de haberse producido la pérdida”, asegura la experta.

¿Cuáles son las fases del duelo?

La persona que vive un proceso de duelo pasa por diferentes fases. Se trata de una situación que va evolucionando a lo largo del tiempo y las emociones que genera son como una montaña rusa. “Durante el proceso de duelo experimentamos diferentes emociones como la tristeza, la rabia o la culpa. Podemos entenderlas como señales que nos informan sobre cómo nos afectan las experiencias, motivándonos a tomar decisiones y a actuar de forma que nos podamos adaptar a la situación”, explica Cabrera.

En este sentido, la experta asegura que se necesita tiempo para volver a alcanzar el equilibrio y, siguiendo la división que describió por primera vez Elisabeth Kübler-Ross, distingue cinco fases del duelo:

  1. La negación: La persona doliente muestra incredulidad y no cree que la pérdida haya pasado.
  2. La ira: En una segunda fase reacciona contra la realidad con rabia y frustración.
  3. La negociación: La persona doliente busca en la religión, en la medicina o, en cualquier otra cosa, la forma de revertir la situación para aliviar el dolor que siente.
  4. La tristeza: Cuando reconoce que la pérdida es irreversible, llega el momento de la tristeza.
  5. La aceptación: Se naturaliza la muerte y se aprende a vivir sin el ser querido que ha fallecido.

En la actualidad, según la psicóloga experta en duelo, han ido surgiendo nuevos modelos que describen el proceso de duelo. Un ejemplo es el de las tareas, descrito por primera vez por William Worden. “Este modelo hace hincapié en las diferentes tareas que implica adaptarse a una situación de pérdida. Es un modelo muy aceptado actualmente y se trabaja en psicoterapia”, apunta Cabrera.

Qué papel juega el entorno en un proceso de duelo

El papel del entorno (familia, amigos o compañeros de trabajo, entre otros) es fundamental para ayudar a una persona que atraviesa un proceso de duelo. El rol que juegan las personas que rodean al doliente tiene que ser de acompañamiento y, bajo ningún concepto, se debe interferir en el proceso de duelo.

Frases de consuelo como “la vida sigue” o “el tiempo lo cura todo”, lejos de lo que se cree, no ayudan. “Contrariamente a lo que pretende el entono, estas frases no sólo no ayudan, sino que crean más malestar al tratar de minimizar el sentimiento de pérdida y al juzgar la forma de reaccionar del doliente”, afirma Cabrera.

Para la experta, la clave es acompañar. “La mejor forma de ayudar es mostrar disponibilidad, respetando los espacios y los tiempos del otro. Se tiene que escuchar más y hablar menos. Así que yo diría que, fundamentalmente, el entorno ha de estar disponible, acompañando, escuchando, respetando y no juzgando”, explica la experta.

Ayuda profesional y grupos de apoyo

En muchos casos el acompañamiento del entorno puede ser suficiente. Cuando el proceso de duelo se complica es necesario buscar ayuda especializada. Sobre todo cuando este impide el funcionamiento adecuado de la vida cotidiana. Algunos factores que pueden contribuir a ello, según Cabrera, serían una personalidad pesimista, un estilo evitativo a la hora de enfrentar las dificultades, una muerte traumática o inesperada, la pérdida de un hijo o la ausencia de apoyo por parte del entorno.

“La atención de un profesional especializado puede ayudar a la persona a manejarse con las emociones y los pensamientos, y a utilizar estrategias para enfrentarse a la situación para facilitar la adaptación al nuevo contexto”, afirma Cabrera.

Un recurso cada vez más extendido son los grupos de apoyo, como los ofrecidos por Mémora a través de sus Espacios de Apoyo. “La participación en grupos de apoyo también puede ser un buen recurso donde compartir, normalizar y validar las emociones, y apoyarse durante el proceso”, afirma Cabrera.

¿Cómo tratar el duelo en niños durante el verano?

La muerte de un ser querido también afecta a los niños y, lejos de lo que se cree, no hay que apartarlos de esta situación para protegerlos. Cabrera apunta a que no hay que convertir la muerte en un tabú con ellos e insiste en la importancia de naturalizar la cuestión. “Cuando se pierde a un ser querido, todos los miembros de la familia se ven afectados. Los niños también, aunque no siempre sepan expresarlo o lo hagan de forma distinta a los adultos”, explica Cabrera.

Los más pequeños no tienen que vivir ajenos a la muerte o el duelo, es importante una educación que naturalice estas cuestiones

Los más pequeños no tienen que vivir ajenos a la muerte o el duelo, es importante una educación que naturalice estas cuestiones / Shutterstock

En este caso siempre hay que garantizarles estabilidad, respetar sus ritmos y mantener sus rutinas. En el caso del verano, cuando sus rutinas se ven alteradas por el fin del curso escolar, es bueno planificar actividades de su elección, organizar excursiones al aire libre y garantizar su socialización con otros menores.

“Es posible que en verano acostumbraran a ir de colonias o pasar unos días con los abuelos. Sería recomendable mantener esas actividades en la medida de lo posible. Por otro lado, es importante que nos mantengamos disponibles, compartiendo tiempo, permitiendo la expresión de sus sentimientos y validándolos”, afirma la psicóloga.

Apoyo al duelo

Fundación Mémora ofrece recursos a las familias para abordar todo aquello relacionado con el final de la vida. En el caso del duelo, por ejemplo, se ofrecen servicios de acompañamiento como un teléfono de atención psicológica 24 horas, grupos de duelo y espacios de palabra, la comunidad web “Tu apoyo en red”, acompañamiento psicológico y espacios para el recuerdo.