colectivos vulnerables

La Fundació Campalans señala los agravios en la desigualdad tras la pandemia

Los expertos señalan que el aumento de la pobreza provoca más problemas de salud mental y amplía la brecha del fracaso escolar

El partido socialista pide un plan de choque social a la Generalitat y confía en el apoyo de Europa para revertir la educación

Una mujer afectada por pobreza energética, en su piso de Nou Barris, en Barcelona

Una mujer afectada por pobreza energética, en su piso de Nou Barris, en Barcelona / CARLOS MONTAÑÉS

Elisenda Colell

Elisenda Colell

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Año tras año, el informe social de la Fundación Rafael Campalans sobre las desigualdades sociales en Catalunya suele ser un importante varapalo al Govern. Desde inicios de la crisis del 2008 el laboratorio de ideas del PSC ha analizado el impacto de las políticas de recortes durante la crisis del ladrillo, de la mano de varios académico en el ámbito social, económico y laboral. La pandemia del coronavirus impidió publicar la edición del 2020, pero la de este año vuelve a sacar los colores al ejecutivo catalán. Señala el agravio social que ha producido la pandemia entre los más vulnerables, e incide en las enormes consecuencias sociales en el ámbito educativo, sanitario y social si no se apuesta por no dejar atrás a los más afectados.

Las secuelas que la pandemia han dejado en la economía son evidentes. La pobreza, tanto en España como en Catalunya ha tocado techo, a pesar de que los datos definitivos del impacto del 2020 no serán definitivos hasta el mes de junio. El informe preliminar, de un texto que tiene 176 páginas, analiza los datos de pobreza y franjas de edad y concluye que los niños y los jóvenes son los que están en peor situación. De hecho, se centran en la generación millenial y la zeta, que se ha criado entre dos crisis económicas y que, a pesar de tener estudios, afronta unas tasas de precariedad laboral inauditas que les llevan de pleno a la exclusión social.

La brecha en la escuela

En otro sentido, el texto ahonda en los graves problemas de la educación. La crisis del coronavirus ha hecho aún más evidentes las enormes brechas sociales que existen entre los alumnos de familias vulnerables, lastrando así la igualdad de oportunidades. Del texto destaca, por ejemplo, que casi el 50% de los alumnos pobres han repetido curso, aunque entre las familias con más ingresos esto sólo ocurre en el 10% de los casos. También impacta en el abandono escolar prematuro, que es de 16,4 puntos mayor entre los alumnos con padres universitarios que entre los que no lo son. La autora de este capítulo, la diputada Esther Niubó, asegura que estas desigualdades "se han agravado a raíz de la pandemia".

El impacto en la salud mental

En otro apartado el estudio enfoca los problemas en la atención sanitaria, además del flagrante impacto de la salud mental. Y el autor de este capítulo, el psiquiatra y especialista en gestión sanitaria Josep Ramos, señala la directa relación que hay entre la pobreza y el aumento de trastornos de salud mental. El experto destaca que las personas con pocos ingresos tienen el doble de probabilidad de tener algún trastorno de salud mental, y constata como consumen cinco veces más fármacos que el resto de la población. En ese sentido, también subraya como el encierro y el confinamiento han lastrado la salud mental y han multiplicado los casos de angustia, depresión y auto lesiones. De hecho recuerda que en Catalunya los intentos de suicidio entre menores crecieron un 27%, y las urgencias psiquiátricas un 36%.

La crisis de los cuidados

En otro capítulo, Margarita León, profesora de ciencias políticas de la UB trata de poner luz en la situación de las residencias. Compara la gestión hecha en España, Dinamarca, Inglaterra, Italia y Alemania, y asume que en nuestro país no se tuvo en cuenta la realidad de estos centros hasta que ya se aplicó el confinamiento general. De hecho, afirma que Dinamarca y Alemania ofrecieron una "respuesta coordinada" en estos centros, mientras que en España "se retardó la intervención" de forma sistemática en comparación con los hospitales. También recuerda que España destina el 0,6% del PIB en la atención a la dependencia, mientras que Dinamarca invierte el 2,5%, Alemania el 1,5% e Inglaterra el 1,4%. También recalca que en el norte de Europa nada tiene que ver el salario y el reconocimiento de los cuidadores, en comparación con el de España.

La directora del informe, Eva Granados, señala que el informe pone blanco sobre negro como los sucesivos gobiernos en Catalunya no han paliado la política de recortes. "Llevamos meses esperando un plan de choque social que anunció el president Aragonés", se queja. Sin embargo, también celebra que en este momento las autoridades europeas y estatales "no hayan optado por modelos austericidas" como en la crisis anterior y confía que los fondos europeos ayuden a la recuperación económica.