La lucha contra la pandemia

Vuelven los abrazos al aeropuerto de El Prat tras el fin de las restricciones de acceso

Familiares y amigos pueden desde este viernes acompañar o recoger a los pasajeros en las terminales

Vuelven los abrazos y las lágrimas a los aeropuertos españoles

Vuelven los abrazos y las lágrimas a los aeropuertos españoles. En la foto, una madre se despide de su hijo en el aeropuerto de Madrid-Barajas. /

ACN
Fidel Masreal
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cinco y media de la mañana. Terminal 1 del Aeropuerto de El Prat. Por primera vez en meses, el acceso es libre. A esa hora, dos docenas de personas aguardan en la cafetería junto al único punto de salida de los pasajeros procedentes de todo el mundo. Algunas de ellas disimulan mal los nervios, apoyadas en la barandilla frente a la puerta que se abre y cierra cada vez que aparecen los primeros pasajeros del vuelo más madrugador, el procedente de Buenos Aires. “¿Esta es la única puerta de salida?”, pregunta un hombre, visiblemente inquieto, que espera la llegada de un familiar. 

Al aparecer una pareja mayor, una joven llama enseguida a su acompañante –que andaba algo despistado- y empieza a correr una joven hacia ellos. El abrazo es largo, intenso, y saltan las lágrimas, en medio del silencio en la inmensa sala. El acompañante hace un video de la escena con su móvil, ejecutando un 'traveling' circular. Después, deja el aparatejo y se funde en el abrazo a ocho manos.

La escena se repite entre dos amigas poco después. Y el goteo de abrazos, palabras emocionadas y lágrimas de emoción sigue y sigue durante los siguiente minutos y no cesará mientras todavía el cielo duerme y la mayoría de establecimientos comerciales –los más beneficiados de la apertura del aeropuerto- están todavía cerrados salvo la cafetería donde los que esperan han tomado el primer café del día. Los abrazos humanizan, pues, de algún modo la frialdad de las instalaciones aeroportuarias a las que hasta ahora sólo accedían los que iban a viajar.

Teléfonos móviles grabando, pancartas, nervios y abrazos, muchos abrazos. La zona de llegadas del aeropuerto de Barcelona-El Prat ha recuperado este viernes escenas que eran habituales antes de la pandemia y se ha llenado de familiares y amigos esperando a pasajeros, tras más de un año de no poder hacerlo por las restricciones. Han quedado atrás los meses en que había limitaciones de acceso a las terminales de los aeropuertos de toda España, donde solo podían entrar los pasajeros, previa exhibición del billete de vuelo. Visitas de fin de semana y reencuentros familiares han sido la tónica de esta primera jornada. "Es excelente poder abrazar a la persona que sabes que te está esperando al aterrizar", decía una pasajera tras reencontrarse con su hermano, que la esperaba dentro de la terminal.

Fue en julio de 2020 cuando Aena desplegó un dispositivo especial en los aeropuertos españoles para restringir el acceso a las instalaciones, de forma que solo podían entrar trabajadores del aeropuerto y pasajeros. Los acompañantes de estos debían quedarse en el exterior. También aquellas personas que venían a buscar a pasajeros. Esas imágenes de aeropuertos semivacíos ha quedado atrás este viernes, con la entrada en vigor de la libre circulación de acompañantes por los aeropuertos. Una medida que para el Gobierno es un "ejemplo importante de vuelta a la normalidad".

La zona de llegadas de El Prat ha sido en la que se ha notado un cambio más sustancial, con decenas de personas esperando la salida de sus familiares y amigos. La única diferencia con la situación prepandémica han sido el uso de las mascarillas y la distancia entre la gente, marcada con señales en el suelo. "Es muy importante ver a todos el mundo esperando a sus familiares justo en la puerta. Una cosa tan sencilla y que antes no se podía hacer", señalaba Héctor, que se ha fundido en un abrazo con su hermano Leonardo, recién aterrizado de Sao Paulo. La misma felicidad han sentido y expresado los numerosos pasajeros y familiares que este viernes han acudido a El Prat a recoger o a despedir a alguien.

"Emocionante", "excelente", "especial" e "ilusionante" han sido los adjetivos repetidos sistemáticamente a lo largo del día, en medio de múltiples abrazos y besos. En muchos casos, se ha tratado de reencuentros de familiares que llevaban años sin verse. "Hemos viajado durante más de 15 horas pero ha sido un esfuerzo que ha valido la pena para poder abrazar a mi hija", ha explicado Edith, recién llegada de Venezuela.

En la misma puerta de llegadas, Iker y sus dos hermanas esperaban "impacientes", armados con globos de colores y un ramo de flores. Se han reencontrado con su madre, también procedente de Venezuela, a quien hacía cinco años que no veían. La mujer ha podido conocer a su nieta, nacida hace apenas unos días.

A pesar del cambio, en el aeropuerto de El Prat se mantiene el circuito fijado en el último año para acceder a la zona de salidas y llegads. Así, en el caso de la Terminal 1, si se deja el coche en el párking, no se puede entrar directamente a las instalaciones, sino que antes hay que salir a la zona exterior. Fuentes de Aena apuntan que este circuito se retirará progresivamente cuando lo indiquen las autoridades. Asimismo, han apuntado que se podría limitar el acceso de acompañantes si se detecta peligro de aglomeraciones.