Entrevista en Formentera20

Isabel Martínez: “Instagram cambió mi vida pero para seguir siendo yo misma tuve que parar”

Conocida como Isabelita Virtual, la artista catalana se sirvió de Instagram para proyectar internacionalmente su obra y abrirse camino en el mundo de la fotografía de moda

La artista y directora creativa Isabel Martínez

La artista y directora creativa Isabel Martínez / Formentera20

Carles Planas Bou

Carles Planas Bou

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De publicar fotos en Instagram a exponer su obra en los edificios de Times Square, en Nueva York. La trayectoria de la artista catalana Isabel Martínez da para película. Tras años trabajando como creativa publicitaria, en 2011 se abrió una cuenta en la red social (@IsabelitaVirtual) para colgar fotos en las que ocultaba su rostro. Las imágenes captaron la atención de Vogue Italia para una colaboración que fue la puerta de apertura a un nuevo mundo.

Desde entonces ha trabajado para diseñadoras como Miranda Makaroff o Josep Font, ha retratado el ballet de Moscú y múltiples Fashion Week, ha experimentado con arte 3D, ha puesto su nombre al lado de Andy Warhol o Yoko Ono al formar parte de la exposición digital más grande del mundo y se ha ido madurando su relación con las redes sociales a causa de la ansiedad que generan.

Consolidada y aplaudida internacionalmente —en 2015 el cofundador de Instagram Kevyn Systrom confesó que su cuenta era una de sus favoritas—, la artista y directora creativa atiende a EL PERIÓDICO en el marco del Formentera20, el acto que reúne una vez al año al mejor talento digital del país.

Hace 10 años que creaste tu cuenta en Instagram. ¿Cómo ha transformado tu vida?

Ha cambiado totalmente mi vida profesional. Primero fue una ventana personal para empezar a entrar en un mundo artístico sin presión, sin la sensación de que competía con otros artistas, y después fui entendiendo que tenía una mirada propia. Como decía Virgina Woolf, el ejercicio continuado propicia el éxito. Gané muchos seguidores, pero aunque cantidad no es calidad eso permitió que la editora de Vogue en Italia me seleccionase como una de las mejores fotógrafas del año. Entonces me dije: “quizás eso no es solo algo que gusta a la gente en Instagram sino que puede trascender”.

Reivindicas ir a la contra del síndrome de la impostora (incapacidad de asumir tus propios logros) para aprender constantemente

Sí, creo que tiene más que ver con tu visión que con aquello que técnicamente puedas hacer. Hay que ir colaborando con gente que pueda hacer realidad aquello que tienes en tu mente, pero también atreverse, tener un poco de ingenuidad y hacer cosas para aprender, no para que quede constancia de ello. Con humildad y curiosidad puedes llegar donde no te esperabas.

En tu perfil de Instagram te hiciste famosa por fotografías en las que ocultabas el rostro humano. ¿Qué te fascina tanto de la identidad virtual?

Tenía claro que quería usar las redes para compartir mi mirada, pero también que no quería ser la protagonista. Por ello me oculté en las fotos y eso se convirtió por casualidad en un ‘leitmotiv’ de mis obras. Todo partió de una pregunta: ¿puedes enseñar al mundo como eres sin tener que mostrarte?

"Todo partió de una pregunta: ¿puedes enseñar al mundo como eres sin tener que mostrarte?"

Lejos de esa lucha constante por llamar la atención en la que se ha convertido Internet…

Creo que ese “yo, yo, yo” te limita al conocer más cosas de ti mismo, porque para enseñarte tienes que creer que vales la pena porque eres muy simpática, muy guapa o porque tienes un estilo de vida. Eso hace potenciar al máximo el ego. Mucha gente está encantada con ello, pero yo quería lo contrario, aprender más de mí y enseñar menos.

¿Qué te parece esto de habernos convertido en marcas personales?

El artista icono siempre ha existido, de Warhol a Picasso. Aún así, persiste la pregunta: ¿es más importante el creador o lo que crea? Creo que hay una hipocresía con muchas artistas mujeres que reivindican mostrar su cuerpo cuando están haciendo el mismo juego que hace 30 años. ¿Tienes que mostrarte para reivindicar lo que haces? Es muy difícil diferenciar el producto de la persona. Hay mucha gente que el personaje es gran parte de su éxito. Tienes que hacer lo que te sea natural.

Para la mayoría de mortales que tenemos pudor o vergüenza, el mostrarse crea un tipo de adoración de líder, como del popular de la clase. Hoy ese concepto se ha extendido al popular del mundo. Esto es lo que más se valora ahora. Creo que la gente ha perdido un poco el foco, haciendo tonterías al precio que sea. Los 'likes' no pueden cambiar la percepción de lo que una persona está haciendo.

Pero las propias redes sociales juegan con ese sistema de recompensa emocional que son los ‘me gusta’. ¿Qué impacto tienen en una artista?

