Sector resucitado

El ocio nocturno despega a medio gas con la vista puesta en Sant Joan

Solo una cuarta parte los bares musicales y 'discos' abrieron la noche del domingo, aunque con gran acogida de público

Los establecimientos han de cerrar a las 3.30 horas pero las patronales confían en alargar horarios a partir del 5 de julio

Ambiente en el Moog la madrugada del lunes.

Ambiente en el Moog la madrugada del lunes. / Manu Mitru

Patricia Castán

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los decibelios han vuelto a atronar de madrugada a partir de las 00.00 horas en los bares musicales y discotecas de Catalunya, que han resucitado como un vampiro a medianoche con un arsenal de condiciones ligadas a la pandemia. Tras meses de clausura total, solo rota por sesiones de 'tardeo', había emoción y ganas entre los noctámbulos que no se amedrantaron pese a que el lunes es día laborable y pese a que bailar con mascarilla es un "engorro", en palabras de una clienta que volvió al ruedo nocturno en un local del Front Marítim, la zona más animada de la ciudad. "Mucho ambiente, gente que se comportaba y otros que no tanto", glosaba a la mañana siguiente, Adriana L., de 29 años, tras haber apurado el horario máximo permitido de las 3.30 horas.

La noche despegó a medio gas, en tanto que fueron pocos los establecimientos valientes como para debutar en domingo: entre un 20% y un 30% del total según las estimaciones de una u otra patronal. Pero por contra, la afluencia y la entrega fueron notables sobre todo en los puntos más turísticos, donde algún foráneo se sumaba al interés local por estrenar una de esas pistas de baile resucitadas. El eje de ocio marinero era el ejemplo claro, donde en casi todos los locales se alcanzó el aforo permitido, que era del 50% en el interior.

David Muñoz, director de Shôko, explica a este diario que en su establecimiento y ante la ambigüedad del Procicat sobre las distancias y gestión de las pistas de baile optaron por no habilitarla aún e instalar mesas y sillas, de modo que el aforo se alcanzó por pura capacidad de mobiliario. "De cara al fin de semana estudiaremos cómo abrir las pistas", señala, satisfecho por volver a levantar cabeza, aunque aún quede mucho camino para la actividad normalizada. En su caso, tras reservar mesa, los clientes entregaban sus datos y DNI al llegar, como marca el protocolo del sello sanitario internacional al que están adscritos, más allá de las exigencias en Catalunya.

Normas complicadas

Las reglas del Procicat implican además venta anticipada de entradas en locales para más de 500 personas, mascarillas en la pista, consumo de bebidas solo en la barra y las mesas, distancias de seguridad de 1,5 metros y grupos de máximo seis personas en interior y de diez en el exterior. Un repertorio que no convence a muchos empresarios. Desde la Fecasarm lamentan que las distancias serán "difíciles de cumplir" al bailar, así como el uso de la mascarilla de pie o sentado según se anime el ambiente, por lo que reivindican su propuesta de realizar test de antígenos previos al acceso. Joaquim Boadas estima que esta madrugada solo han abierto en zonas donde los establecimientos trabajaban a diario en verano. El grueso, acaso en torno al 85%, lo hará de cara a la verbena de Sant Joan, auténtica prueba de fuego. El resto esperará a que haya más flexibilidad y el regreso sea rentable.

Por parte del gremio barcelonés de discotecas, su presidente, Ramon Mas, opina que el sector ha respondido con seriedad, haciendo registros de la clientela a la entrada, desplegando las medidas sanitarias y con controles para evitar desmadres. Los empresarios están contentos, pero con la vista puesta en el próximo fin de semana para evaluar las actuales condiciones. Espera que semana a semana la situación mejore y "en 15 días más se pueda alcanzar una hora más de apertura y un aforo superior", que ven vital para su viabilidad, sobre todo en caso de clubes con muchos costes por programación musical.

Fernando Martínez añade desde Fecalon que el actual horario no se ha compaginado con el del transporte público, por lo que implica riesgo de que los noctámbulos se instalen en calles o playas unas horas, y tampoco erradicará el botellón. La madrugada del lunes, la policía desplegada intentó evitar que el siguiente paso tras la fiesta fuera la cama, y no las playas.

Suscríbete para seguir leyendo