Otoño caliente

El sector público pone a Quim Torra contra las cuerdas

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Daniel G. Sastre / Beatriz Pérez / Gabriel Ubieto

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Los trabajadores públicos han salido a la calle para llevar su malestar a las puertas del Parlament. Sanitarios, profesores, estudiantes y administrativos de la Generalitat han confluido en una misma manifestación convocados por los sindicatos alternativos para denunciar la falta de recursos en el sector público, fruto de los recortes iniciados al principio de la crisis y no revertidos hasta la fecha.

A la espera del paro general de la función pública organizado por CCOO y UGT para el 12 de diciembre, las centrales minoritarias han señalado este jueves al Govern del 'president' Quim Torra. "Esquerra i PDECat, la paciència se'ns ha acabat", han gritado los trabajadores públicos durante la marcha que ha recorrido Barcelona, de plaza Universitat hasta las puertas de la Cámara Catalana.

El malestar ha adquirido más intensidad a través de la manifestación que por las huelgas sectoriales convocadas. Entre los trabajadores de educación, Ensenyament ha cifrado el seguimiento en el 11,6%. Y entre el personal de la administración, según la 'conselleria' de Polítiques Digitals i Funció Pública, el paro de dos horas ha sido secundado por el 1,2% de los empleados. 

Por su parte, el 75% de los médicos de la atención primaria, convocados por cuarto día consecutivo por el Sindicat de Metges de Catalunya (MC), han secundado los paros. Este jueves ha sido su última jornada de huelga, ya que han cerrado durante la tarde un acuerdo con el Institut Català de la Salut (ICS).

Mayor ha sido la participación de los trabajadores públicos en la manifestación que en las huelgas sectoriales. Según los organizadores ha concentrado entre 25.000 y 30.000 personas, cifra que la Guardia Urbana rebaja a 8.000 personas. El ambiente ha sido mayoritariamente festivo y sin incidentes.

Y al tercer día, Torra reaccionó

Tras tres días de aparente desconcierto, el Govern ha reaccionado este jueves a las protestas de médicos, profesores, estudiantes y bomberos, que han calentado el otoño por donde menos se esperaba Quim Torra. El 'president' había previsto una "movilización permanente" independentista que mantuviera el conflicto con el Estado; sin embargo, de momento son las manifestaciones de cariz social las que han tomado las calles, y sus reproches se dirigen hacia el Ejecutivo catalán.

Ante el incremento de las protestas –que el miércoles propiciaron escenas de tensión en las puertas del Parlament- y el mantenimiento de las huelgas, Torra se reunió entre el miércoles y el jueves con varios 'consellers' para intentar reconducir las negociaciones con los colectivos implicados, sobre todo con los médicos. La Generalitat distribuyó vía Twitter imágenes de los encuentros que mantuvo el 'president' con otros miembros del Govern, para tratar de combatir la imagen de inacción que había dado hasta entonces.

Las declaraciones de los últimos días de varios dirigentes independentistas, culpando al Estado de la situación de los servicios públicos –el diputado Eduard Pujol (JxCat) llegó a decir que las listas de espera sanitarias son "distracciones" del problema principal, que es la prohibición de celebrar un referéndum– no han convencido a la oposición. El PSC pidió la comparecencia parlamentaria del ‘president’ por haber estado "desaparecido" durante la crisis, en palabras de Miquel Iceta.

Ciudadanos relacionó los problemas de financiación del sector público con el "despilfarro" de la Generalitat en "locuras separatistas". Y el Gobierno, por boca de su vicepresidenta, Carmen Calvo, instó al ‘president’ a escuchar a los ciudadanos y dar respuesta a sus problemas. "Torra y el Govern tienen que gestionar Catalunya, que para eso gobiernan y para eso los eligieron", subrayó.

Torra reaccionó dirigiéndose en concreto a su vicepresidente, Pere Aragonès, para pedirle que se pusiera al frente de la negociación con el colectivo sanitario, según fuentes del Govern. El objetivo era terminar con la huelga que ha dejado a los centros de atención primaria bajo mínimos tras diez años sin apenas protestas en el sector, pero también tratar de implicar a los 'consellers' de ERC en la resolución de un conflicto heredado de los recortes sociales del primer Govern de Artur Mas.

El 'vicepresident' y 'conseller' de Economia y Hacienda asume estos días las competencias del área de Salut, por la baja de maternidad de la titular de la cartera, Alba Vergés. Aragonès se enfrenta estos días además a la búsqueda de socios para aprobar los Presupuestos de la Generalitat del 2019. Al acabar la reunión que mantuvo con representantes de los ‘comuns’ por las cuentas, afrontó con prudencia las reivindicaciones de los trabajadores públicos: "Solo llegaremos a acuerdos que podamos cumplir".

"Está bien salvar una huelga, pero es mucho más importante salvar los servicios públicos, por lo que nuestras medidas se asentarán sobre bases sólidas, para que dentro de algunos meses los trabajadores públicos puedan decir que hemos cumplido los compromisos", añadió Aragonès.