"Cuestionar tu identidad porque te ves a través de los ojos del otro hace que corras el riesgo de no ser tu mismo, de hacer lo que hacen los demás"

Te impactan sea cual sea el volumen de seguidores que tengas. La persona que tiene 20 seguidores, cuelga una foto y tiene dos ‘likes’ siente lo mismo que la que tiene 20 millones de seguidores y recibe 300 ‘likes’. La sensación de que la foto no ha gustado, esa inseguridad que te crea la reacción del otro, hace que te cuestiones.

Cuestionar tu identidad porque te ves a través de los ojos del otro hace que corras el riesgo de no ser tu mismo, de hacer lo que hacen los demás. Es cierto que las redes están incentivando otros modelos de persona más inclusivos, pero sean como sean siempre tienen que estar expuestos.

¿Qué es lo mejor y lo peor que te ha dado tener éxito en las redes?

Lo mejor y lo peor son la misma cosa: el poder del ‘me gusta’. He llegado donde he llegado porque la gente me apoyaba y decía que le encantaba lo que hacía. La adulación propicia que sigas trabajando y eso tiene un doble filo, porque la falta de adulación lleva a plantearte si debes seguir adelante.

"La adulación es una arma de doble filo: propicia que sigas trabajando pero su falta lleva a plantearte si debes seguir adelante"

Las redes sociales te recompensan si cuelgas contenido constantemente y te penalizan cuando no lo haces. ¿Esa presión se acentúa cuando tienes a tantos seguidores pendientes de ti?

Entrar en una red social y no querer colgar contenido es como entrar en un grupo de gente y no hablar. Puedes estar mirando, pero entonces no buscas una recompensa de que a la gente le guste lo que haces, no formas parte de la comunidad. No puedes quejarte del sistema de incentivos de las redes, esas son las normas del juego.

Aún así, necesitaste tomarte un respiro…

Las plataformas evolucionan y tú decides si seguir ese ritmo. Yo decidí parar cuando entró la posibilidad de hacer vídeos, historias y directos porque como creadora no me interesaba, pero eso ha abierto un mundo a otros artistas. Paré porque había un cansancio con esos ritmos de exigencia y porque hacía proyectos más sosegados que no estaban pensados para tener un éxito rápido y viral. Decidí crearme mis propias reglas, sabiendo que no me recompensarían.

"No hay que ser esclavos de las redes, sino ponerlas a tu servicio"

Llegó un punto que quería salir del cliché de la 'instagramer', y para seguir siendo yo misma tuve que bajarme de la rueda. Mentiría si dijese que con la caída de publicaciones y de ‘likes’ no me cuestioné. Pero son decisiones que hay que tomar. No encontré la manera de que mis obras y las redes siguiesen de la mano, de hacer las cosas que me gustaban y a la vez seguir creciendo.

Críticos de arte como William Deresiewicz sostienen que la economía digital está matando el arte, que está dejando de ser sostenible porque las plataformas requieren contenido gratis. ¿Estas de acuerdo?

Un artista no puede estar creando obras constantemente, pero sí pueden encontrar fórmulas para compartir contenidos con sus seguidores como el proceso de creación, imágenes de su estudio, entrevistas… Ahora se puede explicar una obra en 360 grados, mientras que antes solo estaba la exposición. No hay que ser esclavos de las redes, sino ponerlas a tu servicio.

Ahora lanzarás una serie de obras como NFT. ¿Crees que es una oportunidad para los artistas digitales o que solo beneficiará a los ya consolidados?

Dependerá de tu estrategia como artista. El NFT es fantástico para certificar que esa obra es tuya y tiene que servir para abrirte un camino narrativo, no pensar que vendiendo una obra te harás rico. Por eso beneficia a los artistas que ya tienen una narrativa.

Tu caso es el de un éxito, pero ¿crees que las redes venden una falsa imagen que hace pensar que ese éxito es algo sencillo?

Sí, la idea que puedes llegar a sitios sin esforzarte es falsa. Pero cuando llegas a ese punto de éxito es cuando te preguntas si eso te hace realmente feliz. El esfuerzo no siempre está recompensado, ni en las redes sociales ni en la vida real, pero lo importante es pensar por qué haces lo que haces, sea lo que sea. Estamos en un buen momento porque hay tanta saturación de gente que quiere parecerse a los demás que la fórmula de éxito se ha agotado y hay que ser más creativos.

Pero aún así seguimos viviendo obsesionados por las cifras, por los seguidores que tenemos…

"Las redes sociales funcionan porque todos queremos que nos quieran, pero el éxito no es tener seguidores, sino autonomía personal"

¿Qué es más importante, que sigan 200 personas que se interesan por lo que haces y que te aportan o que te sigan 300.000 solo porque tienes esos seguidores? No tengo la fórmula de la estabilidad emocional para que no nos afecten los números. Las redes sociales funcionan porque todos queremos que nos quieran.

Tienen algo bueno y es que nos hacen pensar que podemos llegar más allá de que alguien te contrate. El éxito no es tener seguidores sino autonomía profesional y personal. Mucha poca gente era emprendedora antes. Las redes han impulsado la proactividad y te permiten conectar con los demás para abrirte puertas. Creo que así es como hay que entenderlas.

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