Agresión medioambiental

Las multas de hasta 3.000 euros no evitan que los turistas roben arena de las playas de Cerdeña

Una pareja ha sido sancionada con mil euros esta semana tras tratar de llevarse una botella como recuerdo de su viaje

Muestras de arena de las playas de Cerdeña confiscadas por la Polizia italiana.

Muestras de arena de las playas de Cerdeña confiscadas por la Polizia italiana.

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Cuando fueron descubiertos trataron de ocultar la botella llena de arena, pero ya era demasiado tarde. Han sido castigados hace solo unos días con una multa de mil euros por sustraer arena de las bellas playas de Cerdeña con el objetivo de llevársela a casa. La escena se repite una y otra vez pese a que desde 2017 está prohibido hacerlo, como tampoco se pueden coger conchas ni guijarros en la isla italiana. Y eso que una campaña de información oficial insiste este año en recordar la ilegalidad de esta práctica dañina para el medio ambiente.

En este caso, fue un testigo el que alertó a la policía, que vio como los turistas --de la Italia continental-- intentaban esconder la botella bajo una toalla, ha explicado Andrea Abis, alcaldesa de Cabras, municipio que cuenta con 20 millas de costa virgen. “Es increíble. Pero, desafortunadamente, esto no es raro ", asegura. La normativa que hace cuatro años pena estos actos con multas de 500 a 3.000 euros no ha evitado que cada verano se saqueen toneladas de arena. Ni siquiera con el riesgo de cárcel que comporta intentar salir de la isla con cantidades importantes.

Según relata el diario 'The Guardian', la mayoría de culpables son viajeros que no pueden resistirse a la tentación de coger la arena como recuerdo, o para sus peceras o incluso para vender online. En especial, turistas de países del norte de Europa, adonde se quieren llevar como suvenir granos de distintos tonos de la isla.

Hasta 40 kilos robados de vez

La idea, no obstante, no solo sale cara si no que puede acabar con cárcel. En 2019, la policía pilló a una pareja francesa con 40 kilos de arena contenida en 14 grandes botellas en el maletero de su automóvil, cuando estaban a punto de tomar un ferry de vuelta a casa. "Ese ha sido el caso más alucinante hasta la fecha”, señala Carlo Lazzari, el comandante del grupo de la policía financiera de Olbia, que añade que pretendían decorar su acuario.

Este policía forma parte de una unidad especial que supervisa los tres aeropuertos y puertos de la isla. Al parecer, a diario localizan botellas de arena en los equipajes cuando los viajeros pasan por los controles. El equipo también sigue la pista del saqueo a través de ventas ilegales por internet.

Playa Gabbiani en Cerdeña.

Playa Gabbiani en Cerdeña / EDWIN WINKELS

Según relata al rotativo británico, esta temporada se han emitido multas por valor de miles de euros, aunque la mayor parte de los responsables no sabían que era una ilegalidad y suelen pagar la multa inmediatamente. "No queremos aterrorizar a los turistas, que para Cerdeña son un recurso, sino concienciar a la gente”, añade Lazzari. En la isla temen que la mala práctica acabe reduciendo playas como las de la península de Sinis, que contiene arena de cuarzo blanca y rosada que se produce a partir de la erosión de las rocas. “Lo llamamos arena fósil porque, desde un punto de vista geológico, los granos no se reproducen, por lo que cada grano que perdemos no lo recuperamos”, detalla.

Ya antes de la prohibición, en 2015, el personal de los aeropuertos y puertos de Cerdeña se unió para crear Sardinia Robbed and Plundered, que aglutina a voluntarios que denuncian públicamente los robos de arena y en invierno la reponen en las playas, para preservar el ecosistema.

Entre los puntos históricamente más codiciados de Cerdeña para llevarse arena se encontraba Budelli, una isla deshabitada frente a la costa norte que es famosa por Spiaggia Rosa o playa de arena rosa. Tras las campañas contra esa infracción, algunos arrepentidos incluso han devuelto los granos robados antaño.