CAMPAÑA DE LOS MOSSOS

Los comercios chinos, un blanco fácil para los ladrones

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Marta Alcázar

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Con cerca de 20.000 residentes, la comunidad china es la segunda nacionalidad extranjera más numerosa de Barcelona. También tiene una fuerte implantación en el conjunto de Catalunya. La mayoría están en contacto directo con los ciudadanos desde los mostradores de sus tiendas, bares y restaurantes. Y aunque sufren los mismos delitos que otros, el idioma y la desconfianza en la policía frenan a muchos chinos a la hora de denunciar. Reuniones con la comunidad o la entrada en sus grupos de chat son algunas de las vías que ideadas por los Mossos d’Esquadra para construir puentes con esta comunidad.

No existen estadísticas de denuncias por nacionalidad, pero la policía catalana reconoce las limitaciones de la comunidad china a la hora de acudir a la comisaría. “Muchos comerciantes chinos solo denuncian delitos mayores, como robos con fuerza, y cuando lo hacen tiene que venir una persona externa para traducir”, comenta Abel Gimeno, sargento de la Oficina de Relaciones con la Comunidad (ORC) de Nou Barris, en Barcelona. “Desconfían de la policía y de nuestro sistema judicial. Y les cuesta pedir ayuda por su aislamiento y carácter autónomo”, reconoce.

Joana Yeyé llegó hace 32 años años a Catalunya. Ha trabajado en distintos negocios de restauración y ahora regenta un bar en el distrito barcelonés de Nou Barris. Domina el castellano pero se reconoce entre los que desconfían del sistema judicial. “Cuando denunciamos, tenemos que dejar de trabajar para ir muchas veces al juzgado y a los pocos días el ladrón está libre”, explica. Jinlan Xu también tiene un bar en el mismo barrio. “La policía tarda mucho en venir cuando les llamamos”, lamenta. Aunque Xu lleva 17 años en Barcelona, tiene dificultades con el castellano y el catalán.

Ambas comerciantes creen que las bajas denuncias también se deben a una cuestión de carácter. “Muchos sienten vergüenza al denunciar. No quieren que los vecinos de rían de ellos. Solo cuando alguien explica que ha sufrido un robo, los otros reconocen que también les ha pasado”, explica Yeye. “También nos han explicado que en China conocen al agente de policía de cada calle. Eso no pasa aquí y les genera desconfianza”, comenta el sargento Gimeno.

Colectivo victimizado

La comunidad china es “un colectivo victimizado” según Gimeno. Son un blanco fácil en comercios, domicilios y en plena calle. “Los ladrones saben que llevamos dinero metálico porque trabajamos de cara al público”, cuenta Juani Huan, propietaria de un bar en la calle Ausiàs March del Eixample. Las recomendaciones policiales para evitar estos robos, como “invertir en equipos de seguridad y no tener dinero en casa”, no siempre se cumplen.

Muchos bancos bloquean las cuentas de clientes chinos cuando reciben dinero de origen no identificado. El desconocimiento de la comunidad para solucionar este trámite y las malas prácticas de algunos paisanos juegan en su contra. “Los bancos dicen que es por blanqueo de dinero pero somos familias con un negocio legal. Si alguien blanquea dinero, que lo investiguen a él”, denuncia Joana Yeyé. “Antes había comercios que no declaraban sus ingresos, pero ahora todos declaramos”, explica Juani Huan, propietaria de un bar en la calle Ausiàs March del Eixample y miembro de la Asociación de Voluntarios Chinos en España, que asesora a los recién llegados en el idioma o procedimientos administrativos. Con las cuentas bloqueadas, muchos chinos no pueden pagar sus facturas y mantienen el dinero al alcance del ladrón.

Los Mossos d’Esquadra mantienen charlas informativas con la comunidad en distintos distritos de Barcelona. Otra vía de comunicación es la red social Wechat, que en China ha desbancado a Whatsapp. “Tenemos un grupo de 70 comerciantes en Nou Barris y otro de 500 comerciantes de Catalunya”, comenta Joana Yeyé. La policía catalana ha accedido a ella recientemente. “Son un filón para establecer puentes y conocer su problemática. Informamos de una charla de seguridad puerta a puerta y la mayoría nos rechazaron. Joana lo publicó en los chats y vinieron muchos”, comenta el Gimeno. La comunidad se moviliza a través de la aplicación donde también comparten vídeos de robos captadas por sus cámaras de seguridad y alertan de delincuentes que merodean por los barrios.

Hurtos, billetes falsos y estafa en el cambio

Una treintena de comerciantes chinos participaron en la primera charla sobre seguridad que los Mossos d’Esquadra organizaron en Nou Barris a principios de diciembre. Con la ayuda de dos intérpretes y vídeos de casos reales, los agentes les aconsejaron sobre las nuevas modalidades delictivas. La Associació de Veïns de Nou Barris les cedió el espacio.