LA REFORMA DE LA FORMACIÓN PROFESIONAL
España mira a Alemania para dar impulso a la FP dual
Aunque estudió bachillerato y aprobó la selectividad con una nota más que aceptable, Johanna no dudó en matricularse en un ciclo de formación profesional (FP) dual antes de ir a la universidad. Escogió hacer un curso de Técnico Comercial y Mercantil y ahora, ya graduada de su ciclo formativo, se dispone a proseguir sus estudios universitarios de Psicología Económica (lo que en España vendrían a ser Recursos Humanos). “Siempre he pensado que, aunque al final también fuera a la universidad, tener una formación complementaria de carácter práctico, como esta, era muy interesante y me abría puertas en el mundo laboral”, explica la pragmática joven, de 21 años, que en junio terminó en el centro formativo que la multinacional Bertelsmann tiene en Gütersloh (Renania del Norte-Westfalia), en el oeste de Alemania.
Johanna formaba parte de una clase con estudiantes de distintas procedencias académicas. “Los que previamente han cursado bachillerato, que en este caso son mayoría y que completan esta FP en unos dos años, y los que llegan aquí directamente desde la secundaria obligatoria, que son, por lo tanto, más jóvenes y que necesitan tres años y medio en alcanzar el nivel”, detallaba el pasado abril Marius Dies, el tutor del grupo. Los alumnos acudían al centro de Bertelsmann dos mañanas a la semana, “seis horas cada vez”, precisaba el docente. Las otras 39 horas semanales del curso las realizaba cada estudiante en la empresa, bajo la tutela de un trabajador que previamente ha sido capacitado como formador.
Un sueldo medio de 870 euros mensuales
En Alemania, la FP dual, que cuenta con una regulación propia desde 1969, es el modelo de éxito al que muchos le atribuyen el hecho de que el paro juvenil en ese país sea inferior al 7% (en España supera el 36%). Allí, como Johanna y sus compañeros, cada alumno tiene un contrato laboral como aprendiz, “asciende a un promedio de 870 euros al mes”, precisa Clemens Wieland, director de proyectos de la fundación Bertelsmann,
El modelo alemán de formación profesional dual es el que España ha escogido como referencia para la implantación de estos estudios, previstos en la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE), pero aún muy incipientes en la mayoría de comunidades autónomas. Su despliegue será, según ha anunciado la nueva ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celáa, una prioridad del mandato del gobierno de Pedro Sánchez.
Uno de los retos de este impulso pasará, no obstante, por armonizar las distintas modalidades de FP dual que ya funcionan en España y que el pasado curso 2016-2017, el último del que hay datos oficiales del Ministerio de Educación, alcanzó los 24.000 alumnos, lo que supuso quintuplicar la cifra del 2012-2013. Esta modalidad, agrega el ministerio, se impartió en casi 650 centros educativos y participaron 10.000 empresas. El País Vasco y Catalunya son las autonomías que, de momento, han implicado a un mayor número de alumnos y de compañías.
Con todo, esos 24.000 alumnos siguen siendo una cifra insignificante frente a los casi 817.000 estudiantes de distintos cursos formativos que hubo en España aquel mismo año. “El problema es que, hasta ahora, no se la ha dotado de los recursos suficientes”, lamenta Eduard Requena, portavoz del área de FP en el sindicato CCOO en Catalunya.
Es la empresa la que elige
En ninguna de las comunidades en las que funciona este sistema se produce uno de los elementos claves del modelo alemán: allí, son las empresas las que tienen la iniciativa en el proceso de selección de los estudiantes. “Un joven que quiere especializarse, por ejemplo, en Mecánica de Vehículos Agrícolas puede venir aquí, a nuestra empresa, y solicitar el ingreso en nuestra formación profesional”, explica Wilhelm Wolters, de la fábrica de tractores Claas, en Harsewinkel, también en Renania del Norte-Westfalia. La compañía recibe cada año varios centenares de solicitudes, muy por encima de la capacidad de sus talleres para aprendices.
Los jóvenes candidatos han de superar unas pruebas de selección, tanto académicas como prácticas y vocacionales (estas últimas, a través de entrevistas personales y actividades en grupo) antes de ser reclutados. Este agosto, por ejemplo, ingresaron en Claas 60 nuevos aprendices, que se sumarán al grupo de más de 300 que ya están en la factoría. Muchos de ellos se quedarán a trabajar en la misma empresa. “Yo llegué aquí por tradición familiar”, cuenta Maxim Markmann, un muchacho de poca palabras, nacido en una granja cercana a la fábrica. Su padre y su abuelo han trabajado también en Claas y su hermano menor aspira a empezar como aprendiz el próximo curso.
Cuando terminan, es un organismo de evaluación externo (hay uno en cada estado federal, para hasta 330 especialidades distintas en todo el país) el que examina a los alumnos y les declara aptos o no. "Eso implica que, de rebote, las empresas acaben poniendo más interés si cabe en la formación de sus aprendices, porque, al final, también se les está evaluando a ellas", subraya Wieland. De su éxito en estos exámenes, depende que el año siguiente tengan mayor o menor demanda de nuevos aprendices.
El 68% de los estudiantes alemanes que cursan una FP dual consiguen un empleo en la misma compañía en la que se han formado. En España, pese a que cerca la tasa de inserción laboral es también elevado (del 70% en Catalunya), solo el 0,4% de los estudiantes sigue esta opción frente al 17% de media de los países de la OCDE.
Una asignatura pendiente en Catalunya
<span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">El modelo de la FP dual en Catalunya se encuentra todavía en un estado embrionario, tal como constata un reciente </span><a href="https://www.elperiodico.com/es/economia/20180724/recomendaciones-ccoo-mejora-fp-dual-catalunya-6958702" style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;" target="_self">estudio del sindicato CCOO de Catalunya</a><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">. Si bien el número de alumnos, con un total de</span><strong style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;"> 10.007 estudiantes matriculados el curso 2017-2018</strong><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">, se duplicó respecto al año anterior, su peso en el mundo formativo catalán, el </span><strong style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">8,5% del total de 116.949 catalanes</strong><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;"> que se decidieron por cursar una FP, es aún residual. Y, en teoría, el objetivo de la Generalitat es que en el 2025 un </span><strong style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">tercio del total del alumnado</strong><span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;"> en Catalunya curse estudios de FP dual.</span>
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