Pandemia de covid-19

La variante delta del coronavirus asola Asia

La nueva cepa ha desarbolado estrategias de contención en la región del mundo que más elogios había recibido por su gestión de la crisis

Indonesia, el cuarto país más poblado del mundo, acaba de superar el umbral del millar de muertos diarios por primera vez

A1-117481765.jpg

A1-117481765.jpg / PUNIT PARANJPE

Adrián Foncillas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La variante delta está asolando la región del mundo que había coleccionado elogios por su gestión de la pandemia. Desde Tailandia e Indonesia, en el sudeste asiático, hasta Japón y Corea del Sur, en la punta más oriental, y bajando hasta Australia, la nueva variante ha desarbolado estrategias de contención que parecían eficaces y penalizado las morosas campañas de vacunación. Los récords de casos diarios y las acentuadas restricciones de movimientos son el peor presagio para los que ya habían fracasado contra variantes menos contagiosas y aconsejan mitigar los cantos victoriosos.   

Los 1.212 contagios del miércoles en Corea del Sur suponen la mayor cifra desde diciembre y se sitúan apenas dos docenas por debajo de la máxima de la pandemia. "El país está en apuros frente a la creciente cuarta ola de la pandemia, con la altamente contagiosa variante delta extendiéndose rápidamente, especialmente en el área metropolitana de Seúl", señala la agencia oficial 'Yonhap'. 

La oleada de contagios forzó el jueves a Tokio a declarar el estado de emergencia sanitaria hasta el 22 de agosto

Al Ejecutivo de Moon Jae-in, que arrasó en las elecciones por su exitosa lucha contra el virus, se le afea ahora su lentitud en la vacunación. Solo un 30% de la población ha recibido un pinchazo, ancianos en su mayoría, y la variante delta ha encontrado vía libre entre la población entre 20 y 40 años. Moon ha anunciado la movilización de militares, policías y funcionarios, la apertura de nuevos  laboratorios de testeos y castigos severos a los que vulneren las restricciones de movilidad

La oleada de contagios forzó el jueves a Tokio a declarar el estado de emergencia sanitaria hasta el 22 de agosto, un periodo que cubrirá los Juegos Olímpicos, los cuales se celebrarán sin público. Las limitaciones previas a esta prohibición, que el gremio médico consideraba insuficientes, fijaban un máximo de 10.000 espectadores y nunca por encima del 50% del aforo. Pero los contagios han crecido sin freno en Tokyo desde que se levantó el anterior estado de emergencia, dos semanas atrás, ayudados por una vacunación que sólo cubre al 15% de la población nacional. Por eso finalmente se ha anunciado que no habrá espectadores.

El porcentaje baja hasta el 10% en Australia. El estado de Nuevo Gales del Sur, el más poblado, sufre el mayor brote del año. Son ya 400 contagios y en proyección creciente. Los cinco millones de habitantes de Sídney, la capital, se preparan para su tercera semana de aislamiento domiciliario, decretada por las frustradas autoridades con el generalizado incumplimiento de las normas y a pesar de la factura que pasará el cerrojazo al turismo durante el periodo de vacaciones infantiles. 

Preocupación en Indonesia

Ningún cuadro es más inquietante que el indonesio. El cuarto país más poblado del mundo acaba de superar el umbral del millar de muertos diarios por primera vez, según las cifras oficiales. Los contagios rondan los 35.000 y las autoridades prevén que se doblarán en breve. Se intuye el drama en un sistema sanitario ya da signos de colapso. Los hospitales carecen de camas y una sesentena de enfermos murió el fin de semana por la falta de oxígeno mientras esperaba con desesperación la llegada de reservas desde Singapur. Las islas de Bali y Java, donde está la capital Yakarta, decretaron el estado de emergencia el sábado para frenar "el dramático aumento de casos ocurrido durante las vacaciones", razonó el Ministerio de Sanidad.  

China, por el contrario, sigue teniendo escasísimos rebrotes y cuenta con una velocísima campaña de vacunación

Los 75 muertos del miércoles en Tailandia también son récord diario. La variante Delta, que concentra la mayoría de casos en Bangkok, sigue extendiéndose a pesar del cierre de restaurantes, bares, gimnasios y colegios. Solo un 5% de la población ha sido vacunada. 

El deterioro de Asia apuntala la gravedad de la amenaza y un vistazo a China sirve para medirla con más exactitud. China continúa apegada al éxito, con escasísimos rebrotes y una veloz campaña de vacunación que sitúa la inmunidad del rebaño a la vuelta de la esquina, pero semanas atrás anunciaba la construcción de un complejo del tamaño de 46 campos de fútbol en Guangzhou, una de las principales puertas de entrada del país, para la cuarentena de viajeros. Zhong Nanshan, el epidemiólogo jefe, aclaraba que la red de hoteles habitual no serviría para lidiar con la alta capacidad  de transmisión de la variante Delta. El mundo ha desdeñado como excesivas las medidas chinas que después adoptó.