Icono universal

Pippi, del anarcofeminismo al punk pasando por Greta Thunberg

Un trabajo académico que vincula al personaje más rebelde de la literatura infantil con figuras como Emma Goldman recibe el premio Aurèlia Pijoan Querol

En las aventuras creadas por la escritora sueca en 1945 resonaban movimientos como la ecología y el punk mucho antes de que se hicieran populares

Mural sobre Pipi Calzaslargas y la lucha feminista en el colegio Cervantes de Sueca   FOTO  GERMAN CABALLERO

Mural sobre Pipi Calzaslargas y la lucha feminista en el colegio Cervantes de Sueca FOTO GERMAN CABALLERO / Germán caballero

Gemma Tramullas

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Axel Lapuerta tenía 6 años cuando su madre le compró la primera entrega de 'Pippi Langstrump' en formato VHS, que entonces se vendía en los quioscos. Quince años después de aquel primer impacto, este recién graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual firma un trabajo de fin de grado que sitúa a la niña de las trenzas pelirrojas en la tradición del anarcofeminismo y que le ha valido el premio Aurèlia Pijoan Querol de la Universitat de Lleida.

Se cumplen 75 años desde que la formidable imaginación y la durísima experiencia como joven madre de la escritora sueca Astrid Lindgren se conjuraran para dar a la luz a Pippilotta Viktualia Rullgardina Krusmynta Efraimsdotter Långstrump, más conocida aquí como Pippi Cazaslargas. Generación tras generación, las madres han seguido transmitiendo, sobre todo a sus hijas pero también a sus hijos, la fascinación por el rebelde personaje.

Hace 75 años

Sus libros de aventuras empezaron a publicarse en Suecia en 1945, tras ser rechazados inicialmente porque se consideró a la protagonista "demasiado avanzada". A España llegaron en formato de serie de televisión en 1974, cuando TVE iniciaba su apertura y Narciso ‘Chicho’ Ibáñez Serrador acababa de ser nombrado director de programación tras el éxito del concurso Un, dos, tres. Entretenidos quizás en medir las minifaldas de las azafatas, los censores no advirtieron el potencial transformador de la serie sueca, que se repuso en 1979 y 1987.

Las primeras madres que descubrieron la serie en la parrilla infantil de TVE habían nacido entre los años 40 y 50, una época oscura y autoritaria, y empezaban a trabajar fuera del hogar y a ir a la universidad. Pero mientras los maestros de la escuela del tardofranquismo criticaban el mal ejemplo que daba aquella niña que no reconocía ningún tipo de autoridad (ya fuera de la familia, la escuela, la policía o el Estado) ni norma social, aquellas madres inyectaban a conciencia el mensaje de libertad, independencia, bondad, valentía y felicidad de Pippi en sus propias hijas.

De esas mujeres recibió el testigo la madre de Axel Lapuerta, que a su vez lo pasó a su hijo: "Ella nunca callaba cuando se encontraba ante injusticias de género y así nos inculcó el feminismo", explica. Uno de los motivos que le llevó a escoger este tema para su trabajo de fin de grado fue la evidencia de que "hay muy poca investigación sobre el feminismo hecha por hombres y debería interesarnos también".

Feministas ilustres

El autor de ‘Feminisme en les sèries infantils de televisió. El cas de Pippi Langstrump’ relaciona la serie con feministas históricas como Mary Wollstonecraft, Louise Michel y Emma Goldman y también con el colectivo anarquista Mujeres Libres, que tuvo su auge en la guerra civil. Pero la mayoría de las primeras lectoras de Lindgren no se llamaban a sí mismas feministas y mucho menos anarquistas. Tampoco la autora usó nunca estas etiquetas, aunque lo fuera de hechos y de pensamiento.

Pippi, interpretada por una Inger Nilsson que se fundía con el personaje, no quería hacer la revolución, no exudaba moralina y disfrutaba derrochando el dinero y compartiéndolo con sus amigos Tommy y Annika. Pero el análisis de los 21 capítulos realizado por Lapuerta descubre que hasta en 12 ocasiones interviene para defender a personas desfavorecidas (incluido un caso de acoso escolar) y en 18 escenas se enfrenta a un hombre al que supera en fuerza e ingenio.

Como decía el obituario de la autora publicado por la Federación Anarquista de Suecia en 2002: “Astrid Lindgren aprovechaba su habilidad para escribir para exponer sus preocupaciones políticas y, aunque nunca escribió directamente sobre anarquismo, tenía una tendencia libertaria”.

Un pirata ausente

Huérfana de madre e hija de un pirata ausente (el prototipo de rebelde por antonomasia), la única familia de la protagonista eran el mono Señor Nilsson y el caballo Pequeño Tío, con los que compartía una desvencijada casa de campo cuando no deambulaban por el mundo. La fusión de Pippi con la naturaleza y con los animales, a los que trata como iguales, la vinculan también con la tradición del ecofeminismo, con el actual antiespecismo y con otro icono con trenzas, esta vez de carne y hueso: Greta Thunberg.

Finalmente, a esta figura de la ficción imposible de etiquetar aún se la puede cargar con otra etiqueta. Lo expuso en su inimitable estilo la cantante islandesa Björk en 1996: "Hasta que no empecé a leerle sus libros a mi hijo no me di cuenta de lo jodidamente rebelde que es Pippi. Su mensaje es: fuera los padres, dinero ilimitado, nada de escuela, comer y dormir cuando te dé la gana…". ¡Que se jodan las feministas! El punk, los Sex Pistols, ¡todo es ‘fake’ comparado con ella!”. Uno de los iconos del movimiento feminista punk Riot Grrrl de la década de 1990 era, junto a Emma Goldman, Pippi Langstrump.

Además de los libros y la serie de televisión, sus aventuras se han editado en vinilo, VHS, DVD, CD y también hay prevista una versión cinematográfica. Coincidiendo con el 75º aniversario, se ha publicado un audiolibro que puede descargarse gratuitamente de Spotify.

Suscríbete para seguir leyendo