Educación en Catalunya

Un 40% de niños catalanes se quedaron sin 'casal' de verano el año pasado

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La Aliança Educació 360 reclama al Govern la universalización del ocio educativo en julio y agost para combatir una desigualdad que impacta en el aprendizaje

Laura Guerrero

Laura Guerrero / Laura Guerrero

Helena López

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Las cifras no dejan lugar al debate. En 2022, cuatro de cada 10 niños se quedaron sin actividades de ocio educativo de verano porque sus padres no pudieron pagarlas. Conscientes de que los 'casals', las colonias y los campamentos son oportunidades educativas "necesarias y relevantes" para el desarrollo educativo y socioemocional de los niños y jóvenes [y de que muchas veces los niños y niñas que no participan en los 'casals' por cuestiones socioeconómicas son los mismos que tampoco pueden salir de la ciudad de vacaciones, con lo que se pasan meses pasando calor en sus pisos, normalmente pequeños], desde la Aliança Educació 360 reclaman al Govern de la Generalitat políticas para asegurar la universalización del ocio educativo de verano como pieza clave para reducir las desigualdades educativas.

El 72% de niños con recursos participan de alguna actividad de ocio educativo durante el parón escolar, frente al 41% de los vulnerables

Todos los estudios indican, además, que la pérdida de aprendizajes durante el parón escolar afecta especialmente a los grupos socialmente más vulnerables, impacto que se suman a los muchos factores de desigualdad educativa con los que conviven durante todo el año, como el acceso a las extraescolares, lo que hace que los meses de verano sirvan para cronificar una brecha creciente año tras año sin que hoy por hoy haya un plan de acción firme y uniforme en todo el territorio para hacerle frente (la fotografía varía mucho en función de la voluntad política y la capacidad económica de cada municipio).

La participación en 'casals' de verano ha ascendido hasta el 60%, pero todavía está lejos del 83% de participación en las actividades extraescolares durante el curso

La Aliança Educació 360 -impulsada por la Federació de Moviments de Renovació Pedagògia de Catalunya y la Fundació Bofill y de la que forman parte decenas de ayuntamientos, consejos comarcales y Diputaciones- ha presentado este jueves los resultados de la Encuesta de Participación en Actividades de Verano 2022, que pone cifras a la consabida desigualdad de acceso a las actividades de verano de los niños y adolescentes entre 6 y 16 años en Catalunya.

Hay un dato clave: mientras los niños de nivel socioeconómico alto tienen una participación en estas actividades del 72%, solo participa en ellas un 41% de los que tienen un nivel socioeconómica bajo. El informe muestra también que el aumento en los últimos diez años de la oferta de verano y de las ayudas a familias y entidades ha situado la cifra general de participación en actividades de verano en el 60%, pero todavía está lejos del 83% de participación en las actividades extraescolares durante el curso.

Las familias consultadas apuntan que el precio de las actividades de verano es el principal obstáculo a la participación entre las familias de bajo nivel socioeconómico. El 88% de las encuestados cree que debería ampliarse la oferta de actividades gratuitas durante el verano, y el 81% considera que deberían aumentarse las ayudas económicas a las familias con dificultades.

Servicio público

Desde la Aliança Educació 360 consideran que es momento de pasar de "la cultura de ayudas" a "la configuración de una política pública que asuma las actividades de verano como servicio público y universal", señala Enric Aragonès, director de la alianza.

A ojos de Enric Aragonès, "es urgente que el verano deje de ser un factor de aumento de las desigualdades educativas", por lo que pide al Govern, especialmente a través de los Departaments de Educació y de Drets Socials, una política "de país" que articule las medidas municipales, especialmente dirigidas al 30% de las familias en situación de pobreza".

Entre la lista de propuestas concretas, destacan las becas y ayudas para garantizar un mínimo de dos semanas en 'casals' y un sistema de ayudas directas a las familias con seguimiento de los servicios sociales o con beca comedor.

Otras de las medidas planteadas son servicios complementarios (comedor, acogida, etc.) de bajo coste o gratuitos que cubran las necesidades de los niños, adolescentes y jóvenes vulnerables y la reserva del 30% de las plazas de los 'casals' de verano (de titularidad municipal o financiadas con fondos públicos) para participantes de familias sin recursos económicos.