Crimen machista

El apuñalamiento que condujo hasta el asesino de Dary Luz fue por 25 euros

Los agentes de la Unitat de Investigació de L'Hospitalet de Llobregat lo buscaban desde que intentó matar a un cliente al que vendía cocaína el último día del 2022 y lo identificaron en la calle gracias a su característica cojera

Concentración en Sabadell en repulsa por el crimen machista.

Concentración en Sabadell en repulsa por el crimen machista. / EFE

Guillem Sánchez

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José Abel Paulino Rodríguez, el asesino de Dary Luz, la mujer colombiana asesinada en Sabadell por su pareja sentimental, fue localizado un año y medio después de este crimen machista gracias a la característica cojera que sufre. Tras matar a la víctima, Paulino se refugió en L’Hospitalet de Llobregat. Trapicheaba con cocaína y usaba un nombre falso. En realidad, ha usado al menos tres identidades falsas desde que escapó de República Dominicana, donde le constan antecedentes por homicidio y por tráfico de drogas. En España reincidió en ambas cosas. 

A finales de julio de 2022, Paulino había convencido a Dary Luz para que viajara desde Colombia y se instalara a vivir junto a él en una casa ocupada del barrio de Campoamor, en Sabadell. El 3 de agosto de 2021, una semana después, en plena calle, Paulino comenzó a agredir a Dary Luz durante una discusión, la condujo por la fuerza al interior de la vivienda, la ató, la apuñaló hasta matarla y se dio a la fuga. El grupo de homicidios a cargo del crimen descubrió su identidad real –entonces ya usaba otro nombre: Eddy Javier– y el juzgado de violencia de género de Sabadell colgó una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) contra Paulino. 

Menudeo en L'Hospitalet

El asesino pasó bajo el radar policial durante un año y medio, haciendo vida discretamente en el barrio de Sant Josep de L’Hospitalet de Llobregat. Sobrevivía menudeando con cocaína. Decía ser colombiano y tenía dos teléfono de prepago distintos.

En la madrugada del 31 de diciembre, Paulino citó a un cliente habitual en una calle de su vecindario para venderle medio gramo de cocaína por 25 euros. El cliente le avisó por teléfono de que vendría con 50 euros y que necesitaría los 25 euros de cambio. Cuando estuvieron frente a frente, el cliente le entregó los 50 euros y Paulino le dio medio gramo de cocaína pero nada de cambio. El cliente protestó y su insistencia desencadenó una discusión. Paulino sacó un cuchillo de 30 centímetros y se lo clavó en el pecho y en el cuello

El cliente había acudido junto a un amigo quien, aterrado, trató de mediar. Pero Paulino también dirigió su cuchillo contra el cuello del amigo, que sobrevivió gracias a la bufanda que llevaba anudada. Paulino se dio a la fuga de un escenario de un crimen, por segunda vez en España. Durante dos meses dejó de acudir a los dos bares –uno de ellos de música latina– que frecuentaba para vender cocaína. 

La búsqueda

El cliente de cocaína al que apuñaló por 25 euros estuvo a punto de morir. Pero sobrevivió gracias a una operación de urgencia y, a los pocos días, entregó a los Mossos una descripción de su camello. Facilitó los dos números de teléfono de prepago a través de los que lo contactaba. Lo describió como un hombre de pelo rapado, de estatura media, piel de color canela y corpulento. Añadió que tenía la pierna derecha arqueada hacia el exterior, una lesión que le provocaba una visible cojera

La Unitat de Investigació de L’Hospitalet de Llobregat comprobó que esos dos teléfonos geolocalizaban a Paulino en el lugar de los hechos la noche del apuñalamiento. Estaban a nombre de una vecina de Granada –que no tenía ni idea de cómo su nombre había terminado en una línea de prepago de un traficante de cocaína buscado por apuñalamiento– y a un tal Frederic, al que los Mossos no pudieron localizar. En paralelo a aquellas gestiones, los investigadores montaron un dispositivo de vigilancia de agentes de paisano los viernes y los sábados, por la noche. Pero Paulino no apareció. 

La cojera

La búsqueda de Paulino no se limitaba a aquellas dos madrugadas semanales, que habían escogido porque eran los días de más actividad para la compraventa de cocaína. Los agentes tenían orden de mantener los ojos abiertos entre semana si circulaban por la zona en busca de un hombre cojo con la pierna derecha arqueada hacia el exterior. El miércoles 8 de marzo, una patrulla se cruzó con un hombre así. 

Los agentes salieron del coche, se acercaron a Paulino y le pidieron la documentación. Se identificó como Frederic y entregó un pasaporte fotocopiado con ese nombre. Los Mossos sabían que uno de los dos teléfonos de prepago que usaba el camello que había apuñalado al cliente estaba a nombre de Frederic. Lo arrestaron, lo condujeron al área de custodia de detenidos. Allí le tomaron las huellas dactilares y saltó la coincidencia. 

Frederic, en realidad se llamaba José Paulino y era un hombre de 28 años buscado por el asesinato de Dary Luz cometido el 3 de agosto de 2021 en Sabadell. Las gestiones con el consulado dominicano permitieron averiguar los antecedentes de los que Paulino huía de su República Dominicana y dieron a entender también por qué, en lugar de volver a su país de origen tras matar a Dary Luz, se ocultó en L’Hospitalet de Llobregat, hasta que su cojera lo delató. Paulino ha ingresado provisionalmente en la cárcel y ante la justicia española deberá responder por un asesinato y por dos intentos de homicidio.

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