Colectivos vulnerables

El Govern externaliza una casa de acogida de menores tutelados en Tarragona

Padres de acogida: "Si el niño vuelve con su familia biológica lo asumiremos y pensaremos que lo hemos hecho bien"

Adoptar niños con necesidades especiales: "Nunca quisimos ser una familia perfecta"

Drets Socials explica esta decisión para reforzar la plantilla de otros centros públicos y asegura que nadie perderá su trabajo

Un joven, en un dormitorio de un centro de menores de Catalunya.

Un joven, en un dormitorio de un centro de menores de Catalunya.

Elisenda Colell

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La Generalitat ha decidido subcontratar la gestión de un centro de acogida para menores tutelados que hasta ahora había sido gestionado por funcionarios públicos. Se trata de la Llar Xaloc, que tiene 10 plazas para acoger a adolescentes de 12 a 18 años en Tarragona, y que cuando se resuelva la adjudicación pasará a llamarse ‘Gregal’. La Conselleria de Drets Socials explica la decisión para poder aumentar la plantilla de personal en otros centros de la misma ciudad: "Nadie perderá su trabajo. Es una decisión para reforzar el personal", insisten fuentes del 'departament'.

Desde hace más de una década, la Llar Xaloc acoge a adolescentes desamparados de 12 a 18 años que no pueden vivir con sus padres o familiares más directos en Tarragona. Forma parte del Centre d'Acollida La Mercè, de titularidad y de gestión de la Generalitat, que está integrado por dos 'llars' más: Mestral, que tiene 24 plazas para niños de 4 a 12 años, y Tramuntana, que acoge a 14 niñas de 12 a 18 años. Este centro de acogida es el primer lugar al que acuden los niños cuando se destapa un caso de desamparo familiar: ya sea abusos en la infancia o graves negligencias parentales. Solo deberían estar ahí seis meses, hasta que se les traslada a un equipamiento más definitivo, pero el equipo educativo asegura a este diario que estos tiempos no se cumplen y se pueden alargar hasta dos años.

El complejo de acogida La Mercè, en Tarragona, es uno de los pocos centros para atender menores tutelados que gestiona la Generalitat, un servicio 100% público donde trabajan funcionarios. El 89% de los centros de esta tipología los gestionan entidades sociales o fundaciones. Por ello, la decisión de la 'conselleria' de subcontratar este servicio se ve como un caso flagrante de "privatizción", según fuentes sindicales consultadas.

Petición de más personal

La decisión se toma tres meses después que la dirección de estos tres hogares pidiera un refuerzo de personal. "Pedimos un redimensionamiento de la plantilla para poder dar respuesta y cobertura a las múltiples necesidades de los niños y jóvenes que ingresan", explican fuentes del centro. La respuesta llegó hace apenas dos semanas, con la noticia de la subcontrata que la 'conselleria' ya había activado a inicios de marzo. "La Generalitat nos dijo que no podían contratar a más personal y que iban a externalizar uno de los tres hogares", siguen estas mismas fuentes.

El Govern ha decidido, pues, cambiar a manos privadas la gestión de uno de estos tres hogares para que el personal público sobrante pueda reforzar la plantilla de los otros dos centros que segurirán siendo públicos. "Este cambio de centro no supone la pérdida de ningún profesional del sector público, al contrario: se refuerzan los equipos porque se pueda trabajar mejor", explican fuentes de la 'conselleria', que asumen que los niños que llegan a este equipamiento necesitan más personal. "Debemos garantizar la mejor atención de los niños y jóvenes atendidos, algunos con necesidades especiales", añaden desde el Govern.

La solución ha sentado muy mal entre los funcionarios que trabajan en el centro. "No tener en cuenta el actual equipo educativo y optar por la externalización muestra la falta de importancia que la DGAIA dá a la calidad del trabajo educativo y la mejora de la situación de los jóvenes", se quejan. También denuncian falta crónica de medios en los centros de atención de estos menores, que no se va a resolver con esta externalización. "Es inasumible: no hay motivos sociales ni económicos que justifiquen esta subcontratación; en un momento en que se vuelve a hacer valer todo lo público", añaden.