Alcohol y salud

La presión social a los adultos abstemios: "Para mis amigas verme cenar con un refresco y no con vino era horrible"

Jóvenes abstemios presionados para beber: "Todos me preguntan por qué no bebo. A quien bebe nadie le pregunta"

Así puedes ayudar a prevenir que tus hijos adolescentes consuman alcohol

Mataró 01/07/2023 . Sociedad . Adultos abstemios sufren la presion social de beber. Es el caso de la pareja Juancho Montero y Merche Jimenez. En la foto beben y brindan con agua. Foto de Maite Cruz

Mataró 01/07/2023 . Sociedad . Adultos abstemios sufren la presion social de beber. Es el caso de la pareja Juancho Montero y Merche Jimenez. En la foto beben y brindan con agua. Foto de Maite Cruz / Maite Cruz

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El consumo de alcohol no es sólo cosa de jóvenes. La presión social para beber se encuentra en todas las edades. Aunque la necesidad de aceptación externa disminuye con el tiempo, la sociedad no deja de intentar imponer unos estándares a aquellas personas que no actúan como la mayoría. Juancho Montero es médico de familia y no ha bebido nunca. "No trae ningún beneficio", explica y, aunque siempre ha sentido esa presión, ha visto que la insistencia para que consuma alcohol disminuye con la edad. "Cuando tienes 50 años la gente ya no se atreve a decirte según qué cosas", apunta.

La presión social para beber se mantiene con la edad, pero la necesidad de aceptación disminuye

Treinta años atrás sí que sentía mucho más esa imposición, sobre todo en la facultad. "Me llegaron a meter alcohol en mi refresco porque querían que me emborrachase", recuerda. Sin embargo, la insistencia no ha desaparecido del todo. "Ahora ocurre con el vino. En las comidas te insisten para que pruebes tal vino porque está muy rico. Al final, acabas accediendo a tomar un poco, y no porque te apetezca en absoluto, si no por esa presión social. Parece que todo el mundo cree que te pierdes algo muy importante en la vida al no beber alcohol, o vino en este caso".

"La gente asume que como todo el mundo bebe vino, tú también tienes que beber"

"Lo normal es beber. Los raros somos los que no bebemos", apunta Mercè Jiménez, también médico de familia y pareja de Montero. "La gente asume que como todo el mundo bebe vino, tú también tienes que beber", añade.

Comparte la sensación Lourdes Egea, farmacéutica de la misma generación que Montero y Jiménez. Ella no bebe por salud y porque no le gusta. Le ha costado que sus amistades dejen de preguntarle por qué no bebe. "Parecía que yo fuera la rara, la sosa del grupo, y tuve que acabar dando explicaciones. Como era por salud, ya lo entendieron", señala. Para ella, ha sido complicado que la gente entienda que no querer beber no significa que seas una persona estricta o que no quieras pasártelo bien. "Para mis amigas era horrible verme cenar con un refresco en vez de con vino", relata Egea.

Cambiar el planteamiento

"La sociedad cree que el vino es un alimento beneficioso para la salud, incluso se ha creado el bulo de que es beneficioso para el corazón” continúa Montero. "Y es muy peligroso. Es una bebida alcohólica, que está muy extendida y muy normalizada". Jiménez afirma que hay que cambiar el planteamiento que tenemos del alcohol: "Hemos evolucionado mucho con lo del tabaco, la gente ya ve mal su consumo, en cambio estamos mucho más atrás con lo del alcohol".

"En los paquetes de tabaco vemos pulmones reventados, en cambio, en las botellas de vino, ¿has visto alguna vez un hígado destrozado?", añade Montero, señalando las diferencias entre la normalización y la presión comercial de ambas sustancias. "Es curioso porque el alcohol, igual que el tabaco, tiene muchas consecuencias negativas en la salud, pero es que el alcohol además causa accidentes de coche, conflictos personales, familiares y laborales", apunta Jiménez.

Ambos coinciden en que el consumo crónico del alcohol tiene muchas consecuencias perjudiciales para la sociedad y para la salud. Jiménez señala las lesiones cerebrales y aumentos de conflictividad como efectos del alcohol, y considera que "la sociedad no quiere ver que el alcohol es una sustancia alarmante. A no ser que seas un borracho, beber no está mal visto". Montero advierte de que "hay muchísimas patologías asociadas al alcohol; demencias, problemas de conductas, trastornos del humor, temblores crónicos... si vivieramos en una sociedad abstemia, el ahorro en salud sería espectacular".

Suscríbete para seguir leyendo