El hombre asesinado por su novia en Calella había sido detenido por malos tratos

Los Mossos d’Esquadra han arrestado en la madrugada de este lunes a Carol, una mujer de 42 años, por matar a Pablo, su pareja, un hombre también de 42 años, con el que convivía en el interior de un bar cerrado al público ubicado en los bajos número 20 de la Avinguda de Vallderoure, en la población de Calella (Maresme). Los hechos han ocurrido sobre las cuatro de la madrugada. Según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO, Pablo había sido detenido por malos tratos en más de una ocasión en los últimos años. Esos arrestos, sin embargo, no llegaron a juicio porque la propia Carol intervino para evitarlo.

A puñaladas

La policía catalana ha recibido esta madrugada un aviso por pelea. Cuando las primeras patrullas han llegado al lugar indicado, un bar, han encontrado el cuerpo de Pablo tendido boca abajo en el interior del establecimiento. Junto al herido se encontraba su pareja sentimental, Carol. El hombre presentaba heridas de arma blanca en la espalda. Una ambulancia del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) ha acudido en su auxilio, pero, debido a la gravedad de las puñaladas, no ha podido salvarle la vida.

Los investigadores se han llevado a la mujer a la comisaría de Granollers, sede de la región policial metropolitana norte de los Mossos, donde ha sido formalmente detenida como autora de este crimen. Trabajadores del Hotel Bon Repós, situado justo en frente, han visto cómo los agentes sacaban del bar a Carol.

'La Terraza de Pablo'

Pablo era originario de Colombia, como Carol. Ambos, además de pareja sentimental, compartían la propiedad del bar en el que han sucedido los hechos. Lo abrieron hace unos cinco años, y Pablo le puso su nombre: La Terraza de Pablo. El crimen no ha ocurrido en el Papa’s Bar, que está ubicado justo al lado y cuyo dueño ha pedido este lunes a los periodistas que resolvieran el mal entendido que se ha generado después de que algunos medios de comunicación hayan vinculado el asesinato con este segundo bar.  

'La Terraza de Pablo' ocupa el espacio de una planta baja de un edificio blanco y cuadrangular. Los vecinos que viven sobre este local aclaran que el bar estuvo abierto algún tiempo pero, después, los apuros económicos obligaron a Pablo y a Carol a cerrar. Desde entonces, comenzaron a usar el local para vivir. 

"Abrían los viernes por la noche o algún sábado. Pero solo para sus familiares, para encuentros de su entorno. Tenían hermanos y familiares que viven en Calella. Entre semana estaba siempre cerrado y creo que no tenía licencia desde hacía mucho tiempo", aclaraba uno de los vecinos, que remarca a este diario que ambos –agresora y víctima– parecían llevarse bien. Aunque algunas veces discutían a gritos, admite, y hace solo dos semanas alguien llamó a la policía debido al ruido que armó de noche una pelea entre ambos.

"Era agresivo con las mujeres"

Esa pelea de hace dos semanas a la que alude este vecino, por fecha, cuadra con un episodio relatado por el dueño de otro bar situado cerca del crimen. "Tuve que echar a Pablo y a su novia de mi bar porque discutieron y se pegaron", asegura. "Él era agresivo con las mujeres", remarca una tercera vecina, que prefiere permanecer en el anónimato, y que asegura que Pablo algunas veces se había puesto violento con ella y también con una camarera del bar del que fue expulsado hace quince días.

Según las fuentes consultadas por este diario, peleas como las que describen estos últimos vecinos eran frecuentes y ambos mantenían una relación más bien tóxica. Pablo ha sido arrestado en más de una ocasión por malos tratos tras alguno de esos episodios. Pero Carol intervino para que la detención no cristalizara en un proceso judicial.

Escenario de un crimen

Junto al cartel de 'La terraza de Pablo' este lunes hay una bandera recogida de su Colombia natal. Las persianas del local están cerradas. En la entrada principal hay una cinta policial y un precinto que prohíbe el acceso. Salvo algún trabajador del hotel, que estaba despierto de madrugada y ha visto a la mujer entrando en un coche de la policía, ningún vecino ha presenciado nada de lo ocurrido. La mayoría se ha despertado y, al ver el despliegue policial que rodeaba el bar, han creído que se trataría de un desalojo. Han sabido por la prensa que era un crimen.  

Los primeros indicios apuntan a que durante una discusión la mujer ha apuñalado presuntamente a su novio por la espalda y que esas heridas han acabado provocando su muerte. Las pesquisas acaban de comenzar. A primera hora de la mañana, varios agentes de la policía científica se han acercado en busca de pruebas biológicas. El caso se encuentra bajo secreto de sumario dictado por el juzgado de guardia que ha asumido la instrucción.

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