Condiciones adversas

Una quema agrícola, principal hipótesis del fuego de Roses que ha devorado 400 hectáreas

El perímetro del incendio se mantiene estable pero existen focos todavía activos en su interior

El parque natural acumula una "racha seca" de 80 días sin llover más de 5 litros por metro cuadrado, un registro anómalo que ha provocado un siniestro inquietante en la estación invernal

Una quema de restos vegetales, posible causa del incendio de Roses

Una quema de restos vegetales, posible causa del incendio de Roses. /

Guillem Sánchez

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El incendio forestal de este 21 de febrero en el Cap de Creus es uno de los primeros estragos que deben achacarse a la sequía que sufre España, una amenaza silenciada por la pandemia que se cierne con especial gravedad sobre territorios como la comarca del Alt Empordà. La investigación del siniestro por parte de los Agents Rurals apunta a una quema de rastrojos vegetales como la principal hipótesis que ha provocado fuego declarado este martes en el municipio de Roses (Alt Empordà) y que ha devorado unas 390 hectáreas, según los cálculos del mismo cuerpo de funcionarios de la Generalitat. Pero esa quema agrícola, posiblemente contraria a la normativa, solo ha prendido la mecha. El problema de fondo es que, debido a la escasez de lluvias, sobraba combustible en la zona: la vegetación está tan seca que las llamas se han propagado a una velocidad inconcebible en pleno invierno.

Xavier Rodríguez, jefe comarcal de los Agents Rurals, ha explicado que las pesquisas para hallar la causa que ha originado el fuego se concentraron ayer por la noche en tratar de localizar el punto exacto de ignición. Los funcionarios lograron ubicarlo cerca del Mas de l'Alseda, una casa rural del barrio del Mas Oliva, dentro del municipio de Roses. En ese lugar detectaron restos de una quema de rastrojos y los 'rurales' han concluido –en una estimación aún no definitiva, subraya Rodríguez– que así comenzó el incendio, en esa hoguera que alguien hizo junto al parque natural y después no apagó adecuadamente.

Un incendio forestal en Roses afecta a unas 400 hectáreas

Un incendio forestal en Roses afecta a unas 400 hectáreas. /

El viento, horas después de la quema agrícola, reavivó los rescoldos y las llamas, voraces, se encaramaron hacia la zona protegida aprovechando la pendiente ascendente de la orografía. Los Bombers de la Generalitat recibieron las primeras llamadas de aviso sobre las 23.00 horas. El mismo Rodríguez ha remarcado que la investigación debe comprobar ahora si la quema de rastrojos fue comunicada al Ayuntamiento de Roses y también si su autor la apagó antes de las 10.00 horas. Si alguno de los dos supuestos se incumplió, la hoguera habría quebrantado la ley.

La racha más seca

Quemar restos vegetales es legal durante la estación de invierno pero debe comunicarse al consistorio municipal. El Ayuntamiento de Roses, consultado por este diario acerca de si constaba o no tal comunicación, ha respondido que lo está comprobando y que tiene intención de aclararlo directamente al cuerpo de los Agents Rurals. Aunque la quema estuviera comunicada, el elevado riesgo de incendio forestal existente sobre el terreno había obligado a las autoridades a decretar el plan Alfa en fase 2 a partir de las 10.00 horas de ayer domingo, 20 de febrero. Esta activación implica que estaba prohibido realizar cualquier tipo de hoguera por riesgo de incendio a partir de esa hora.

Laia Cañigueral, delegada de Girona, ha recordado que el parque natural del Cap de Creus –a cuyo recinto pertenecen gran parte de las hectáreas calcinadas– ha sufrido una "racha seca de 80 días consecutivos". Esto significa que durante ninguna de esas 80 jornadas ha llovido más de 5 litros por metro cuadrado, la cantidad que los especialistas consideran mínima para combatir la sequedad del terreno. "La vegetación está muy estresada", confirma Ponç Feliu, director del parque, que añade que no recuerda un episodio de escasez de agua tan prolongado en los meses de invierno. "Es una racha anómala, demasiado larga", lamenta. "Aquí no hay árboles porque los fuegos son recurrentes, casi todo el parque natural es masa arbustiva, pero plantas como la garriga o el brezo presentan un gran estrés hídrico", detalla Feliu. Cuando suben las temperaturas, algunas de estas plantas se despojan de las hojas y hunden sus raíces en la tierra, son estrategias defensivas que los Agents Rurals detectan y usan para medir el grado de sequedad vegetal y elaborar los mapas de riesgo.

Como en verano

El peligro de incendio ya era muy elevado en el parque natural este verano. Entonces otro fuego, declarado el 17 de julio, acabó calcinando unas 400 hectáreas. Pero lo de este 21 de febrero preocupa más porque ha ardido la misma superficie de terreno pero en invierno. Y podría haber sido peor: el frente más activo de las llamas ha acabado extinguiéndose en parte porque el viento lo ha empujado hacia el mar.

El viento, sobre todo durante la noche, ha soplado con mucha fuerza y en algunos momentos ha superado los 70 kilómetros por hora dentro del parque natural del Cap de Creus. Las condiciones meteorológicas del día siguiente, con un sol radiante y un viento que ha seguido soplando en las cotas más altas hasta después del mediodía, tampoco han ayudado. "Ha sido un cóctel perfecto", razona Feliu señalando que la sequedad del terreno combinado con la tramuntana, una aliada del fuego que está detrás de los siniestros más graves que ha vivido el Empordà, como el fuego que abrasó más de 10.000 hectáreas en 2012 y mató a cuatro personas.

No acercarse a la zona

El incendio de este martes obligó a ordenar el confinamiento de una quincena de vecinos que viven en residencias esparcidas por la cala Montjoi y la cala Jòncols. Sin embargo, el alcalde de Roses, Joan Plana, ha explicado que la restricción de movimientos ha finalizado para todos los afectados a última hora del día. También los dueños de viviendas que no se encontraban en la zona cuando se declaró el siniestro, y a los que se ha impedido el acceso por motivos de seguridad durante todo el día, han podido acceder a sus propiedades. La familia de tres miembros que fue evacuada –las únicas personas desalojadas y que han pasado la noche en un hotel facilitado por el Ayuntamiento– ha recibido asimismo permiso para volver a casa.

"La única recomendación que mantenemos es la de pedir a quienes no vivan en la zona que se abstengan de acercarse a curiosear. Todavía hay bomberos trabajando en la extinción del incendio y la carretera debe estar despejada para los equipos de emergencia", ha recordado Plana.

Los Bombers, que han enviado a unas cincuenta dotaciones terrestres de los Bombers de la Generalitat –entre las cuales había vehículos de agua, unidades GRAF (Grup d'Actuacions Forestals), EPAF (Equip de Prevenció Activa) y del GROS (Grup Operatiu de Suport)– y tres medios aéreos, dan el perímetro por estabilizado. Lo cual no significa que lo consideren un fuego apagado. De nuevo, la sequedad del terreno obliga a extremar las precauciones dado que existen focos todavía humeantes que podrían regenerar las llamas si se baja la guardia.