En peligro de extinción

Tras 63 avistamientos: científicos estudian si las tintoreras crían en el Cap de Creus

El centro de inmersión Sotamar se propone confirmar si ya han criado en el cañon submarino de este parque natural del Empordà

9683c4f0 3d83 4569 8fb8 92a10a1e7536

9683c4f0 3d83 4569 8fb8 92a10a1e7536 / Jordi Riera / Sotamar

ACN

ACN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un estudio impulsado por el centro de inmersión Sotamar de Cadaqués ha avistado 63 tiburones azules –tintoreras– en las 54 salidas que hicieron entre abril y el septiembre del 2022 al cañón submarino del Cap de Creus. La mayoría de los ejemplares localizados eran juveniles, de entre 100 y 150 centímetros, pero también observaron recién nacidos. El hallazgo, que coincide con la época de cría, los hace pensar que esta zona podría serun espacio idóneo para el nacimiento de ejemplares de esta especie en peligro crítico de extinción en el Mediterráneo.

"Hay informaciones de investigadores franceses que apuntan a la posibilidad que los diferentes cañones submarinos del golf de Lleó sean áreas de cría", explica el director técnico de Sotamar, Jordi Riera a la Agència Catalana de Notícies.

Desde el 2017, a través de Sotamar, organiza viajes con clientes para hacer inmersiones a diferentes lugares del mundo cuando acaba la temporada turística para ir a ver tiburones. "Llegó un momento que pensé: estás haciendo viajes por todo el mundo pero nunca te has dedicado a mirar si aquí, en casa tuya, en el Cap de Creus, hay", explica.

Y fue así como entre el 2018 y el 2019 empezó a hacer salidas esporádicas ver si encontraba. Fue incorporando técnicas de atracción y aplicando los conocimientos que había adquirido en sus viajes y en 2020-2021 empezó a divisar los primeros ejemplares de tiburón azul al cañón del Cap de Creus. Aquellos dos primeros años, pero, las salidas eran prácticamente testimoniales (14 y 18, respectivamente) y el año pasado decidió tomárselo "seriamente" y hacer un estudio "muy hecho". Para hacerlo, contrató dos biólogas y empezó a hacer salidas regulares en la zona del cañón, donde ya había visto los primeros ejemplares.

Los resultados fueron "muy buenos". Entre los meses de abril y septiembre hicieron 54 salidas y utilizando la técnica de 'chumming' –agua de mar con vísceras de pez aplastadas– que atrae los tiburones desde aguas profundas hasta la superficie. Durante este tiempo consiguieron ver 63, la mayoría durante los meses de junio y julio.

Durante este tiempo, vieron ejemplares de hasta 2,5 metros y de entre 35 y 40 centímetros. De hecho, el más sorprendente de los resultados obtenidos es que, no solo se constata la presencia de esta especie pelágica a la zona, sino que es un punto donde se pueden encontrar muchos juveniles de tallas entre los 100 y los 150 centímetros, y bebés. "Esto es muy interesante porque coincide con la época de reproducción. Por lo tanto, podría ser que den a luz aquí, que es una zona de nacimiento", remarca Riera.

Riera asegura que estas informaciones son muy importantes y "únicas". Sobre todo, porque prácticamente no hay estudios sobre esta especie en el Mediterráneo. "Está considerada una especie en peligro crítico de extinción en este mar porque, a pesar de que era muy abundante a los tres océanos del mundo, la sobrepesca ha hecho menguar la población por todas partes", explica. "Pero aquí el sobreesfuerzo pesquero al que ha sido sometido ha provocado una bajada en el último siglo de la orden del 97%", añade. En este contexto, pues, "el hecho que hayamos encontrado una zona de crecimiento es realmente importante".

De aquí la importancia de dar continuidad en el estudio durante los próximo 4 o 5 años para "confirmar" todos los datos obtenidos. "Las presentamos en octubre al oceanográfico de Valencia en el marco del 4.º Congreso Mundial de Tiburones Shark International y despertó mucho de interés", explica Jordi. Pero para garantizar la continuidad, los hace falta financiación. Hasta ahora, Sotamar ha asumido íntegramente los gastos, que no solo incluyen la contratación de dos biólogas, sino también largas salidas en barca, el tiempo que se dedica y los costes de la comida para atraer los tiburones. "En cada salida pueden llegar a utilizar más de 30 kg de pez", explica.

También se ha puesto en contacto con el Instituto de Ciencias de Mar (ICM-CSIC) y la Fundación Zoo de Barcelona para trabajar bajo el mismo paraguas. Esto incluirá el marcaje de tiburones en esta zona para poder seguir, vía satélite, su comportamiento. El proyecto cuenta con el apoyo de la Asociación Catalana para una Pesca Responsable. "Sabemos que están aquí unos meses pero no sabemos donde van después. No sabemos qué migración hacen a la mediterránea", remarca. "En cambio, sí que se sabe que en el Atlántico se están una época ante las costas americanas y otra al golf de Vizcaya, Gran Bretaña e irlanda", añade Riera.

Riera insiste en la importancia de esta especie por el Mediterráneo y en que habría que "desmitificarlos". "Son depredadores pero no son más peligrosos que otros muchos animales. Si miramos las estadísticas de accidentes mortales producidos por tiburones en el jefe del año, la media se sitúa en unos 10 a nivel mundial. Son datos, por ejemplo, muy inferiores a las otros especies como los perros, que tienen de media unos 25.000 accidentes el año", insiste.

Su principal alimento son los peces pequeños: "Los bañistas no forman parte de su dieta". Y que basta con "respetar una serie de reglas" cuando se nada en una zona donde hay tintoreras. Entre ellas, respetar su espacio.