Más huertos y menos jardines de revista: recetas antiincendios para las urbanizaciones

Hay que olvidarse de los jardines de revista. Toca reemplazar arbustos, árboles, toldos y sillas de plástico o madera. Este es el consejo que dan los bomberos y los expertos, especialmente pensando en los vecinos de las urbanizaciones que pueden sufrir mayores afectaciones de incendios forestales. Lo explican tras haber visitado la zona más afectada del incendio del Bages, donde se quemaron cerca de 50 casas. "De por sí, las urbanizaciones tienen un riesgo potencial de incendio forestal al estar al lado del bosque y los vecinos deben tomar medidas al respecto", avisa Ivan Bagan, sargento jefe del Grupo de Estructuras y Colapsos (GREC).

"En River Park hemos encontrado toldos, sillas, bombonas de butano y todo tipo de material acumulado en los jardines que han servido para expandir las llamas y han provocado que se quemen muchas más casas", sigue Bagán. Otro de los elementos que ha ayudado para expandir el fuego son los setos que delimitan las parcelas. Los arbustos que recorren la urbanización, aunque parece que hacen más amable la vista del sitio, son un enorme enemigo para los vecinos. "El fuego se expandió también por esos setos, hay que acabar ya con esto", sigue el bombero, que implora a los ciudadanos que eliminen los plásticos de los jardines, corten el césped y, si quieren poner alguna planta, que sean especies autóctonas adaptables y resistentes contra el fuego, lo que se conoce por 'pirojardineria'. "Hay gente que tiene cipreses en los jardines junto a las ventanas de sus casas. Si usted tiene un ciprés en la ventana, y además no lo cuida y tiene mucho combustible interior... ¡Su casa va a arder!", confirma también Elsa Pastor, profesora e investigadora del Centro de Estudios de Riesgo Tecnológico de Engenieria Química de la Universitat Politécnica de Catalunya (UPC).

Huertos protectores

Esta investigadora, junto a la fundación Pau Costa, el Ayuntamiento de Barcelona y La Caixa, está realizando un proyecto para analizar los déficits de las urbanizaciones o comunidades urbanas de toda la fachada de la montaña de Collserola, perteneciente a la ciudad de Barcelona. "Queremos estudiar precisamente si son resilientes al fuego y cómo lo hacemos para poderlas preparar", explica. Señala los materiales que se usan en las viviendas, también aspectos como son la instalación de persianas (que sean doble cristal o con protecciones para evitar la entrada de las llamas). "Hemos visto urbanizaciones muy precarias, rodeadas de huertos. Puedes pensar que serían las primeras en quemar pero no lo serán porque el huerto las va a proteger. Un huerto es una muy buena defensa contra el fuego", insiste.

El estudio en el que está empezando a trabajar Pastor, que se llama 'Wuicom Barcelona', es de los primeros de esta característica que se hace en Catalunya. "Hay muchísimas zonas urbanizadas en Catalunya que no están preparadas ante un incendio y deben repensarse y ser conscientes de este riesgo", explica la investigadora. Parte del drama vivido en el Bages se explica por los focos secundarios, partículas de fuego que volaron a gran velocidad y entraron en las parcelas", sigue. "Hay que adaptar también nuevas normativas porque incluso en las zonas donde se hacen franjas hay daños de estas características", añade.

Una recomendación que también comparte el bombero Bagan. "Los cambios de normativa son lentos, pero el incendio no lo es. En las condiciones meteorológicas en las que estamos, hoy mismo puede haber otro incendio en otra urbanización donde puede ocurrir lo mismo, por esto es importante que, al menos los vecinos, opten por medidas protectoras. El fuego no va a esperar a que ampliemos las franjas o agilicemos los trámites para limpiar parcelas", insiste el bombero.

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