Girona teme que se tenga que desaguar el pantano de Susqueda y desborde el río Onyar

Protección Civil pide no acercarse a las riberas ni a zonas inundables

Casa Cacau, la bombonería que tienen previsto abrir los hermanos Roca en Girona.

Casa Cacau, la bombonería que tienen previsto abrir los hermanos Roca en Girona. / periodico

Elisenda Colell

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Consecuencias de las intensas lluvias del<strong> temporal 'Gloria'</strong>. El Ayuntamiento de Girona teme que el caudal del río Onyar siga aumentando y pudieran aumentar si se mantienen las persistentes lluvias en las comarcas septentrionales de Catalunya y, sobre todo, ante la hipótesis de que se tuviera que abrir el embalse de Susqueda para desaguar, lo que conllevaría una crecida considerable de los ríos. La Agència Catalana de l’Aigua (ACA), no obstante, ya informó este lunes de que algunos pantanos se iban abriendo, pero de forma controlada para evitar episodios peligrosos. [Sigue las últimas noticias del temporal en Catalunya en directo.]

El caudal del río Onyar se ha estabilizado. La alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, ha avisado este miércoles de que el mayor riesgo de desbordamiento del río Onyar será a primera hora del miércoles, aunque ha añadido que no pasará según la previsión actual. "Nos debería preocupar", ha dicho sobre la posibilidad de que se desborde durante una rueda de prensa en Girona tras reunirse con el 'conseller' de Interior de la Generalitat, Miquel Buch.

Este martes el Onyar ha alcanzado los 535 metros cúbicos por segundo: "La dificultad es que si vuelve a venir un episodio similar, ya no partimos de cero". Ha añadido que si el cauce no disminuye muy rápido puede haber dificultades y ha detallado que han hablado con responsables de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) y ha explicado que un desbordamiento "ahora no estaría previsto, pero la meteorología es muy cambiante, no es una ciencia exacta, tendremos que estar sobre aviso".

Madrenas ha aplaudido la recomendación de la Generalitat de no abrir el miércoles las escuelas en varias comarcas de Girona, y ha explicado que en la ciudad darán la orden de que cierren: "Viendo que el episodio más grave podría ser a primera hora de la mañana, preferimos actuar con mucha cautela y no abriremos".

En las zonas más problemáticas el agua tendría que subir todavía más de un metro para afectar a las viviendas y establecimientos comerciales, lo que permite a los vecinos mantener la calma.

Rio Onyar a su paso por Girona

Rio Onyar a su paso por Girona / periodico

Esta mañana había 154 viviendas de la ciudad Girona en zona de riesgo. Los responsables de seguridad municipales han avisado a los vecinos y han comprobado en qué situación se encuentran las casas y sus residentes por si tienen que salir de forma apresurada en caso de emergencia. 

Los comercios se protegen

Los comercios del casco antiguo que dan al río han ido protegiendo el género y lo tapan con plásticos o lo guardan en sus almacenes, que algunos tienen en habitaciones resguardadas o en el primer piso. Una de las vendedoras, Maria Àngels, comenta a EL PERIÓDICO que ha vivido toda la vida en Girona y que este último episodio meteorológico no es el peor que ha visto. Desde su ventana ve el río Onyar, y asegura que otros años el agua estaba mucho más cerca de poder entrar por los ventanales. "Aún falta más o menos un metro y medio para que llegue", comenta con total tranquilidad. Aunque más vale prevenir que curar, y ella ha puesto la ropa que vende a buen recaudo. "Esta tarde aún no tengo claro si abriré", remata.

"Estamos acojonados"

"Estamos acojonados", dice Rosa Maria Pardo, propietaria de una tienda de productos para el hogar y decoración en la calle del Carme, que da al río Onyar, frente al Pont de l’Areny. "Estamos olvidados por el ayuntamiento. Esta calle, a la mínima que llueve se inunda; les hemos pedido que lo arreglen, y nada", se queja. En los últimos cinco años, el local se le ha inundado tres veces. "La última vez, en junio del 2017, se me llevó el coche, a mí y a ocho vecinos", dice Rosa Maria mientras recoge todos los objetos de la tienda y los protege con plásticos. "Si se desborda el río, podría ser mucho peor".

