Víctimas y expertos urgen al Gobierrno a acelerar la ley contra la violencia en la infancia

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Patricia Martín

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Las víctimas y expertos, que por fin ven en el horizonte la posiblidad de que se cumplan sus demandas y España alumbre una ley pionera en la protección de los niños que sufren violaciones, no quieren que el proyecto se quede en un cajón del Congreso, como tantos otros, por la falta acuerdo. Por ello, unieron este viernes sus voces para exigir al Ejecutivo de Pedro Sánchez que acelere al máximo su elaboración, con el fin de que la anunciada ley de violencia contra la infancia vea a luz esta legislatura. 

El Consejo de Ministros estudió el pasado viernes, antes de que estallara el 'caso Montón' y la ministra dimitiera, el primer borrador, y la entonces ministra de Sanidad, Carmen Montón, se comprometió a remitir el proyecto a las Cortes en el segundo trimestre del 2019, después de un amplio periodo de consultas. Y su sucesora, María Luisa Carcedo, ha mostrado su apoyo a la norma. 

Pero para el pianista James Rhodes o la activista Vicki Bernadet, víctimas en su infancia de abusos sexuales, no es suficiente. Ambos, junto Save the Children, otras oenegés y la Asociación Española de Pediatría, reclaman a Sánchez que dé luz verde al anteproyecto como muy tarde en enero, para que así dé tiempo a que sea aprobado definitivamente antes de un posible adelanto electoral. Rhodes se reunió recientemente con el presidente y le trasladó personalmente esta petición. El jefe del Ejecutivo le recibió después de que el músico publicara una carta en 'El País' en el que relataba los abusos sexuales que sufrió, en su infancia, en el Reino Unido. 

Sangrados anales

Rhodes revivió este viernes, con dificultades, visiblemente afectado, aquel horror, en una rueda de prensa: "Cuando era niño sufrí violaciones durante mucho tiempo y como otros niños, no hablaba pero daba muestras como nerviosismo o sangrados. No quería ir al gimnasio donde el profesor de boxeo me violaba y no ocurría nada, me enviaban allí [...] Hoy ocurriría lo mismo pese a los sangrados anales, me volverían a enviar a la escuela [...] Y ese señor sigue en mi cabeza, cuando me acuesto con mi novia, cada mañana cuando me levanto [...]. Yo no quiero estar en esta puta silla dentro de dos años, cinco o diez, necesitamos ya esa ley". 

Rhodes urgió a los partidos a trabajar codo con codo: "No es un tema político, sino humano y humanitario", aseveró. La petición no es baladí porque aunque hay consenso en torno a la necesidad de aprobar la norma, y así lo solicitó el Congreso el año pasado, en otras materias donde también hay un acuerdo genérico, como en la lucha contra la violencia machista, las diferencias partidistas lastran los avances. 

Los fallos del sistema

El director de Save the Children, Andrés Conde, ofreció una fotografía cuantitativa del problema. El año pasado se interpusieron 4.211 denuncias y esta cifra es "solo la punta del iceberg", dado que, aunque se calcula que el 70% de los niños acaba revelando su situación, sólo el 15% de los casos se transforma en denuncia y de estas solo un 30% llega a juicio. El problema es que la única prueba de cargo es el testimonio del menor, que no se considera suficiente. Estos datos demuestran, en su opinión, que "el sistema falla estrepitosamente". 

Dio buena cuenta de ello Concepción Sánchez, presidenta de la Asociación de Pediatria, quien denunció que los médicos carecen de protocolos y de un sistema de coordinación que les permita actuar rápidamente, cuando tienen sospechas de algún abuso o alguna familia acude a ellos en busca de ayuda.