El drama migratorio

Subsaharianos atrapados en Marruecos: "Prefiero sufrir en mi país que hacerlo aquí"

Los últimos meses ha aumentado el número de personas migrantes que han decidido acogerse al programa de retorno voluntario para volver a sus lugares de origen

Emmanuel, congolés de 36 años, en una estación de tranvía de Rabat.

Emmanuel, congolés de 36 años, en una estación de tranvía de Rabat. / Marc Ferrà

Marc Ferrà

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"Si me llaman hoy y me dicen que mañana viajo, lo voy a hacer con placer. Estoy cansado de este país. Desde que empezó la pandemia ha sido más difícil ganarse la vida, sufrimos mucho, por esto he decidido volverme a casa", relata Emmanuel, congolés de 36 años. "Prefiero sufrir allí, con los míos, que hacerlo aquí en Marruecos". La historia de Emmanuel se repite últimamente en Marruecos, el país al que llegan cientos de ciudadanos subsaharianos, tras una durísima travesía, con el sueño de pasar a Europa. La realidad es que muchos de ellos quedan atrapados en el país norteafricano con pocas esperanzas de cruzar hacia España.

"Recuerdo perfectamente, es una fecha que no puedo olvidar, el 8 de marzo de 2012, el día que salí de mi casa", explica Emmanuel sentado en una estación de tranvía de Rabat. En su mano tiene dos teléfonos, explica que se está mudando de casa, pero lo que desea es poder volver pronto a su país. Antes de pisar suelo marroquí, cruzó por tierra medio continente. "Hace cinco años que llegué a Marruecos, vine con la intención de cruzar a Europa, como muchos de los subsaharianos que emigran, pero es muy arriesgado", explica. Conoce gente que ha perdido la vida en el mar y no ha querido subirse a una patera.

En Marruecos ha trabajado de todo lo que ha podido: pintor, construcción, montador de muebles... Explica que si su situación fuera diferente y tuviera la residencia se quedaría en el país. "Podría trabajar bien, tengo mi trabajo en la cabeza, podría firmar un contrato, estaría tranquilo", cuenta, pero está cansado de aguantar y hace un mes pidió ayuda para volver a su país. "No tengo otra opción, salí de casa con muchas ideas para hacer grandes cosas, pero no han llegado", agrega.

Emmanuel, congolés atrapado en Marruecos: "Prefiero sufrir en mi país que hacerlo aquí"

Emmanuel, congolés atrapado en Marruecos: "Prefiero sufrir en mi país que hacerlo aquí" /

Estos últimos meses ha aumentado significativamente el número de personas migrantes, como Emmanuel, que han decidido ir a la oficina marroquí de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para acogerse al programa de retorno voluntario. Esta organización, dependiente de las Naciones Unidas, no ha publicado todavía las cifras de 2021, pero diferentes fuentes consultadas que trabajan con población migrante explican que ha habido un incremento de personas que han pedido acogerse a este programa. 

“Prefiero ganar menos, pero estar con mis hijos”

Hace un año que Qcharly también pidió el retorno voluntario. "No fue una decisión fácil. Antes intenté llegar a Europa legalmente, pero no hubo posibilidades de hacerlo", indica. También intentó que su familia viniera a Marruecos pero fue imposible. "Si estuviera bien me quedaría, pero los africanos no tenemos la suerte de vivir 100 años, lo que me queda de vida la quiero pasar con mis hijos. Prefiero ganar menos, pero estar con ellos", explica Qcharly. 

Congolés de 49 años, se siente viejo y está desmotivado.Tiene dos hijos y una mujer, pero hace 10 años que no los ve. En Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo estudió en la universidad y trabajó de profesor. Hace 11 años viajó a Gabón y empezó un periplo por tierra dirección al norte en busca de mejores expectativas de vida. En el viaje, le robaron el dinero y los documentos, tuvo que trabajar duro para lograr progresar en su camino. Explica que pasó miedo cuando atravesó el desierto del Sáhara y recuerda el frío que hacía cuando cruzó la frontera entre Argelia y Marruecos. 

"Rabat ha sido incluso peor que la aventura (así es como define la ruta)", explica sentado y comiendo unas alitas de pollo en un pequeño café de la ciudad. "Quería cruzar a Europa, pero he perdido muchos amigos en el mar, decidí no hacerlo", relata. En Marruecos ha trabajado sobre todo de pintor y de profesor, pero "no es vida", lamenta. "Tengo que hacer esfuerzos para alimentar a mis hijos, aquí todo es difícil y no hay trabajo. Debo dos meses de alquiler ahora mismo". 

Retornos “condicionados”

Moreiline lo tiene muy claro, las personas migrantes que quieren volver a su país lo hacen por propia voluntad, explica, pero no le gusta hablar de "retornos voluntarios", son retornos "condicionados", defiende. "¿Cuáles son los motivos que le empujan a volver? Este es el problema", relata. Explica que es muy difícil encontrar una ocupación estable y poder tener un contrato de trabajo que te permita pedir la residencia en el país y por esto para algunos la única solución que ven ahora mismo es retornar a su país. Ella salió hace 20 años de un pequeño pueblo del Congo y ha pasado gran parte de este tiempo en Marruecos, ahora ayuda a mujeres migrantes a hacer cursos de formación para poder encontrar trabajo y se ha convertido en una referente de la comunidad congoleña en el país magrebí. 

Franck Iyanga nació en Senegal y ahora se sienta detrás de una mesa llena de documentos, es el Secretario General de la sección de trabajadores migrantes de la ODT (Organización Democrática del Trabajo) en Marruecos. En su despacho, a dos pasos de la medina de Rabat, relata que "la mayoría de migrantes que trabajan en Marruecos lo hacen en el sector informal (sin contrato ni sueldo fijo), muchos de ellos han perdido trabajo durante la pandemia, especialmente durante el confinamiento. También han tenido problemas para pagar el alquiler de la casa, algunos caseros no han sido comprensivos y los han sacado de su casa por impago".

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