Algunos comercios del entorno de la plaza de Catalunya de Girona han protegido con maderas o ladrillos los ventanales y puertas para evitar que entre el agua. Uno de ellos es Casa Cacau, la bombonería que tienen previsto abrir los hermanos Roca y que todavía está en obras. "Hace dos años llovió tanto que el agua llegaba hasta la cintura en la plaza de Catalunya", explica Fátima Fernández, que hace cinco meses que regenta una cafetería frente a la plaza Catalunya. Temiéndose lo peor, ha cerrado su establecimiento y ha colocado maderas y plásticos en todas las puertas. "Esperemos que no sea nada", reza con las llaves en la mano y la luz ya apagada.

Alba Bosch, propietaria de una peluquería, recoge todos los productos durante la hora de comer y se prepara para bajar los plomos y cerrar la persiana. "Solo ha venido una persona en todo el día, los vecinos están asustados, hacía muchos años que no se llenaba tanto el río", explica la mujer.

En cambio, la veterana Nuri Marull, que regenta un kiosko junto al puente de piedra, está convencida que el Onyar no se va a desbordar. "Me preocuparé cuando vea como sale agua por las cloacas, el río esta muy bien canalizado", expone la mujer, convencida de que lo peor que puede pasar es que salga agua por algún inodoro. "Los veteranos como yo no tememos miedo, pero la gente joven sí se ha asustado", reconoce la quiosquera, que confirma que las calles del barri vell están desiertas. "No hay ni una alma, esto normalmente esta lleno de gente, tomando cafè en las terrazas y paseando". 

El flamante párking municipal, inundado

Lo peor que ha podido pasar es que el último párking municipal, inaugurado por el ayuntamiento recientemente detrás de la plaza del vi, se ha inundado. El segundo piso subterraneo está lleno de agua, y colman los coches. "Llevo cuatro horas aquí y solo hemos sacado un palmo de agua, no sé por donde entra el agua", comenta el operario, que llena la cisterna para expulsar el agua. 

"Llevamos 30 años viviendo aquí y nunca hemos visto el cabal del río tan alto", explica Pilar Nogué, una vecina de la calle de Santa Clara, que vive en un tercer piso que da al río. "Nosotros hemos sacado el coche del sótano por si acaso", explica temerosa.

Vaciar el sótano

Efraín García va vaciando los sótanos del local comercial que acaba de comprar en la calle dema Calderers. "Vine a sacar todos los objetos que tengo en el sótano por si a caso se inunda", aunque de lomento no ha entrado ni una gita de agua. "A cualquiera de los que tenemos sótano nos puede afectar", explica. Él esta tranquilo porque su local esta asegurado. Tampoco Ezequiel, un operario que arregla un local de la plaza de la Independència, ha visto entrar una gota de agua en su local. "Estaría bien parar las obras", dice risueño. Pero de momento, la normalidad les lleva a seguir trabajando con las obras. 

Dormir en la calle

Quien no tiene esta suerte es Osario, un joven guieano que duerme en la calle. "Estos tres días he dormido en la estación, pero estaba todo empapado", dice cabizbajo. Ahora se resguarda debajo del puente de la Renfe, esperando un vecino que le ha prometido ropa seca.

No cruzar por zonas inundadas

Protecció Civil ha pedido este martes a la población mucha precaución y que eviten acercarse a las riberas de los ríos Onyar y Daró. Además pide no cruzar zonas inundadas y no circular por puntos inundables.

Protecció Civil recomienda también evitar la movilidad fuera de los nucleos urbanos del Baix Empordà y el Gironès por riesgo de inundaciones. El aviso de extremar las precauciones en la movilidad desde primera hora de la mañana se centra sobre todo en las comarcas de Girona por las lluvias intensas y abundantes, pero se hace extensible a todo el territorio catalán por el temporal.

La Agència Catalana de l'Aigua alerta también de riesgo de desbordamiento en el Ter, ya que su caudal ha subido mucho pese a que aún no ha llegado el agua que está bajando del Onyar.