Tenencia de arma prohibida

Los Mossos denunciaron al hijo del candidato de Vox en Barcelona por llevar una porra extensible en la Bonanova

Colau denuncia ante la Fiscalía los cánticos nazis e insultos de la protesta anti-okupa de la Bonanova

El hijo del alcaldable fue identificado por agentes antidisturbios de la policía catalana después de las dos manifestaciones a favor y en contra de las ocupaciones de La Ruïna y El Kubo

Mossos d'Esquadra vigilan uno de los edificios de la plaza de la Bonanova, donde se encuentran los edificios okupados La Ruïna y el Kubo, a 11 de mayo de 2023, en Barcelona, Catalunya (España).

Mossos d'Esquadra vigilan uno de los edificios de la plaza de la Bonanova, donde se encuentran los edificios okupados La Ruïna y el Kubo, a 11 de mayo de 2023, en Barcelona, Catalunya (España). / David Zorrakino - Europa Press

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

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Los Mossos d’Esquadra denunciaron el pasado jueves al hijo del candidato de Vox al Ayuntamiento de Barcelona, Gonzalo de Oro-Pulido, por tenencia de arma prohibida en la vía pública durante la manifestación del pasado jueves 11 de mayo en la plaza de Bonanova contra las ocupaciones de 'El Kubo' y 'La Ruïna', según las fuentes consultadas por EL PERIÓDICO.

El hijo del candidato de Vox fue abordado por agentes antidisturbios ARRO de la policía catalana después de las manifestaciones, que finalizaron casi a las diez de la noche y sin incidentes. Fue identificado y denunciado por llevar una porra extensible cuando se encontraba junto a las casas okupadas.

Los agentes hicieron constar asimismo que sufrieron "faltas de respeto" y de consideración por parte de otras dos personas vinculadas a la misma formación política.

Los hechos sucedieron sobre las diez de la noche, cuando ya habían acabado las dos manifestaciones de signo contrario que se citaron en la plaza Bonanova. Los Mossos desplegaron un dispositivo con más de 300 agentes que blindó el espacio público al considerar de riesgo --3 sobre 4 en la escala policial-- la jornada.

El operativo policial consistió en evitar que se encontraran los manifestantes partidarios de las okupaciones con los que estaban en contra. Entre estos segundos estaba la empresa Desokupa, que había prometido acabar con las okupaciones en días anteriores pero que finalmente acudió a la concentración de repulsa y no trató de intervenir. La policía catalana había dejado claro que no podía hacerlo dado que en un estado de derecho los únicos que pueden desalojar son los cuerpos policiales y por orden de un juez.

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