MUESTRA EN FOTO COLECTANIA

El drama del aborto clandestino

zentauroepp48066678 laia abril190508161940

zentauroepp48066678 laia abril190508161940 / periodico

Beatriz Pérez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A simple vista nada tienen en común una piedra, una percha, una bañera de agua caliente y unas escaleras. Todos estos elementos, sin embargo, han sido utilizados (y aún se utilizan en algunas partes del mundo) por mujeres que han abortado de manera clandestina porque en sus países no se reconoce este derecho. Mujeres que ponen en riesgo sus vidas y que, en muchos casos, la pierden: cada año unas 47.000 fallecen en todo el mundo por abortos fallidos. En la exposición <strong>'On Abortion: A History of Misogyny',</strong> que estará en Foto Colectania (paseo de Picasso, 14, Barcelona) hasta el 9 de junio, la artista multidisciplinar Laia Abril (Barcelona, 1986) documenta y conceptualiza los peligros y daños causados por no poder acceder al aborto de forma legal, segura y gratuita.

"Restringir el acceso al aborto es una forma de misoginia. Cualquier intento de control del cuerpo de la mujer es un acto misógino, como lo son también los controles de natalidad [en China, hasta el 2015, solo se podía tener un hijo por pareja; ahora dos]. Este acto misógino se convierte en sistémico cuando proviene de la instituciones", explica a EL PERIÓDICO Abril, que además es periodista de formación. Quizá por ello su exposión, con un carácter marcadamente documental, está basada en una meticulosa metodología de investigación mediante la cual la artista recurre al pasado para resaltar la larga y continua erosión de los derechos reproductivos de las mujeres, en todas las partes del mundo, hasta la actualidad.

"El aborto marca las agendas políticas más conservadoras; se utiliza como arma arrojadiza"

Laia Abril

— Autora de 'On Abortion: A History of Misogyny'

La muestra 'On Abortion' está formada por fotografías (tanto retratos como imágenes científicas), textos y audios (muchos en primera persona) que ponen el foco directamente en los estigmas y tabús en torno a esta problemática. "Inicialmente, cuando comencé este proyecto no había un capítulo específico del aborto. Pero cuando vi las cifras [las 47.000 muertes anuales por abortos clandestinos], me di cuenta de la urgencia de hablar de ello, de priorizarlo", cuenta Abril. "Vi los casos de mujeres en prisión [acusadas de feticidio], las maternidades forzadas -más difíciles de cuantificar, pero son muchísimas- y que el asunto se agravaba aún más en los países con las políticas más conservadoras. El aborto marca las agendas de los políticos conservadores, lo utilizan como arma arrojadiza".

En todos los países y religiones, millones de mujeres se ven privadas del aborto, por ley o por coerción social, y se ven obligadas a llevar sus embarazos hasta el final contra su voluntad. En eso consisten las maternidades forzadas. Algunas de estas mujeres son menores y víctimas de violación. Para muchas, el embarazo no es viable o les representa un riesgo para la salud. Aun así, no tienen otra opción que parir, puesto que cualquier intento de aborto puede ser criminalizado. Es el caso, por ejemplo, de KL, una peruana de 32 años (cuyo testimonio se recoge en 'On Abortion') que con solo 17 fue obligada a dar a luz a un bebé con anencefalia. El niño, al que la madre hubo de darle el pecho, murió a los tres días de nacer. Un juicio internacional en el 2015 dictaminó que a KL deberían haberle practicado un aborto.

Condones de pez o agujas de punto

La exposición de Foto Colectania muestra varias fotografías, acompañadas por textos explicativos, de métodos utilizados antiguamente para evitar el embarazo o bien abortar: condones de vejiga de pez o de tripa de oveja (tipos de preservativos que se utilizaban en el siglo XIX); duchas vaginales (hechas de un tubo fino y una bomba cilíndrica de metal), agujas de hacer punto (sí: este utensilio ha sido y es utilizado para provocar un parto prematuro, en países donde el aborto es ilegal, mediante su introducción punzante por el cuello del útero hasta llegar al saco amniótico del feto) o fórceps y espéculos (que abrían el cuello de útero  y que aún hoy se emplean en exámenes y operaciones ginecológicas rutinarias), entre otros.

"Todas estas metodologías tan físicamente duras me han hecho pensar qué nivel de desesperación debe de haber en la mujer para recurrir a ellas", explica Abril, quien reconoce que, aun así, lo que más le ha impactado es la "violencia obstétrica": esto es, los médicos que denuncian a mujeres que desean abortar, o que utilizan "prácticas crueles" (por ejemplo, operar sin anestesia) como forma de "castigo moral" hacia ellas por abortar. "Esto me impacta mucho más que lo que una mujer pueda llegar a hacer en un estado de desesperación".

Otra historia recogida en 'On Abortion': Sao Bernardo (Brasil), 2015. Una mujer de 19 años toma píldoras abortivas y poco después acude al hospital por unos dolores abdominales. Tras tratarla, su médico llama a la policía; los agentes la esposan a la cama y la obligan a confesar. En Brasil el aborto es ilegal en casi todas las circunstancias y se dan casos de doctores que rompen el código de confidencialidad denunciando a las mujeres que lo intentan. Algunas pacientes acusadas de intento de aborto permanecen detenidas en hospitales durante semanas e incluso meses.

La exposición de Abril en Foto Colectania recoge muchas y muy variadas historias. El sentido último de su trabajo es llegar a conectar con esas personas que están en lo que ella denomina una "zona gris": gente que pertenece a grupos religiosos, que tiene pensamientos más conservadores o que simplemente no es consciente de las repercusiones de no reconocer el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. "Restringir el aborto no reduce los abortos; hay el mismo número, pero más clandestinos. Y ello tiene como consecuencia la muerte de muchas mujeres", recuerda la artista barcelonesa.

'On Abortion', además de ahora en Barcelona, se ha expuesto ya en Francia, Eslovenia, Turquía, Italia, Finlandia, Inglaterra, Alemania, Australia, México e Irlanda, justo antes del referéndum que aprobó el aborto el año pasado. "En Irlanda no hubo ataques, pero sí cartas y quejas hacia las instituciones por permitir la exposición", cuenta Abril. El segundo de los tres capítulos que conformarán 'A History of Misogyny' será 'On Rape' (sobre la violación), que se presentará el próximo año en París. El tercero está aún por decidir.