CARGOS DE PROSTITUCIÓN Y ABUSO

El dueño de varios cines del Maresme acusado de abusos a menores alega "lagunas de memoria"

Durante la vista oral, el acusado ha rechazado todos los cargos, pero ha admitido conocer a los jóvenes, ya que, ha dicho, contrató a algunos de ellos como repartidores de publicidad para el Cine La Calàndria, ubicado en El Masnou

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Efe

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La Audiencia de Barcelona juzga desde este martes a un empresario acusado de abusar y prostituir entre 2007 y 2011 a siete menores, a los que contrató para repartir publicidad de sus cines, y por cuyos hechos la Fiscalía pide 43 años y tres meses de cárcel, así como una multa de 38.880 euros.

Durante la vista oral, el acusado ha rechazado todos los cargos, pero ha admitido conocer a los jóvenes, ya que, ha dicho, contrató a algunos de ellos como repartidores de publicidad para el Cine La Calàndria, ubicado en El Masnou, y el Foment Mataroní, en Mataró, pero ha recalcado que "nunca" les ofreció mantener relaciones sexuales por dinero.

"Es totalmente falso, es insólito, lo niego rotundamente. No tengo libido desde hace muchos años", ha señalado ante el tribunal antes de asegurar: "Vivimos en un mundo muy sexualizado pero jamás propuse nada". El empresario ha alegado así que padece desde hace tiempo una disfunción eréctil que le impide eyacular, un argumento que la fiscal ha tratado de desmontar, al interrogarlo sobre una sábana que la policía intervino en uno de sus cines y en la que se encontraron restos de semen.

En cuanto al lubricante que los agentes descubrieron en la misma sala de cine, donde había también un colchón, ha aseverado que lo empleaba para "limpiar las cintas" de las películas.

Por otro lado, el acusado, quien también ha dicho padecer lagunas de memoria debido al Parkinson, ha reconocido haber mostrado revistas pornográficas a uno de los menores, pero ha asegurado que no fue intencionado sino que se las encontraron mientras limpiaban el local.

Entre las explicaciones que ha ofrecido, algunas de ellas complicadas, también ha confesado que se mantuvieron relaciones sexuales en un domicilio de Sant Just Desvern al que llevó a dos menores y a una prostituta, pero ha garantizado que él no participó en esos actos.

Tras la declaración del empresario, que ha llegado al Palau de Justicia, sede de la Audiencia de Barcelona, con el rostro cubierto por un pañuelo, una gorra y gafas de sol, ha sido el turno de las víctimas, que lo han hecho a puerta cerrada.

Sin embargo, una de ellas, que ha sido citada como testigo, ha explicado que el acusado abusó de él y de su primo -otra de las víctimas- en reiteradas ocasiones desde que ambos tenían doce y trece años de edad y que les pagaba cantidades que fueron oscilando de los cien a los cincuenta euros. El juicio continuará el miércoles con las pruebas periciales y documentales.

Tres delitos de abuso sexual

El acusado, L.G.M., era propietario de varios cines de barrio, algunos de ellos parroquiales y ubicados en la comarca barcelonesa del Maresme, circunstancia que aprovechó para acceder a menores, a quienes ofrecía trabajo y de los que luego abusaba sexualmente.

La fiscal lo acusa de tres delitos de abuso sexual, dos de ellos continuados, seis delitos de prostitución y corrupción de menores y uno de exhibicionismo, por lo que solicita también el pago a las víctimas de 35.000 euros en concepto de responsabilidad civil y pide una orden de alejamiento de los jóvenes de al menos 1.000 metros.

Según el escrito del Ministerio Público, el acusado se aprovechó de al menos tres menores que había contratado en su cine para abusar de ellos mientras que en otros casos no llegó a mantener relaciones porque las víctimas rehusaron trabajar en el establecimiento a cambio de sexo.

El 'modus operandi' era generalmente el mismo: fichaba a los jóvenes, les ofrecía empleo y, pasado un tiempo les proponía incrementar sus ingresos a cambio de sexo, aunque otras veces también se lo proponía directamente, antes de que los menores comenzaran siquiera a trabajar en los cines.