Dos detenciones

Un estafador mitómano tima 300.000 euros a la clase alta de Barcelona

Ha alquilado chalets, suites y apartamentos de gama alta fingiendo que es el heredero de una fortuna familiar

BARCELONA 29/10/2020 Barcelona Érase una vez en el barrio... 40: la Vila Olímpica. Subhasta del Front Marítim. Ambiente en el barrio, pero que se vea e frente Marítimo y el Hotel Arts, que ha comprado todos los locales, ahora discotecas. FOTO de RICARD CUGAT

BARCELONA 29/10/2020 Barcelona Érase una vez en el barrio... 40: la Vila Olímpica. Subhasta del Front Marítim. Ambiente en el barrio, pero que se vea e frente Marítimo y el Hotel Arts, que ha comprado todos los locales, ahora discotecas. FOTO de RICARD CUGAT / RICARD CUGAT

Guillem Sánchez

Guillem Sánchez

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Darwin volvió a mostrarse colaborador con los agentes de los Mossos d'Esquadra que habían venido a arrestarlo. Ya los conocía: eran los mismos que lo detuvieron el mes pasado. Como entonces, se limitó a admitir que quien lo denunciaba tenía razón y repitió que no podía dejar de actuar como lo hacía porque era una persona diagnosticada de mitomanía, un trastorno psicológico que le empujaba a mentir para disponer de la atención de su entorno.

Como en la ocasión anterior, fue trasladado a la comisaría de Les Corts –lo cual implicó dejar de dormir entre las sábanas de una de las mejores suites de Barcelona para hacerlo sobre el poyete de un calabozo policial– y después pasó a disposición judicial. También en esa segunda ocasión salió en libertad. Los agentes del distrito de Sarrià-Sant Gervasi, que lo han detenido en dos ocasiones en el espacio de un mes, sospechan que Darwin deja a su paso más víctimas que las cinco que, de momento, lo han denunciado en Catalunya. Y se temen que ahora mismo puede estar alojado otra vez en uno de los rincones más exclusivos de la ciudad y que no piensa pagar la cuenta.

Las mentiras

Darwin es un joven de 27 años y de nacionalidad peruana que se mueve por la capital catalana desde hace solo un par de meses. Nunca lleva documentación encima y usa nombres falsos. También se ha inventado una vida que no es la suya: finge ser de nacionalidad americana y el heredero de una fortuna familiar. En las últimas semanas ha alquilado chalés y suites enredando con ese cuento a los propietarios, con quienes se reunía acudiendo a los encuentros al volante de un Lamborghini. Los Mossos estiman que ha estafado unos 300.000 euros.

La primera víctima que acudió a los Mossos, en febrero, fue la dueña de una residencia de la zona alta de Barcelona. Explicó a los policías que recientemente había alquilado la planta inferior de su domicilio a un americano. El joven dijo que tenía intención de quedarse a vivir ahí durante 18 meses pero que deseaba residir durante un fin de semana para comprobar sus sensaciones. La propietaria, a cambio de una fianza, aceptó la prueba y el interesado le mostró una captura de teléfono de un banco estadounidense con la cantidad acordada.

El joven exprimió aquel fin de semana: montó fiestas y comidas con decenas de invitados. El lunes se esfumó. La transferencia nunca llegó. La mujer traía la captura enviada por el estafador y los Mossos comprobaron con una consulta telefónica que la entidad que aparecía referenciada había desaparecido dos años atrás.

La primera detención

En los días posteriores, los investigadores recibieron más denuncias parecidas. Una la presentó el dueño de un chalé, también de la zona noble de la ciudad, que afirmaba haber alquilado su propiedad a un joven que pretendía instalarse allí un mes entero. El alquiler, de 16.500 euros, no iba a ser un problema. Para tranquilizar a la víctima, mostró con su teléfono la cuenta corriente de su padre. Según detalló, estaría en la ciudad ese tiempo para resolver el cobro de la herencia de su madre. Estuvo viviendo en esa cada durante semanas, hasta que el dueño lo denunció.

Otra denuncia la presentó un hombre que alquilaba un chalé en Sitges. Como en los dos casos anteriores, un joven extranjero había alquilado su propiedad y había mandado un 'pantallazo' de una transferencia que nunca llegó. El inquilino, aclaraba el denunciante, parecía disponer de fondos porque el día que lo citó para firmar el contrato de alquiler se presentó en un coche conducido por un chófer. Los Mossos arrestaron por primera vez a Darwin, que admitió los hechos y salió en libertad con cargos por estafa y falsificación documental.

La segunda detención

Tres semanas más tarde, los Mossos recibieron la visita de un directivo de uno de los mejores hoteles de Barcelona, uno de cinco estrellas gran lujo. Contó que un cliente, un joven americano que se presentaba como el heredero de una fortuna familiar, había alquilado para todo el año la suite dúplex, que cuesta 22.000 euros al mes. Supuestamente había ordenado la transferencia desde un banco estadounidense y había aportado capturas telefónicas para aclarar que, aunque no constara todavía el ingreso dado que al tratarse de un banco americano podía demorarse, el movimiento había sido ejecutado. Pero lo cierto es que pasaban los días, la transferencia no llegaba y el joven seguía ocupando la joya de la corona de aquel hotel sin pagar. Los investigadores de Sarrià-Sant Gervasi supieron enseguida de quién podía tratarse. Y acudieron al hotel a buscar de nuevo a Darwin. Lo encontraron acompañado de una mujer, que aseguró a los policías que antes de vivir en ese hotel habían residido juntos en un 'pisazo' del Passeig de Gràcia.

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