Los más brillantes en Catalunya

Los mejores de la selectividad dicen que no son empollones

Alumnos que han logrado un 9,90 en las PAU, la nota máxima, sostienen que el secreto es el día a día, no memorizar a toda prisa

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A1-116167353.jpg / ANNA MAS TALENS

Toni Sust

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Eloi Sabater estudió hasta los 12 años en la escuela rural Pedra Blanca, en La Pera (Baix Empordà). “Nos juntábamos en clase alumnos de primero, de segundo y de tercero de primaria. En total éramos 10. Los mayores ayudaban a los pequeños”, recuerda. Luego fue al Instituto de La Bisbal d’Empordà. Vive en Púbol, entidad de población que está en La Pera, y es uno de los siete alumnos que, en un empate inhabitual, han obtenido la mejor nota de las pruebas de selectividad de este año: un 9,90 sobre 10.

Universitats elige la mejor calificación empleando como criterio las pruebas de la fase general, sobre 10. Una nota que se complementa con las de los exámenes de la fase específica, hasta ofrecer un número final sobre 14 que determina las opciones para acceder a unos estudios determinados. Ni Sabater ni sus seis compañeros de éxito tendrán problemas para elegir destino universitario. El vecino de Púbol, que cumplió 18 años el 1 de febrero, sostiene que su nota no se fundamenta en tardes de encierro, que no es un empollón.  

Eloi Sabater, uno de los siete con mejor nota en Catalunya y el mejor en la provincia de Girona.

Eloi Sabater, uno de los siete con mejor nota en Catalunya y el mejor en la provincia de Girona. / ACN

“Escuchar en clase me ha funcionado”

“Soy de las personas que se centran en lo que hacen. Agobiarme, no mucho. He intentando hacer mi trabajo lo antes posible, llevarlo todo al día. Y así he podido entrenar al handbol, como jugador y como entrenador. También toca el clarinete y antes estudiaba solfeo, pero ganó el balonmano. “A mí lo de escuchar en clase me ha funcionado”. Sabater, que ha hecho bachillerato científico, tendrá que tomar una decisión antes del 1 de julio: o Medicina o Biomedicina. O Girona o Barcelona. Admite que algunas notas frenan a profesionales potencialmente buenos: “Muchas personas que podrían convertirse en grandes médicos se quedan fuera por llevar mal el catalán, el castellano y el inglés, y me parece muy triste”.

Frida Fernández, una de las siete mejores notas de selectividad y la mejor en la provincia de Tarragona.

Frida Fernández, una de las siete mejores notas de selectividad y la mejor en la provincia de Tarragona. / El Periódico

Le sorprende, dice, haber logrado esa nota máxima. Si cuenta también la fase específica, Sabater suma un 13,86 sobre 14. En la fase general no llegó al 10 de media porque en catalán obtuvo un 9,50. Que es lo mismo que le sucedió a Frida Fernández.

Lengua y literatura españolas

Fernández, que cumplirá los 18 el 28 de octubre, estudió en el Instituto Julio Antonio de Mora d’Ebre y antes en el colegio Santa Teresa de la misma localidad. Ella reside en La Fatarella (Terra Alta). Dice que siempre fue buena estudiante: “Pero he ido a mejor. Sobre todo, he cogido los conceptos en clase. En casa más que estudiar he repasado lo hecho en clase. Para la selectividad estudié un poco más”.

Su nota final es de un 13,618. Ha hecho el bachillerato humanístico y quiere estudiar Lengua y Literatura españolas en la UAB. Buscará piso en Cerdanyola o Sabadell. “Me ha sorprendido bastante sacar la mejor nota”. Dice que en la ESO no le sucedía.

Sobre su futuro no tiene todavía muy claras las preferencias concretas: “No sé a qué me quiero dedicar. La docencia está bastante al final de la lista”. A los estudiantes más jóvenes les recomienda “tranquilidad y conocerse a uno mismo”.

La “niña repelente”

Cuando tenía 10 o 11 años, Teresa Velasco vio en TV3 una entrevista al estudiante con mejor nota de selectividad. Y se dijo: “Cuando me llegue el turno tengo que ser este chico”. Vecina de Artesa de Segre (La Noguera) y alumna del Instituto Els Planells, y antes de la escuela Els Planells (“Solo tuve que bajar unas escaleras que los separan cuando cambié”, cuenta), Velasco posee sentido del humor, además de buenas notas: “Siempre he sido la niña repelente que sacaba un 9,9 y lloraba”. “Soy la que el primer día de colegio se sienta en primera fila para escuchar al profesor al máximo posible”, prosigue entre risas. “Soy partidaria de escuchar en clase y revisar un poco en casa. Aunque en el bachillerato no bastaba con escuchar, he tenido que estudiar más”, añade. Y detalla otra de sus características: “Mis compañeros están hartos: cada duda que he tenido me ha llevado a preguntar”.

Teresa Velasco, una de las siete mejores notas de la selectividad en Catalunya y la mejor en la provincia de Lleida.

Teresa Velasco, una de las siete mejores notas de la selectividad en Catalunya y la mejor en la provincia de Lleida. / ACN

Siempre ha sido la primera de la clase. Se considera “muy perfeccionista” y dice que la mejor nota de selectividad “no le cae del cielo”. No llegó al 10 porque sacó un 9,5 en castellano. Sus padres, dice, están “pletóricos”, algo común al resto de estudiantes que aparecen en este artículo. Otro rasgo destacable: siempre ha estado en grupos más o menos contenidos. De poco más de 20 alumnos: “Mi 9,9 es fruto de muchas casualidades buenas: una educación personalizada, profesores que responden whatsapp a cualquier hora, el apoyo de la familia y los amigos”. Ha hecho bachillerato tecnológico y su nota final es de 13,83. Opta a un doble grado de Matemáticas e Ingeniería de datos en un centro de la UPC. Este miércoles sabrá si entra. Si no, estudiará Física y Matemáticas en la UB. En Barcelona, vivirá en una residencia.

Imad Benhessou, 18 años el próximo 13 de noviembre, vive en Les Franqueses del Vallès (Vallès Oriental) y es alumno del Instituto Lauro. Antes hizo la primera en la escuela Joan Camps. ¿Siempre ha sido el primero de su clase? “Se podría considerar así”, responde. Coincide en que la vía para el éxito académico no son los codos. “Nunca he sido partidario de encerrarme horas a memorizar. No es un modelo de estudio sano. Estar atento en clase, quedarme con las ideas principales. Preguntar. Y un poco de repaso en casa”. Esta “rutina diaria” le ha permitido “llegar a los exámenes con mucha seguridad”. “En absoluto pensé que sacaría la mejor nota”, declara. No llegó al 10 por el 9,5 que obtuvo en lengua castellana. Su nota final roza el pleno: un 13,96 sobre 14. Sus padres vinieron de Marruecos a principios de los 90 y su madre le decía cuando era pequeño: “Ojalá puedas ser médico”.

Benhessou, que ha hecho el bachillerato científico, estudiará Medicina en la UB, en el Hospital Clínic. Le llama la atención la Neurología. Por ahora, seguirá viviendo con sus padres y cogerá el tren a Barcelona cada día. 

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