Murciélagos contra mosquitos en el patio de la escuela

Ciudades como Barcelona, Badalona o L'Hospitalet de Llobregat son hábitat de entre siete y diez especies de murciélagos. Cualquier árbol grande y viejo o cualquier edificio antiguo en el que proliferen las grietas son una vivienda ideal para ellos. Es una especie protegida que ha despertado el interés del alumnado de primero de primaria de la escuela La Farigola del Clot hasta el punto que han decidido instalarles un nido en el patio. "Es una idea buenísima. Todos los colegios lo deberían hacer", dice entusiasmado Tomás Ballesteros, biólogo de Bioeduca, la entidad que ha asesorado a La Farigola en su proyecto medioambiental.

La idea surgió el pasado febrero a raíz de una visita de clase a la Casa Batlló. Allí, los niños y niñas descubrieron la figura de un murciélago en la fachada del edificio y empezó su interés por este animal, sobre el que la tutora Inma Roger ha articulado todo un proyecto transversal que ha incluido materias de ciencia, matemáticas, geografía, expresión escrita, arte, medioambiente y civismo y que culminó a final de curso con la presentación del trabajo a las familias. Así, a lo largo de cuatro meses el murciélago ha servido de eje para transmitir a los alumnos conocimientos de diversas materias, en línea con la filosofía de los nuevos currículums competenciales.

Cuando en clase ya habían trabajado a fondo todo lo relacionado con estos mamíferos, Roger propuso a los estudiantes pasar a la acción y se plantearon instalar un nido en el patio de P-3. "Como tenemos un huerto, siempre hay ahí mosquitos y pensamos que los murciélagos, que se alimentan de insectos voladores, nos podrían ayudar", cuenta esta profesora aficionada a la ornitología. Fue entonces cuando un experto en quirópteros de Bioeduca les visitó para empezar a concretar el proyecto. A mediados de junio, con la ayuda de un padre del colegio, se instalaron dos casas-nido en un rincón tranquilo del patio, en una pared donde no toca mucho el sol.

Los biólogos ya les han advertido de que llevará un tiempo que los murciélagos se acerquen. "Lo tienen que ver como cosa segura", apunta Roger, que explica que no son nidos de cría, sino refugios.

Para Ballesteros, el trabajo de clase sobre los murciélagos ha sido una "buena excusa para cuidar a una especie muy protegida, de la que se debería fomentar la reproducción".

La Farigola no ha sido la primera escuela que ha realizado un taller sobre murciélagos, pero sí la primera que les ha instalado un nido, al menos de la que tiene constancia Bioeduca. "El taller les apasionó. Les explicamos cómo viven los murciélagos, qué comen, dónde viven, cómo hacer un nido, y les encantó", recuerda Ballesteros, que admite que el tema gusta a los niños, pero a los adultos, no tanto. "Por miedo", dice. Este biólogo asegura que estos animales no suponen ningún peligro, pero no se les debe tocar. "Es una especie nocturna, que no molesta. Hay muchos, y viven en grupo, pero como la gente no los ve no es consciente de que están ahí".