Singapur ha ejecutado a diez reos en los últimos tres años, según AI

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Singapur, una pequeña y próspera ciudad-Estado de 5,6 millones de habitantes, ha ejecutado a diez reos acusados de asesinato o narcotráfico en los últimos tres años, indicó hoy la ONG Amnistía Internacional (AI).

En un informe titulado "Cooperar o morir", AI señala que solo en 2016 fueron ejecutados cuatro prisioneros, mientras que muchos reos en el corredor de la muerte son pequeños traficantes.

La ONG reconoce que, tras las reformas legales de 2013, el número de condenas de muerte se han reducido, aunque aún lo considera insuficiente y critica que la decisión dependa más de la fiscalía que del juez.

"A Singapur le gusta mostrarse a sí mismo como un modelo de prosperidad y progreso, pero el uso de la pena capital exhibe un flagrante desprecio por la vida humana", dijo en un comunicado Chiara Sangiorgio, experta de AI en la pena de muerte.

"El país usa leyes duras que se dirigen sobre todo contra los acusados por drogas en el escalafón más bajo, muchos de los cuales proceden de entornos desfavorecidos", agregó Sangiorgio.

AI asegura que la mayoría de los condenados a muerte por drogas fueron sentenciados por la posesión de relativas cantidades de narcóticos.

Con la reforma de 2013, los condenados por drogas pueden librarse de la pena capital si colaboran con la justicia, pero la decisión compete a la fiscalía y no al juez y se realiza sin transparencia, de acuerdo con la ONG.

El Gobierno singapurés defiende la pena de muerte como una medida disuasoria contra el narcotráfico y los asesinatos para mantener el país seguro, pero AI alega que diversos estudios, incluidos algunos de la ONU, demuestran que la amenaza de la pena capital no es más disuasoria que otras medidas como la condena perpetua.