Avisos rojos y naranjas

Toda España en alerta por la ola de calor, con hasta 41 grados

Valentina Raffio

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Que en verano haga calor es normal, sí. Y que de vez en cuando haya una ola de calor, también lo es. ¿Entonces por qué el aumento que marcan los termómetros protagoniza este final de semana? España acaba de entrar en su primera ola de calor del verano a nivel nacional; un episodio que pone broche a un mes de junio ya de por sí especialmente caluroso (y que probablemente dejará temperaturas récord). Ahora, con la llegada de este episodio de temperaturas especialmente altas, se espera que la canícula se mantenga desde este jueves hasta el sábado.

Trece comunidades autónomas han activado este jueves la alerta por temperaturas muy altas. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) registró ayer unos 42 grados en puntos del Cantábrico oriental, el litoral de Gipuzkoa y Vizkaia, el valle del Ebro, en Navarra, en la Rioja y en el Guadalquivir. Y, en el resto de la península, entre 37 y 38 grados. El País Vasco registra este jueves las temperaturas más altas de esta primera jornada de ola de calor.

"En las regiones cantábricas, y especialmente en el interior de Cantabria y País Vasco, así como en algunas zonas litorales, hablamos de un ascenso extraordinario de las temperaturas entre el miércoles y el jueves. Se denomina así porque la diferencia de temperaturas máximas entre el primer y segundo día será superior a 10 ºC; de hecho puede ser una diferencia de hasta 13 ºC, algo poco habitual", explica Rubén Campos, portavoz de la AEMET, a este diario. "No podemos hablar de récords a priori, es necesario esperar a que acabe el episodio para ello, pero en zonas de Bizkaia, como por ejemplo Bilbao, no es descartable que se pueda batir el récord de temperatura máxima absoluta, que es de 42 ºC y sigue vigente desde julio de 1947", añade.

Pronóstico de esta primera ola de calor

De cara al viernes se espera que la presión se traslade a los alrededores de Lleida donde, según apunta el Servei Meteorològic de Catalunya, se podrían superar los 40 grados. El viernes también se esperan 39 grados en las comarcas de Igualada, Manresa y Tàrrega; y 38 en las de Cervera, Mora de l'Ebre, Figueres y Tremp. Las temperaturas darán un respiro en la zona del Cantábrico, mientras siguen aumentando en el resto de la Península, sobre todo en las regiones mediterráneas. En este segundo día de ola de calor, se espera que los 40 grados también alcancen al interior de la Comunidad Valenciana y Murcia.

Y, finalmente, el sábado (último día de este episodio) el calor menguará en buena parte de la península pero, antes de aflojar del todo, se espera que repunte en el litoral mediterráneo. En Catalunya, entrarán en alerta roja, además de las comarcas de Lleida y Balaguer, el Pla d'Urgell y Les Garrigues. Se espera que el domingo, una vez finalizada este episodio de ola de calor, la canícula mengue y volvamos a los valores esperables para esta época.

Noches tropicales, tormentas y riesgo de incendios

La canícula de estos días pinta el mapa peninsular (salvo en la Comunidad Valenciana) de amarillo, naranja y rojo; los tres tonos que delimitan los diferentes grados de "riesgo de fenómenos meteorológicos no habituales de intensidad excepcional". El calor también se dejará sentir en unas ‘noches tropicales’ en las que se esperan elevadas temperaturas (acompañadas de una elevada sensación térmica, claro). En Europa, esta misma situación se repite en gran parte del arco mediterráneo, donde destacan las alertas rojas en las regiones italianas de la Toscana, el Lacio y Sardegna.

Esta primera ola de calor puede dejar a su paso algunas tormentas secas (en las que destacan más truenos y rayos que la lluvia en sí) o granizo en zonas como la Cordillera cantábrica, sistema ibérico y meseta norte. No se espera que las precipitaciones en sí causen demasiadas molestias, pero sí que aumenten el riesgo de incendios en prácticamente todo el territorio español, ya que se espera que el calor y las tormentas vengan acompañados de fuertes rachas de viento.

¿Es normal que haga tanto calor?

La diferencia entre el calor típico del verano y el que se vive durante una ola de calor tiene que ver con tres factores. En estos episodios se experimentan temperaturas anormalmente altas, que se mantienen durante varios días y que afectan a gran parte de la geografía. Complicado predecir con mucha antelación cuándo ocurrirán (y qué tan fuertes serán) porque, para ello, se necesitan pronósticos de tiempo muy precisos que, por ahora, solo funcionan a 7 o 10 días vista.

"En ese horizonte temporal, tenemos que prestar atención a una nueva subida de las temperaturas a mediados de la próxima semana, que en caso de confirmarse podría dar a un nuevo episodio cálido bastante generalizado", comenta Campos. "todavía es demasiado pronto para saber si estamos ante la segunda ola de calor del verano; es algo que habrá que confirmar, en su caso, en los próximos días", recalca.

¿Tiene algo que ver con la crisis climática?

El aumento puntual de las temperaturas no puede, por sí solo, reflejar las consecuencias de la crisis climática. Pero sí suma puntos a una tendencia que lleva décadas alertando del aumento generalizado de las temperaturas. "El número de días al año que se superan los umbrales de temperatura de ola de calor en la Península se ha duplicado desde el 1984. Y las noches tórridas, definidas como aquellas en las que la temperatura mínima es igual o superior a 25 ºC, se han multiplicado por diez desde ese mismo año en las 10 capitales españolas más pobladas", comenta el portavoz de AEMET.

La zona del Mediterráneo, de hecho, destaca como uno de los "puntos calientes" del cambio climático. Varios estudios inciden en que esta zona se está calentando más rápido que otros puntos del planeta. La temperatura media de Península Ibérica, sin ir más lejos, ha aumentado 1,5 grados frente al incremento de 1,1 grados a escala global.  "Un aumento mayor de la temperatura media también implica una mayor frecuencia de fenómenos extremos como olas de calor".