459 fuegos

Catalunya sufre los peores incendios forestales desde hace 10 años

Calor extremo, ola de incendios y sequías: la crisis climática era esto

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El inspector jefe de los Agents Rurals, Antoni Mur, recuerda que nueve de cada 10 incendios los causa la actividad humana

Pont de Vilomara (Bages)

Pont de Vilomara (Bages) / FERRAN NADEU

EFE

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Catalunya afronta los peores incendios forestales desde hace 10 años. En lo que va de año, se han detectado 459 fuegos, los cuales han quemado 6.534 hectáreas. Las cifras están lejos de las 17.922 hectáreas que ardieron en 2012, pero los Agents Rurals alertan que el terreno afectado durante esta temporada es superior al de las mismas fechas que cursos anteriores. La crisis climática conlleva calor extremo, sequías y olas de incendios. Las autoridades mantienen la alerta por riesgo extremo. En este sentido, la Generalitat mantiene las restricciones hasta el martes.

La 'culpa' de que este 2022 se esté cebando con el territorio la tienen la simultaneidad de incendios de la primera quincena de junio y el gran fuego del Pont de Vilomara, en la comarca barcelonesa del Bages, que la semana pasada calcinó 1.743 hectáreas. Los Agents Rurals mantienen la intencionalidad como principal hipótesis de las llamas.

Catalunya tiene unos dos millones de hectáreas forestales. En otras palabras, dos tercios de su territorio son bosques. Eso se traduce que, en condiciones extremas como las actuales, con una sequía acumulada de dos años y olas de calor encadenadas, la Generalitat haya tenido que restringir el acceso a 11 macizos. También ha limitado la actividad lúdica y agrícola en el medio natural en 357 municipios de 27 comarcas.

Medidas extraordinarias

El inspector jefe de los Agents Rurals, Antoni Mur, afirma que la mayoría de los ciudadanos "son conscientes del riesgo" y que "de forma mayoritaria se cumplen las restricciones y las apelaciones a la prudencia". Mur precisa que estas restricciones son "medidas extraordinarias" que solo se pueden activar cuando hay motivos que las justifican, como ahora, en que las condiciones son "extremas".

No obstante, advierte que los veranos serán cada vez más complicados por el cambio climático. Así, si persisten la sequía acumulada y las condiciones meteorológicas extremas, que se tendrán que seguir tomando medidas como las actuales restricciones. A todo ello se le suma otro factor: nueve de cada 10 incendios los causa la actividad humana.

Comparativa desde 2012

La comparativa de los últimos 10 años preocupa a las autoridades. Catalunya registró 747 incendios que quemaron 17.992 hectáreas, de las cuales 15.025 forestales. Solo el trágico incendio de La Jonquera (Girona), del que ayer se cumplieron diez años, afectó a 10.476 hectáreas. Ese gran incendio, que se expandió durante días en un radio de 18 municipios, causó la muerte a cuatro personas, algunas de ellas por quemaduras y otras porque se tiraron al mar por un acantilado cuando trataban de huir de las llamas.

Únicamente en 2019 se superaron como ahora las 6.000 hectáreas quemadas. Esa temporada ardieron 6.030 en 545 incendios. De hecho, ese año se registró el segundo peor incendio desde 2005 en Catalunya que arrasó 5.016 hectáreas en la comarca tarraconense de Ribera d'Ebre y en las leridanas de les Garrigues y el Segrià.

Tras la devastadora campaña forestal de 2012, en 2013 hubo 602 incendios que afectaron a 1.483 hectáreas. En 2014, 462 incendios con 1.822 hectáreas y en 2015, 509, con 1.945 hectáreas. En 2016 hubo 560 incendios que calcinaron 2.740 hectáreas. En 2017, 629 incendios que dañaron 1.983 hectáreas, mientras que en 2018 las cifras bajaron de forma drástica: 312 incendios, con 243 hectáreas calcinadas.

Tras un año 2019 complicado, en 2020, un curso marcado por las restricciones por la pandemia del coronavirus, las cifras bajaron a mínimos: 289 incendios, con 209 hectáreas pérdidas. Finalmente, el pasado año ya se detectó una tendencia al alza: las llamas de 607 fuegos arrasaron 3.050 hectáreas. Entonces, el de la Conca de Barberà (Tarragona) calcinó 1.702 hectáreas, una cifra parecida a la de Pont de Vilomara de este año, y se situó entre los seis peores desde 2005.