Descubrimiento en ratones

Factores externos que alteran las células favorecen la aparición del cáncer de páncreas

Una vacuna experimental de ARN muestra resultados prometedores en el cáncer de páncreas

El primer mapa genético de "toda la humanidad" abre la puerta a una nueva revolución médica

Una investigación preclínica publicada en 'Science' puede ayudar a detectar o incluso prevenir tumores pancreáticos

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Patricia Martín

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Aunque la tasa de supervivencia del cáncer de páncreas ha aumentado, sigue siendo el más letal. Solo el 12% de los enfermos sobrevive a los cinco años, principalmente porque cuando se descubre es demasiado tarde y está en fase avanzada. De ahí que la investigación se centre en averiguar qué provoca que las células se conviertan en cancerígenas, en busca de terapias en fases más tempranas.

Uno de los estudios preclínicos que ha dado resultados más esperanzadores ha sido el desarrollado por la doctora española Direna Alonso-Curbelo, miembro del Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), junto con investigadores del Memorial Sloan Ketterin Cancer Centre (MSKCC) de Nueva York, que ha sido publicado este jueves en 'Science'.

La investigación revela que las mutaciones en el ADN, que son causas ya estudiadas en el cáncer, en concreto la mutación del oncogén KRAS es frecuente en tumores en el pulmón, colorrectal y páncreas, solo explican una parte del desarrollo de la enfermedad. Tienen que aparecer otros factores externos como, por ejemplo, una lesión de los tejidos que provoque inflamación, lo que modifica la identidad de las células y su entorno y favorece la aparición y progresión de los tumores. En el páncreas esa "lesión tisular" puede provocarla, por ejemplo, una pancreatitis, según explica la científica española.

Los investigadores han combinado modelos de ratón modificados genéticamente con métodos computacionales, con el fin de estudiar la capacidad de las células de mutar y han descubierto que en el cáncer de páncreas las modificaciones celulares y del entorno empiezan a producirse rápidamente, entre 24 y 48 horas después de que se produzca la lesión, y ocurren de forma predecible.

La comunicación

Como consecuencia, la capacidad de algunas células -con el oncogén KRAS mutante- para comunicarse e interactuar con otras células de su entorno aumenta enormemente. "Las células precancerosas adquieren la capacidad de enviar y recibir muchas más señales que una célula normal", explica la doctora Dana Pe'er, una de las autoras principales del estudio. "Y vimos que esto no es aleatorio: está estructurado. Se observan los mismos patrones una y otra vez cuando se realizan los experimentos en diferentes ratones".

El estudio se caracteriza por el uso de innovación computacional. "Tuvimos que inventar una serie de métodos nuevos para responder a preguntas que no se suelen plantear sobre plasticidad, comunicación célula a célula y progresión tumoral", añade la doctora Pe'er.

Nueva hoja de ruta

El avance supone, además, la culminación de una línea investigadora iniciada por la científica española Alonso-Curbelo, que detalla mecanismos epigenéticos, es decir, cambios que activan o inactivan los genes sin cambiar el ADN, por los que la inflamación favorece la iniciación del cáncer.

En conjunto, la investigación "proporciona una nueva hoja de ruta que puede ayudar a desarrollar estrategias para detectar o incluso prevenir tumores pancreáticos antes de que alcancen fases avanzadas", según el doctor Lowe, miembro del Memorial Sloan Kettering Cancer Center. "Comprender cómo las redes de comunicación entre células impulsan el inicio es prometedor para el desarrollo de terapias que bloqueen o ralenticen la progresión temprana e incluso potencialmente la enfermedad más avanzada", añade.

La publicación de la investigación tiene lugar al día siguiente de que los primeros resultados de un ensayo clínico con 16 voluntarios hayan demostrado que una vacuna experimental de ARN mensajero retrasa potencialmente la recaída en los pacientes con cáncer de páncreas.