LOS EFECTOS DE LA CRISIS EN LA EDUCACIÓN
Joan Seguí: "Frustra ver lo lejos que está la universidad del mundo laboral"
Este estudiante de Biotecnología es también técnico de laboratorio en el Institut de Salut Global de Barcelona
María Jesús Ibáñez
Periodista
Redactora en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA desde el año 2002. Especialista en Alimentación.
MARÌA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA
Las semanas que quedan de curso van a ser un auténtico esprint final para Joan Seguí, alcoyano de 28 años, que -si la cosa no se tuerce- terminará este junio el grado de Biotecnología en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Cinco asignaturas le quedan para sacarse el título. “La verdad es que ha sido una carrera larga, porque empecé a trabajar desde el primer curso y eso me ha obligado a ir administrando los esfuerzos”, explica con la perspectiva que da estar a punto de poner fin a tantos años de desvelos.
Joan empezó como becario en el laboratorio de un hospital, luego fue contratado y pasó a un centro de investigación de células madre y, más tarde, se incorporó al Institut de Salut Global, vinculado al Hospital Clínic de Barcelona, donde trabaja ahora estudiando parásitos de distintas enfermedades tropicales, como la malaria o el chagas.
“Lo más complicado de mi trabajo es cumplir el horario, porque una investigación de este tipo no se termina nunca, no sabes cuándo parar”, dice. Y, por si no fuera suficiente en su vida entre libros, probetas, ordenadores y microscopios, su trabajo se distribuye entre tres laboratorios distintos, separados a cierta distancia los unos de los otros. “Tengo que planificarme muy bien, organizarme con cierta antelación, para poder hacer además las prácticas que me piden en la facultad”, comenta el joven.
ENSEÑANZA DESFASADA
En esas prácticas, al menos, ¿lo tiene más fácil que otros después de tantos años en laboratorios? “En realidad, las prácticas son a veces frustrantes, porque al conocer el mundo laboral veo lo alejado que está de él la universidad”, responde. “En alguna ocasión me han explicado técnicas que se utilizaban hace 10 o 15 años, que ya no tienen nada que ver con lo que se está haciendo ahora”, precisa. Sí le ha valido la experiencia y la soltura que tiene en el manejo del instrumental para que, algún año, algún profesor le ofreciera un puesto como ayudante de prácticas.
Su familia nunca le pidió que trabajara. “Pero en casa oí muchas veces a mi padre comentar que cuando ya encontrara un empleo, él se jubilaría... Así que, en cuanto tuve la oportunidad, empecé a trabajar. Y él se jubiló por fin”, cuenta. Aun así, confiesa, sus padres le están ayudando con algo de dinero porque los 800 euros que ingresa no le llegan a final de mes. “Las universidades tendrían que ayudarnos más, debería estar previsto algún tipo de programa para que pudiéramos compatiblizar ambas actividades”, reclama Joan.
- El de la Policía Nacional para los robos en las viviendas: "Si los ves, no toques nada
- Comprobar si mi número de La Grossa de Sant Jordi 2024 tiene premio
- ¿Dónde se baila en Barcelona a partir de los 40 años?
- El primer gran 'beach club' de Barcelona abrirá en junio: así será su oferta
- Alerta de la Policía Nacional sobre una estafa que puede afecta a miles de personas
- Un juzgado de Barcelona concede una incapacidad absoluta a una vendedora con fibromialgia y agorafobia
- El mensaje que manda Hacienda tras devolver el dinero de la renta
- Lleida acumula en pocas horas la lluvia caída en más de dos años