emergencia climática

El calor mata 150.000 kilos de mejillones del Delta de l'Ebre

La elevada temperatura del agua del mar durante seis semanas, la causa de haber acabado prematuramente con la cría del mejillón

ACN

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Casi seis semanas consecutivas de temperaturas inusualmente elevadas del agua del mar, hasta los 30 grados, han liquidado prematuramente la cosecha de mejillón de la bahía del Fangar, en el delta del Ebro. Los productores calculan que las pérdidas ascienden a 150.000 kilos, los últimos que quedaban por sacar, pero el agua caliente del mar ha matado también el millón de kilos de cría preparados para próxima campaña, con un coste adicional de 1,5 millones de euros. El sector reclama actuaciones inminentes para garantizar la circulación de agua y reabrir la bocana de la bahía, donde se acumula arena.

"A últimos de julio empezó la mortalidad del mejillón comercial, lo que está preparado para cosechar y comercializar. A principios de agosto ya detectamos que se estaba muriendo la cría. A día de hoy, ya tenemos claro que ha muerto toda la cría y el mejillón comercial de toda la bahía del Fangar", relata a l'Agència Catalana de Notícies (ACN) el gerente de la Federación de Productores de Moluscos del delta del Ebro (Fepromodel), Gerardo Bonet.

La cosecha de la bahía del Fangar se inicia más tarde que en la de la bahía de los Alfacs. Este año, Fepromodel no preveía llegar a los 3,5 millones de kilos de mejillón en total de campañas anteriores, pero la continuidad de las elevadas temperaturas durante semanas ha resultado letal en el caso del Fangar. De nada sirvió acelerar los trabajos.

"A partir de diez días seguidos con la temperatura de 28 grados ya comienza la mortalidad y así ha estado durante cerca de mes y medio", apunta Bonet, que no esconde cierta sorpresa por la resistencia de los moluscos. En cambio, la cosecha de ostras, que mejor soportan estas condiciones extremas, ha acabado resistiendo, según ha subrayado.

Paradójicamente, pues, el sector ve como la ventaja comparativa que le suponía hacer coincidir el momento óptimo de la cosecha con la época estival, de mayor demanda y consumo del molusco, convertirse ahora "casi en desventaja" por los efectos del cambio climático. "El momento óptimo es el verano pero con las altas temperaturas en el Mediterráneo... Si consideramos que un mar tropical tiene unos 27 grados, imagínense el tiempo que llevamos entre 28 y 30 grados en las bahías", resume Bonet.

Tasación de los daños con Acción Climática

Los representantes del sector tienen previsto efectuar, a partir de esta próxima semana, una tasación más precisa de los años causados por el episodio junto con los técnicos del Departamento de Acción Climática. Reponer la cría para volver a sembrar el próximo año –llevándola de Grecia e Italia- les puede suponer un coste de entre un millón y un millón y medio de euros, teniendo en cuenta el gran incremento de costes del transporte.

En este sentido, Fepromodel quiere poner sobre la mesa de la Generalitat la necesidad de vehicular algún tipo de ayuda para los productores. La entidad insistirá de nuevo en la necesidad de que se ejecuten de forma inminente actuaciones para incrementar la circulación de agua en las bahías, el eternamente irresuelto problema al que se enfrenta el sector en el delta del Ebro .

Medidas pendientes

Esto, dice Bonet, pasa por incrementar el aporte del agua dulce que llega de los canales de riego y los desagües pero, sobre todo, reabriendo la bocana del Fangar, que se obtura de arena a un ritmo anual de cierre de cerca de 25 metros. Un proyecto que estudios del año 2007 ya apuntaban y que tanto el gobierno español como la Generalitat han puesto sobre sus planes de actuación en el Delta. El Govern, de hecho, anunció a principios de año que dragará la bocana de la bahía para trasladar las arenas que se acumulan progresivamente a puntos deficitarios. El Plan de protección del Delta estatal incluye actuaciones al respecto. De momento, lamentan los mejilloneros, todavía nada se ha concretado sobre el terreno.