Una familia se enfrenta a un hospital por la vida de una paciente terminal

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Patricia Martín

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La familia de María Teresa Blanco, que sufre una enfermedad neurodegenerativa llamada ataxia desde hace 20 años, que la impide tener autonomía vital, se ha enfrentado al hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, ante la negativa de los médicos a practicarle una reanimación en el caso de que entre en parada cardiorrespiratoria. Los hermanos de la paciente, con la asistencia de la asociación Abogados Cristianos, han llevado el caso ante la justicia, que ha dictaminado de manera cautelar que sí debe ser reanimada, ya que presenta una “evolución clínica favorable”, por lo que “no existe razón o justificación, estrictamente médica, o al menos no se expone en los informes remitidos por el centro hospitalario, para dejar de aplicar el tratamiento correspondiente en el momento en el que lo pueda necesitar”.

El auto es recurrible y el hospital tiene hasta el lunes para decidir si recurre la decisión judicial. Fuentes del centro sanitario subrayan que este caso no tiene nada que ver con la eutanasia y que la paciente está siendo tratada en las “mejores condiciones posibles”. Si bien, los facultativos han considerado que dado su estado terminal “la aplicación de otras técnicas agresivas o invasivas” como la reanimación no la beneficiarían y supondrían un “encarnizamiento terapeútico”. Y el Colegio de Médicos apoya esta decisión. “El código deontológico es clarísimo: no se puede aplicar ninguna medida que sea fútil cuando solamente no se genera ningún beneficio sino que además se puede producir un perjuicio al paciente como es alargar su agonía”, manifiestó el presidente de la comisión de deontología de la organización médica colegial. José Andrés Cambronero, intensivista jubilado del hospital cuestionado, es de la misma opinión. En declaraciones a este diario explica que la esperanza de vida de la ataxia es de 20 años, justo el tiempo que lleva padeciéndola María Teresa, con lo que a su juicio “no tiene sentido aplicar medidas médicas extraordinarias”.

La eutanasia

Por el contrario, la portavoz de la familia, la presidenta de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, aseguró este jueves que María Teresa lleva una “vida digna”, quiere “vivir”, está “estable” y tiene un “pronóstico de mejoría”, con lo que celebró que la justicia haya dado la razón a sus hermanos. La letrada aseguró que los médicos habían dejado de darles información y que les comunicaron que no practicarían la reanimación porque es “muy caro”.

Castellanos aprovechó el caso para mostrar su oposición a una ley de eutanasia. Según manifestó en declaraciones a los medios, si llega a despenalizarse, enfermos como María Teresa morirán en contra de su voluntad. Pero Cambronero, miembro del colectivo Derecho a Morir Dignamente, señala que mezclar este caso con la eutanasia “no tiene sentido”. Y es que el suicidio asistido es para pacientes que no pueden valerse por sí mismos pero que muestran o han mostrado su deseo de acabar con su vida. En su opinión, la situación debería servir, eso sí, para que cada vez más gente haga un testimonio vital, del que María Teresa carece y que podría haber clarificado la situación.