El genoma de los vertebrados

Un consorcio internacional que tiene como objetivo publicar una versión de buena calidad de los genomas de todas las especies de los animales vertebrados acaba de publicar los primeros 15. En algún momento estos científicos querrían poner a disposición de todos la información genética de las más de 60.000 especies conocidas de estos animales. Todo es empezar.

Hace más de 500 millones de años, los animales comenzaron a poblar todo el planeta. En ese período se produjeron cambios importantes en las poblaciones de animales como la aparición de los insectos y los vertebrados con su estructura ósea interna. Los primeros vertebrados fueron los peces. Sus descendientes salieron a la tierra firme, la poblaron con gran animales como los dinosaurios algunos de los cuales se pusieron a volar.

Hace unos 65 millones de años, los grandes reptiles sufrieron una gran extinción de la que se aprovecharon los mamíferos entre los que estamos nosotros. Poder disponer de la información de todos estos animales que han sobrevivido hasta ahora nos puede proporcionar una nueva visión sobre este proceso. La comparación de los genomas debería ayudar a explicar las diferencias entre estos animales de comportamientos tan diferentes.

Murciélagos, colibrís y tortugas

La labor es compleja pero un conjunto de investigadores americanos, ingleses y alemanes han decidido ir avanzando. Han comenzado por animales tan diferentes como los murciélagos, el colibrí, un par de tortugas, un pez volador o el ornitorrinco, todos ellos especies con características muy especiales que en el genoma pueden guardar su explicación. Han procurado también que sus resultados estén accesibles a todos y tengan niveles de calidad elevados para hacerlos útiles a quien los quiera analizar.

Las bases de datos de este gran proyecto nos proporcionarán algunas claves de la gran aventura de la vida sobre la Tierra. Que hayan comenzado por especies que podemos considerar exóticas es un testimonio del respeto que hay que tener para aquellos animales que han encontrado un lugar propio en el gran árbol de la vida.