REVOLUCIÓN TARIFARIA

La T-Casual, la tarjeta T-Odio

Usuarios ocasionales del transporte público no ven con buenos ojos la desaparición de la T-10

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LAURA TOLEDANO ARENAS

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Aunque el billete sencillo sufrirá un aumento notable al pasar de 2,20 a 2,40 euros, la mayor polvareda levantada por la revolución tarifaria en los transportes públicos del área de Barcelonaha girado este miércoles en torno a la T-10 y a su sustituta, la T-Casual, que ha desatado las iras de muchos usuarios (sobre todo, ocasionales) por dos motivos: este bono será unipersonal y ya no se podrán hacer viajes en grupo (esa opción queda reservada a la T-Grup) y, además, su precio será un 11% más elevado que la T-10. En el caso de la zona 1, por ejemplo, costará 1,15 euros más (11 céntimos más por viaje), razón por la que más de un viajero, como en los 'memes' que este miércoles corrían por las redes, ya la odia antes de nacer.

"Me parece muy mal; ya es caro de por sí para tratarse de un servicio público como para que suban más el precio", comenta Joan Magriña, un estudiante de 18 años, en referencia al nuevo formato de la T-10. "Esto va a afectar a mucha gente de la ciudad", lamenta.

José Antonio Martínez, 53 años, introduce algunos matices. "Está bien que promuevan el uso de la T-Mes y de otros billetes bajando el precio, pero esta iniciativa podrían hacerla manteniendo la tarifa de la de 10 viajes. A muchas personas este cambio no les conviene", argumenta, y señala directamente a aquellos que se mueven por la ciudad en coche o bicicleta y que, en algunas ocasiones, escogen el transporte público para combatir el tráfico, el clima u otros factores que les impiden llegar a su destino.

"Suelo ir a pie a todos lados pero cuando he de ir a algún sitio alejado y no pueden llevarme en coche, compro una T-10 que luego le doy a mi hija, ya que yo la uso muy de vez en cuando y ella más, así se ahorra el comprar una ella. Claro, con este cambio cada una tendrá que comprarse la suya", lamenta Rosa María Arenas García. Ante este cambio afirma que se replantea el seguir utilizando esta tarjeta. "No sé el objetivo de este cambio, pero yo solo veo desventajas. No sé yo el futuro de esta tarjeta", finaliza Arenas. Como ella, otros usuarios se plantean si seguir usándola o no; en cambio, los fieles a la T-10 afirman tajamente que continuarán usándola aunque no estén del todo de acuerdo con las modificaciones. 

Pero no todo son quejas, ya que algunos celebran que se beneficie a aquellos que utilizan asiduamente el transporte público con la bajada de precio de billetes como la T-Mes (que pasará a nombrarse T-Usual y costará 40 euros) y la T-jove (que bajará de 105 a 80 euros). Sorprendida por la noticia, Clara Arnau, estudiante de 25 años, se alegra y define de "estupenda" esta rebaja ."Ahora no la utilizo, pero en un futuro empezaré a usar la T-Jove y estoy contenta con esta disminución del precio", aplaude.