Iglesia católica

El funeral de Benedicto se celebrará el jueves en San Pedro y será oficiado por el papa Francisco

El cuerpo sin vida del Papa será expuesto a partir del lunes en el mismo lugar para recibir la última despedida

Muere el Papa emérito, Benedicto XVI

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Irene Savio

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Las iglesias del mundo han amanecido este fin de semana doblando a muerto. El expapa Benedicto XVI, cuyo nombre era Joseph Ratzinger, ha fallecido a los 95 años de edad tras debatirse en los últimos días entre la vida y la muerte. El fallecimiento del anciano expontífice alemán, que vivía jubilado desde 2013, se ha producido a las 9:34 horas del sábado en sus aposentos en el convento de Mater Ecclesiae, dentro del Vaticano, según ha confirmado el portavoz vaticano, el italo-británico Matteo Bruni.

Nacido el 16 de abril de 1927 en Marktl, un pequeño pueblo alemán cerca de la frontera con Austria, Benedicto XVI se había ordenado sacerdote en 1951 y, 54 años después, fue elegido Papa tras el fallecimiento del carismático Juan Pablo II. Ratzinger, 265 sucesor de Pedro, se convirtió luego en el primer pontífice en dimitir en 600 años de historia del catolicismo. Su funeral se celebrará el jueves 5 de enero en la plaza de San Pedro y se anuncia discreto, ya que las únicas delegaciones que han sido oficialmente invitadas a la ceremonia son las de Italia y Alemania, su país de origen.

Al mismo tiempo que los medios de comunicación de todo el mundo recogían el óbito, Bruni compareció el sábado en la Sala de Prensa del Vaticano, para dar más información sobre el triste anuncio. El portavoz vaticano, visiblemente conmovido, explicó que Benedicto XVI había recibido la extremaunción el miércoles anterior, después de la misa de la tarde que se llevó a cabo ese día, en un acto que presenciaron las laicas consagradas 'memores domini' que lo atendían, vinculadas al movimiento Comunión y Liberación. 

“Esta mañana les doy una noticia triste. El Papa emérito ha fallecido”, empezó diciendo Bruni. El portavoz también indicó que los funerales del fallecido serán oficiados (“evidentemente”, dijo) por el papa Francisco. Bruni no dio más detalles sobre las exequias, que no tienen precedentes al tratarse de un papa que había dimitido voluntariamente en tiempos de paz, pero subrayó que el cuerpo de Benedicto XVI será expuesto al público a partir del lunes (y por tres días, hasta el miércoles) en la basílica de San Pedro. De esta manera, los fieles podrán dar su "último saludo", afirmó Bruni.

En el día precedente a su exposición en la basílica vaticana, los restos mortales de Benedicto XVI permanecieron en el convento Mater Ecclesiae, y no hubo ni rezos públicos ni visitas oficiales, como había dispuesto El Vaticano. Sin embargo, ya el domingo, Benedicto XVI estaba listo, tal y como se pudo ver en las primeras fotografías difundidas de su cadáver, en las que apareció tumbado sobre un rígido lecho de color burdeos, con las manos recogidas y rostro inexpresivo, vestido con la mitra y un espeso hábito.

El estado de salud del Papa, aquejado por su avanzada edad, se agravó después de Navidad, aunque la noticia se conoció solo el pasado miércoles cuando, durante la tradicional homilía que se suele celebrar ese día, el papa Francisco pidió rezar por él por estar “muy enfermo”. Después de eso, el Vaticano inició a emitir un boletín diario sobre la salud del anciano prelado, aunque sin especificar en ninguna ocasión cuál fue la enfermedad que ocasionó el empeoramiento de sus condiciones. El jueves Bruni incluso precisó, a través de una escueta nota, que Benedicto XVI se encontraba ese día "lúcido", un detalle de no poca importancia para que el Papa recibiese la extremaunción y lo que llevó a algunos a pensar que el Papa había superado la crisis.

De hecho, el último parte médico se había emitido a las tres de la tarde del viernes y había sido un breve texto escrito, sin comparecencia de Bruni. Según este comunicado, Benedicto estaba estable. El portavoz también había precisado que Benedicto había podido descansar "bien" y que incluso había concelebrado una misa desde su dormitorio. Esto último, sin embargo, ya era un indicio del desenlace, pues sugería que el anciano prelado no se podía levantar de la cama. Fue lo último que se supo antes del anuncio de su fallecimiento que, según la tesis más acreditada, ocurrió por problemas respiratorios. "La realidad es que se murió de viejo", resumió un veterano vaticanista español.

El dispositivo funerario es inédito, como lo fue la decisión de Benedicto de renunciar en 2013 al pontificado, lo que abrió la puerta a una atípica época de dos Papas que han convivido juntos y pacíficamente por casi diez años. Con ello, la decisión de Francisco de anunciar en primera persona del agravamiento de las condiciones de Benedicto fue interpretado por algunos vaticanistas como el reflejo de que el pontífice argentino ha querido gestionar él directamente el fin de esta etapa histórica, que puede abrir a otros escenarios en el futuro.

Aún así, gran parte de los expertos consideran poco probable que Francisco presente su dimisión a corto plazo, pese a que él mismo padece de algunos problemas de salud. El propio Papa lo ha sugerido en una de sus últimas entrevistas a la prensa. "Se gobierna con la cabeza, no con la rodilla", dijo hace tan solo algunos días al diario español ABC, al referirse a los problemas de movilidad que en los últimos tiempos le han obligado a desplazarse en silla de ruedas.