Nueva riña entre Barcelona y Madrid a cuenta de La Sagrera
CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / MANUEL VILASERÓ / BARCELONA / MADRID
La convocatoria oficial era a las 17.45 horas, pero antes, justo después de comer, Ada Colau y Josep Rull debían recibir a Julio Gómez-Pomar para compartir casco y peto amarillo durante una visita a las obras de la estación de La Sagrera. El secretario de Estado de Infraestructuras, sin embargo, a las 12.15 horas ha alegado "motivos de agenda" para no acudir a la cita con la alcaldesa y el 'conseller' de Territori i Sostenibilitat. Y claro, si los flancos ayuntamiento-Generalitat y Gobierno ya estaban a la greña por este asunto, ahora, tras la espantada de este martes, la cosa está un poco peor.
La atención a los medios posterior para valorar la situación se ha anulado a iniciativa del consistorio, según fuentes municipales. Se hará, si no hay contraorden, la semana que viene, el día 7, cuando está previsto que el representante estatal sí acuda al consejo de administración de Barcelona Sagrera Alta Velocidad, que él mismo preside y cuya convocatoria solicitaron tanto Territori como el gobierno local. Sobre el encuentro previsto para este martes, fuentes de Fomento aseguran que Gómez-Pomar "no había confirmado si podía ir". El ayuntamiento, en cambio, asegura que la visita se ha cancelado este mediodía y que Fomento en ningún momento les dijo que todo dependía de la confirmación final del secretario.
Colau se reunió en septiembre con la ministra de Fomento, Ana Pastor. A la salida, la líder de Barcelona en Comú compartía su contenida satisfacción, pues había arañado el compromiso de "reanudar el ritmo" de los trabajos en la estación para que la obra pudiera estar terminada, a mucho tardar, en el 2020. Ocho meses después no se ha avanzado prácticamente nada. Lo único que ha variado ha sido el nivel de cabreo de las instituciones catalanas. Y la licitación de la arquitectura de la terminal. La estación en sí, las paredes, el techo, los cimientos..., ya está adjudicada, pero el dinero no llega. Y ese es el problema. Por ahora, lo único que está prácticamente terminado es la enorme losa colocada sobre la capa freática y sobre la cual debe levantarse el edificio.
CICATRIZ URBANA
Basta con observar Barcelona desde el espacio para darse cuenta de la magnitud de la cosa. Junto con Glòries, Las obras de La Sagrera aparecen como un inmensa cicatriz urbana, un corredor de cuatro kilómetros entre el puente del Treball y el Nus de la Trinitat sobre el que está previsto generar un parque que cosa dos zonas de la ciudad tradicionalmente separadas por el ferrocarril.
El proyecto se recortó a instancias del PP, que redujo la cuantía en 150 millones de euros. Para cubrir los 650 millones de euros previstos, se añadió durante el mandato de Xavier Trias la construcción de un centro comercial de 22.000 metros cuadrados cuyo promotor debía aportar 310 millones de euros. Por el momento, tal y como está la cosa, con la incertidumbre del calendario, ninguna empresa se ha interesado en firme.
Fomento ya transfirió a Adif 225 millones de euros con cargo a la disposición adicional tercera del Estatut, pero los billetes no se han destinado a La Sagrera, sino a otros menesteres dependientes del gestor de infraestructuras. Así las cosas, por el momento, la cuantía invertida en la obra asciende a 85 millones, según cálculos municipales.
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