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Barcelona impulsa un «pacto de ciudad» para remontar la crisis

Jaume Collboni, primer teniente de alcalde de Barcelona.

Jaume Collboni, primer teniente de alcalde de Barcelona. / periodico

Patricia Castán

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Barcelona empezará a construir el próximo martes los cimientos del «pacto de ciudad» con el que se quiere  remontar la profunda crisis económica, social y cultural que dejarán tras de sí la pandemia y el progresivo desconfinamiento. Lo hará celebrando la primera sesión (día 28) de la mesa de trabajo donde pretende alinear a todos los agentes implicados: sindicatos, patronales, expertos, entidades sociales, ámbito cultural y científico… El ayuntamiento concretó ayer en rueda de prensa telemática la medida que ya reclamó el grupo municipal de ERC y la propia alcaldesa Colau se comprometió a desarrollar en el pleno local del pasado viernes.

El Pacto por Barcelona que ha planteado el primer teniente de alcalde de Economía, Jaume Collboni, parte de «acuerdos de ciudad y consensos para reactivar» la capital catalana. El edil socialista y socio de Colau en el gobierno municipal asume que «la crisis económica que vendrá será más profunda de lo previsto inicialmente». Con vocación de salir del hoyo lo antes posible, ya ha trasladado a los grupos de la oposición su doble objetivo de constituir dicha mesa de ciudad, a la par que un gran pacto presupuestario que reformule las finanzas del 2020 y proyecte las del 2021 con el complicado objetivo de volver a la normalidad lo antes posible. 

Equilibrio presupuestario

«Los presupuestos y la fiscalidad se tendrán que adaptar a los próximos meses y probablemente años», ha insistido, ante una «situación nunca vista, que necesita una respuesta inédita». Para ello, el consistorio ofrece «flexibilidad y entendimiento», ha dicho Collboni. No obstante, como ha puntualizado el concejal de Presidencia, Jordi Martí, el ayuntamiento es más partidario de compensar la fiscalidad con ayudas y subvenciones a quienes lo necesiten, que a rebajar sistemáticamente los impuestos, como  reclaman algunas patronales.

Y es que empieza un nuevo periodo de equilibrio financiero para el ayuntamiento barcelonés, que inicialmente cifró en 200 millones de euros la caída de ingresos por la paralización de la ciudad, pero que ante la prolongación del estado de alarma avisa de que esta cifra crecerá. Para discutir la modificación presupuestaria, el gobierno municipal tiende la mano a la implicación de los siete grupos políticos, en aras del máximo consenso. Como ejemplo, el equipo de Colau apoyará las propuestas (no presupuestarias) que mañana se planteen en la reunión de comisiones del Consejo Municipal. 

Además del drama sanitario, Collboni asume que habrá que «reimpulsar la ciudad desde todos los puntos de vista, empezando por la economía», pero  dotándose de instrumentos con criterios de cohesión, equidad, cuidados a los más vulnerables y salud, resumió.

El líder socialista abogó por el optimismo al ver más allá del desastre y pensar en reconstruir una ciudad «más resilente y habitable», atender a la reputación de Barcelona «en colaboración público privada», e ir de la mano del área metropolitana.

Oportunidad de mejora

También Martí insistió en que tras el duro reset , será  momento de articular una recuperación del municipio donde los ingresos lleguen a todos los ciudadanos y los pactos impliquen a todos los agentes. También de nuevas políticas en vivienda y turismo, por ejemplo.

El primer reto será abordar la mesa del próximo martes, donde además de todos los partidos políticos estarán representados intereses muy dispares (del tercer sector a los centros de investigación; de empresarios a sindicatos). Se espera que fruto de este trabajo, que puede durar unos meses, surjan actuaciones para un horizonte de un año y medio, afirman. Unas las impulsará el consistorio tras pactar con los agentes de la ciudad; otras los propios sector (del cultural al económico) y otras serán demandas a poderes superiores (del Govern a la Unión Europea).

En este escenario, Martí ha subrayado que el acuerdo recién anunciado entre el Gobierno de Pedro Sánchez y la Federación Española de Municipios y Provincias para que los ayuntamientos puedan recurrir a los remanentes presupuestarios de ejercicios pasados «dara un poco más de oxígeno» a los municipios. 

Los interlocutores apoyan buscar un acuerdo global

Los sectores más afectados económicamente por el estado de alarma ven con buenos ojos un acuerdo conjunto para salir adelante. El combativo Gremi de Restauració confía en que el apoyo de la oposición sirva también para acabar reduciendo la fiscalidad municipal, ya que reclaman la exención para este año y la reducción de tasas para el próximo. Desde el comercio, Barcelona Oberta, agradece esa voluntad de pacto, pero insiste en que hacen falta mesas específicas sectoriales más ejectuvias. Algo que Collboni también tiene previsto, como ha avanzado hoy.