CEREMONIA CON 600 PERSONAS

El Govern restringirá actos como el de la Sagrada Família

600 personas se reúnen en la Sagrada Família para la beatificación de Joan Roig Diggle

600 personas se reúnen en la Sagrada Família para la beatificación de Joan Roig Diggle. / periodico

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El evento multitudinario que este sábado ha reunido a casi 600 personas en la <strong>Sagrada Família</strong> ha abierto la caja de los truenos y los reproches. Tras las críticas del sector de la cultura y y la decisión de la Conselleria de Salut de investigar si se cumplieron las medidas de seguridad, este domingo la Generalitat ha afeado la concentración de personas por "una cuestión de sentido común" en plena pandemia. Y la Conselleria de Justícia ha anunciado que pedirá al Procicat limitar a un máximo de cien personas el aforo en actos religiosos, aunque sean en espacios de gran capacidad.

En plena polémica, el Arquebisbat de Barcelona, "desconcertado", ha pedido este domingo por la noche disculpas por la convocatoria. Horas antes habían recordado que tanto el Ayuntamiento de Barcelona como la Generalitat eran conocedores de este evento y que, de hecho, hubo hasta participación institucional.  

La polémica levantada por este evento tiene mucho que ver con la letra pequeña de las restricciones para contener la expansión del covid-19. El acto religioso reunió, efectivamente, a 15 obispos y a unos 580 asistentes. Los organizadores del evento explican que se preveía la participación de 200 personas más, que finalmente no pudieron llegar al templo debido al confinamiento perimetral impuesto los fines de semana en las ciudades catalanas. Incluso así, el total de asistentes supondría un aforo de menos del 30% de la capacidad de la basílica, por lo que entraría dentro de las restricciones vigentes dictadas por Protecció Civil. Según este baremo, la Sagrada Família podría acoger eventos de hasta 900 personas.

Aragonès explica que se "cabreó" al ver las imágenes de la beatificación en la Sagrada Familia

Aragonès explica que se "cabreó" al ver las imágenes de la beatificación en la Sagrada Familia. / periodico

El Departament de Justícia de la Generalitat ha anunciado que propondrá al Procicat que -además de la actual limitación del el aforo para ceremonias religiosas- no se puedan reunir más de 100 personas en estos actos. Aunque se celebren "en espacios de gran capacidad". La propuesta, presentada a través de Afers religiosos, serviría para "evitar nuevas concentraciones multitudinarias" como las que se vieron este sábado en la Sagrada Família.

Críticas del Govern

El vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, también ha criticado la aglomeración de personas que se produjo en este evento. "Es una cuestión de sentido común, y también del mensaje", argumentó el 'president' en funciones en una entrevista a 'Catalunya Ràdio'. En este sentido, Aragonès lamentó que las imágenes del acto pueden transmitir el mensaje de que "para según qué cosas no hay restricciones", mientras el sector cultural sigue cerrado.

La 'consellera' de Salut, Alba Vergés, también se ha pronunciado sobre la polémica y ha tachado las imágenes de la celebración como algo "injustificable" en el actual contexto epidemiológico. El estado de alarma del Gobierno español no nos permite suspender actos religiosos, pero el derecho a culto no puede pasar por encima del sentido común y de la protección de la salud", argumentó Vergés en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.

Asimismo, la responsable del Departament de Salut insistió que se abrirá un expediente para investigar la celebración y que, a partir de ahí, se harán "las aclaraciones necesarias para que actos así no se vuelvan a repetir".

El Arquebisbat pide disculpas a la gente y afea la riña política

El Arquebisbat ha emitido un comunicado sobre la cuestión. En primer lugar, los organizadores del evento piden disculpas a las personas que se hayan sentido heridas por la concentración "mientras sufrimos restricciones en nuestra vida laboral y familiar". "La misa se celebró cumpliendo escrupulosamente todas las medidas exigidas por la legislación vigente, como se ha ido haciendo desde el inicio de la pandemia en todas las iglesias de la archidiócesis", defiende la entidad.

 A través del comunicado, la Iglesia Archidiocesana de Barcelona también ha manifestado su "desconcierto" por la riña política generada. El evento, argumentan, estaba previsto desde hace un año. "Además, hacía semanas que todas las instituciones habían recibido una invitación a esta misa", recalcan los organizadores del evento.

Participación institucional

La celebración al centro de la polémica fue la ceremonia de beatificación de Joan Roig Diggle, un joven laico de 19 años que fue asesinado al inicio de la guerra civil española. El evento fue presidido por el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española. El acto contó con la participación oficial del director general de Derechos y de Entidades Jurídicas de la Generalitat, Xavier Bernadí, el comisionado de Diálogo Intercultural y Pluralismo Religioso del Ayuntamiento de Barcelona, Khalid Ghali; y con la presencia del teniente de alcalde Albert Batlle, quien fue invitado a título individual.

El concejal de Derechos de Ciudadanía y Participación de Barcelona, Marc Serra, ha declarado este domingo que "Al Ayuntamiento no nos constaba la celebración de este evento". "Nos ha sorprendido la falta de comunicación entre los organizadores y la Conselleria de Salut", ha argumentado Serra este domingo en una entrevista en 'Rac 1'. "Yo creo que la normativa está viva y debería adaptarse a las circunstancias. Y en actos como el de ayer tendría que ponerse un límite, un techo, para evitar encuentros de este tipo", ha explicado.

Críticas desde el mundo de la cultura

El acto ha desatado múltiples críticas en las redes sociales contra la Generalitat por haber permitido la celebración de un acto masivo en la actual situación epidemiológica por el covid-19, especialmente mientras se prohíben los actos culturales. Entre los reproches más repetidos, los que tienen que ver con el agravio con el mundo de la cultura, que hoy por hoy permanece cerrado.

La presidenta de En Comú Podem (ECP) en el Parlament, Jéssica Albiach, ha criticado el cierre de las actividades culturales y que, sin embargo, se celebre en la Sagrada Familia un acto con "588 personas". En esta misma línea también se han posicionado la actriz Silvia Bel, la escritora Bel Olid, el dramaturgo Julio Manrique y el músico Gerard Quintana, entre otros.