Sexta ola

El temor a los contagios hace que muchos padres renuncien al cole de sus hijos

Los sindicatos piden a las administraciones que vuelvan las medidas anticovid del año pasado

Los sindicatos piden a las administraciones que vuelvan las medidas anticovid del año pasado

Una madre teletrabaja en casa mientras sus hijos juegan con el ordenador, esta mañana en Barcelona

Una madre teletrabaja en casa mientras sus hijos juegan con el ordenador, esta mañana en Barcelona / Ferran Nadeu

Olga Pereda

Olga Pereda

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A tres días para las vacaciones escolares de Navidad, el covid campa a a sus anchas por las escuelas. Especialmente, entre los alumnos más pequeños, todavía sin vacunar. Los chats de madres y padres han ardido -literalmente- todo el fin de semana advirtiendo de casos positivos, test de antígenos, pruebas PCR y confinamientos de aulas. Algunos médicos, entre ellos el presidente del Colegio de Barcelona, Jaume Padrós, pidieron el pasado viernes adelantar las vacaciones para evitar contagios. Ninguna administración, ni estatal ni autonómica, movió ficha. El panorama es tan incierto y acongojante que muchos progenitores -al menos, los que pueden teletrabajar o pedir días libres- han optado por no llevar a sus hijos al colegio. La situación en muchos hogares es especialmente estresante por la saturación de los ambulatorios, la burocracia infinita que implican las bajas laborales y la nula existencia de permisos retribuidos en el caso de tener a los hijos confinados pero no contagiados.

La incidencia acumulada entre los menores de 11 años -cuya vacunación acaba de empezar- es la más alta: 705 casos por 100.000 habitantes. El número de aulas confinadas en toda España es de 2.056, según los datos del Ministerio de Educación. Ese número significa el 0,49% de las aulas, un porcentaje bajo pero que ha aumentado considerablemente dado que a principios de mes era el 0,2%. Ahora mismo hay cuatro centros (uno de ellos en Catalunya) cerrados a cal y canto por los contagios.

El número de aulas confinadas en toda España ha crecido desde el 0,2% a principios de diciembre al 0,49%

Las familias se han sumido en el miedo. Especialmente, las que viajan a finales de esta semana para celebrar la Nochebuena y la Navidad. Un posible contagio o un confinamiento preventivo de la clase haría imposible ese desplazamiento, así que la opción de renunciar a ir a clase ha tomado fuerza. Cuando los padres y las madres lo han comunicado a los centros, la mayoría de directores y profesores les han tranquilizado a título personal y les han dicho que entienden perfectamente su decisión. No hay, sin embargo, respaldo oficial de las administraciones políticas. De hecho, no llevar a los hijos al cole puede dar pie a denuncias por absentismo. 

“Necesitamos criterios de salud pública y la vacunación no puede ser la única medida”

— Francisco García, secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO

Ante la falta de respuestas por parte de las administraciones, los sindicatos ya han pedido al Gobierno que vuelvan las medidas anticovid del curso pasado: distancia interpersonal, profesores de apoyo y grupos reducidos. Es, a juicio de CCOO, lo único que permitió -y permitirá- la presencialidad. “Necesitamos criterios de salud pública y la vacunación no puede ser la única medida”, reclama Francisco García, secretario general de la Federación de Enseñanza del sindicato. Mientras, el sindicato USTEC, mayoritario entre los maestros y docentes de la educación pública en Catalunya, exige que, que ante el riesgo que comporta el "incremento exagerado" de casos positivos tanto entre el alumnado como los docentes, se decrete el cierre inmediato de los centros educativos con incidencia grave.

"Se deben poner en práctica de manera urgente políticas que amparen la falta de protección a las familias"

— Leticia Cardenal, presidenta de CEAPA

Además de apelar a la prudencia y mantener todos los controles, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (CEAPA) solicitan una alternativa para los estudiantes que tengan que guardar cuarentena, ya sea por haberse contagiado o como medida de precaución al haber tenido contacto estrecho con un positivo. "Se deben cumplir los 175 días lectivos mínimos en equidad e igualdad de condiciones", explica Leticia Cardenal, responsable de CEAPA, que añade que las diferentes administraciones "deben plantear y poner en práctica de manera urgente políticas familiares que amparen la falta de protección existente que muchas veces las familias sufrimos cuando no vemos cubiertas nuestras necesidades de conciliación".

Una "ruleta rusa"

Padre de tres hijos de 7, 9 y 11 años escolarizados en Barcelona, Pablo era partidario el domingo de renunciar al cole, pero su mujer opinaba lo contrario. “Al final, los hemos llevado. Vivimos una especie de ruleta rusa, esperando que no haya contagios. Si uno de mis hijos enferma, podría acusar al Govern de no haber tomado medidas. Pero, claro, si el Govern hubiera decretado el viernes el cierre de los coles desde este lunes se le habrían echado encima porque no todo el mundo tiene opción a canguro o pueden teletrabajar. Con esta pandemia todos perdemos”, comenta. 

Mientras, en Madrid, Clara, abogada y madre soltera, ha decidido llevar a la escuela a su hijo, de 7 años. “Ayer le di muchas vueltas. El chat de mamás estaba que ardía con casos positivos en el cole, pero, al final, decidí enviarle. Si hasta ahora hemos esquivado al virus espero poder hacerlo estos tres días”.

No es el caso de Esther, funcionaria que ha optado por hacer un puzzle de teletrabajo y trabajo presencial con su marido para hacer turnos y quedase en casa con sus dos hijos, de 9 y 7 años. “Tenemos miedo. Y eso que acabamos de vacunar a los niños, pero es pronto y el suero todavía no ha hecho efecto”.

María, que trabaja presencialmente en un laboratorio, tiene también tanto miedo a un posible contagio de su hijo que ha pedido a los abuelos que estén con él estos días. “Viajo fuera de España para pasar la Navidad con mi familia y me arriesgo a quedarme aquí. Por tres días que no vaya a clase no va pasar nada. Todavía es pequeño y no está aprendiendo cosas vitales para su educación”, argumenta.

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