Galicia condena a los copiones: hasta cinco años sin volver a opositar
Nunca en los últimos 20 años las administraciones ofertaron tantas plazas de empleo público. En los próximos meses habrá una cascada de oposiciones y en el caso de Galicia, son miles los dispuestos a batirse por una plaza, según publica 'El Faro de Vigo', diario del grupo Prensa Ibérica. Y es ahí donde puede surgir la picaresca. La tecnología se ha convertido en un aliado de los tramposos: pinganillos cada vez más pequeños, del tamaño de un grano de arroz, micrófonos a modo de collar, bolis adaptados... ¿Cómo controlarlo y evitar el fraude? La Xunta ha optado por la vía del castigo. Los opositores que sean cazados copiando no podrán volver a presentarse a un proceso selectivo de la Administración autonómica por un periodo de dos años, pero si además son pillados usando un dispositivo electrónico la penalización se agrava: cinco años sin examinarse.
Así aparece recogido en el proyecto de Lei de Medidas Fiscales, que acompañará a los Presupuestos de Galicia para 2022 que serán aprobados este próximo lunes. A través de esta norma se modifican varios artículos de la Lei de Emprego Público para castigar a los opositores que hagan trampas en los exámenes. Hasta ahora no eran penalizados. Cuando se pillaba a un aspirante copiando simplemente era expulsado y evidentemente se le suspendía el examen. Si alguien no se lleva muy preparada la prueba puede pensar que no pierde nada por intentarlo.
Sin embargo, una penalización de hasta cinco años hará que muchos opositores se lo piensen dos veces antes de hacer trampas. “Es excesivo. Es una condena”, opinan desde CSIF. Su secretario de Organización, José Sánchez Brunete, lamenta que la Xunta tenga que recurrir a medidas penalizadoras “sólo porque no saben organizar bien una oposición”.
Pero, ¿por qué la Xunta decide ahora castigar con tanta dureza a los opositores que sean cazados copiando en un examen? Por un lado, el enorme volumen de opositores y de exámenes que se avecinan, pero también el aumento de casos de aspirantes que son pillados usando sofisticados sistemas tecnológicos difíciles de detectar en los controles de seguridad.
Dispositivos muy sofisticados
La Xunta prohíbe acceder a los exámenes de las oposiciones con móvil, reloj digital o cualquier otro dispositivo electrónico. Aún así, y a pesar de los exhaustivos controles en la entrada, hace menos de un mes, en unas oposiciones a auxiliar administrativo en Silleda se pilló in fraganti a dos opositores copiando. Uno simplemente llevaba una chuleta escondida pero el otro acudió al examen con una microcámara incrustada en las gafas y un pinganillo al que le iban dictando las respuestas.
En los últimos años han proliferado estos dispositivos que se usan para hacer trampas en los exámenes. Hay pinganillos, de tan solo 3 milímetros, que no se ven a simple vista. Este mismo año, por ejemplo, pillaron en Madrid a un aspirante a policía que llevaba un auricular incrustado en un botón.
A partir de ahora la Xunta considerará falta grave copiar en un examen de oposición, pero si además usa aparatos electrónicos se considerará “muy grave”. “Cometer fraude en un proceso selectivo, entendido éste como cualquier comportamiento premeditado tendente a obtener los resultados de una prueba empleando dispositivos electrónicos será sancionado con la imposibilidad de participar en procesos selectivos por un periodo de cinco años”.
Sin reserva de plazas para ascender
No es la única modificación de la Lei de Emprego Público que la Xunta introducirá en la Lei de acompañamiento de los presupuestos, cuyo borrador ha discutido con los sindicatos en la Mesa de Función Pública. En las oposiciones para estabilizar empleo, el Gobierno gallego eliminará la reserva del 25% de las plazas para la promoción interna de los funcionarios.
Hasta ahora cuando se convocaba una OPE un cuarto de las plazas obligatoriamente se destinaban a los funcionarios que quisieran examinarse para ascender de categoría y, por lo tanto, mejorar sus retribuciones. Sin embargo, el Real Decreto-ley del Gobierno para reducir la temporalidad en el empleo público obligará a las administraciones a convertir en fijos a sus trabajadores temporales en un plazo de dos años.
Por esa razón, la Xunta quiere aprovechar al máximo las plazas en las oposiciones de estabilización de empleo para dar cabida a un mayor número de interinos y darles la opción de que se conviertan en indefinidos. Y esto se hará en detrimento de los funcionarios que quieran subir de categoría.
Desde CSIF, sin embargo, denuncian que se recortan derechos y tampoco irá en beneficio de la estabilización, puesto que, en su opinión, el sistema de oposiciones favorece a los aspirantes de fuera de la Xunta en detrimento de los que tiene plaza temporal.
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