ENTREVISTA

José Alfredo Martín: «Hay mucho talento en la juventud»

"Están cambiando los valores. La gente ya se plantea que el lucro no debe ser el único objetivo del emprendimiento", afirma el cofundador del proyecto social ‘Apadrina un olivo’

josé alfredo martín. apadrina un olvio

josé alfredo martín. apadrina un olvio / EL PERIÓDICO

Montserrat Baldomà

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José Alfredo Martín es uno de los cuatro fundadores de 'Apadrina un Olivo' un innovador proyecto iniciado hace siete años en Oliete, un pueblo de Teruel condenado a la desaparición, que busca remover conciencias y sumar energías para frenar el abandono de las áreas rurales. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas, Martín ha sido uno de los 'coach' del Campus Virtual del 'EduCaixa Challenge', celebrado esta semana y en el que han participado más de 330 estudiantes de España y Portugal.

-¿Qué lo vinculaba a Oliete?

-Nada. Soy nacido en Madrid y mi familia es de un pueblo muy pequeño de Extremadura y de otro, también pequeño, de Ávila. 

-¿Entonces?

-Somos cuatro fundadores. Uno es mi hermano, que nació informático. Con un amigo de Valencia, que también nació informático, participaron en el 2013 en una ‘campus party’ en Londres. Allí conocieron a Alberto, cuya familia sí es de Oliete, y que andaba dándole vueltas a la idea de hacer algo con los olivos de su pueblo porque era consciente de que si no se actuaba, Oliete desaparecía en 20 años. Alberto, que necesitaba informáticos para su proyecto, los enamoró con la idea. A la vuelta, mi hermano, que solo tenía 17 años, me lo contó.

-Y deja el sector de la auditoría financiera y se suma al proyecto.

 Nuestra infancia estaba ligada al pueblo y por eso se nos removieron muchos sentimientos. En España hay 8.124 pueblos y el 60% de ellos tiene menos de mil habitantes. En 20 años muchos serán pueblos fantasmas. Te planteas que si nadie hace nada, igual tienes que hacerlo tú. Pensamos que tenía sentido a través de los olivos empezar a generar esos vínculos rurales que están faltando.  

-El proyecto arrancó en 2014. ¿Objetivo cumplido, pueblo salvado?

-Debido al éxodo rural, Oliete tenía 100.000 olivos abandonados. El objetivo era recuperar el olivar y generar empleo para que el pueblo volviera a tener vida y prosperidad económica. Ahora mismo, damos empleo a tiempo completo a 12 familias, hemos conseguido que la escuela siga abierta, logramos que las casas rurales sigan funcionando con las visitas de los padrinos y que el restaurante siga sirviendo comidas los fines de semana. Oliete está en proceso de recuperación.

-¿El proyecto es escalable?

-Sí. De hecho, este año hemos empezado la recuperación de Alacón, también en Teruel, que no tiene olivar, pero sí huerta abandonada y la tradición de hacer conservas con estos productos. Hemos recuperado una fábrica, hemos animado a los agricultores a que recuperen sus huertas, porque nosotros compraremos la producción a un precio que haga que tenga sentido la explotación de la tierra. La propuesta de valor es que cualquier persona que compre este producto, o el aceite Mi Olivo, de Oliete, estará apoyando que un pueblo de la España vaciada no tenga que echar el cierre.

-¿La sociedad valora el emprendimiento social? 

Están cambiando los valores. La gente se empieza a plantear si el hecho de emprender solo tiene una connotación, el lucro. También empieza buscar sitios donde trabajar tenga un sentido, un propósito, más allá del lucro. Todavía falta para que las pocas empresas que, además de tener viabilidad económica, están solucionando una cuestión social, consigamos romper la barrera y llegar al gran cliente de una manera más potente. Nos falta la eclosión, pero llegará.

-¿Veremos algún unicornio en emprendimiento social?

-No tiene sentido comparar el tipo de emprendimiento, e incluso el tipo de palabrería, que nos llega del Silicon Valley, con el emprendimiento social, que tiene un crecimiento más orgánico. La transformación social lleva tiempo y el tiempo va en contra de los intereses de los inversores.

-¿Cuál ha sido su mensaje para los participantes en el Campus Virtual de Educaixa? 

-Me ha gustado ver que todos los proyectos tienen visión social o ambiental, eso me hace sentir que la semilla está ahí y que germinará. Es muy importante que no cese el flujo de estos proyectos, que vayamos a más. Y el mensaje es que le pongan propósito a todo lo que hagan en la vida.

-¿Y qué ha aprendido de ellos?

-Es una generación superpreparada, con una capacidad de escucha y de aprendizaje que me ha dejado asombrado. Y estoy aprendiendo a ponerme las pilas porque los jóvenes vienen pisando fuerte. No es una generación dormida, hay mucho talento.  

Un futuro de oportunidades

EL PERIÓDICO y Fundación ‘la Caixa’ dan voz cada semana a los perfiles sociales, culturales y científicos que con su esfuerzo están creando una sociedad con más oportunidades para todos.