El incendio de miles de toneladas de neumáticos lanza una nube tóxica sobre Seseña

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MANUEL VILASERÓ / SESEÑA

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Si la macrourbanización de ‘El Pocero’ en Seseña se convirtió en un símbolo de los delirios de la burbuja inmobiliaria, el gigantesco cementerio ilegal de neumáticos situado enfrente lo será de la incuria medioambiental de las administraciones. Tras más de una década de advertencias de los ayuntamientos y los ecologistas sobre el peligro de un incendio catastrófico, las llamas han prendido la madrugada de este viernes causando una enorme columna de humo tóxico sin que nadie se atreva aún a pronosticar cuándo podrán extinguirse. Entre "varios días y una semana", ha aventurado el gobierno de Castilla La Mancha. 

La suerte ha evitado de momento consecuencias entre la población. El viento dominante del noreste se ha llevado la nube lejos de la capital de España. Debido a la baja intensidad del aire, el humo ha subido además a la suficiente altura para afectar únicamente al barrio de El Quiñón, el nombre con el que se bautizaron las 40.000 viviendas de ‘El Pocero’.

EL ÉXODO

El riesgo para las personas con problemas pulmonares ha llevado al Ayuntamiento de Seseña a ordenar a los habitantes de este barrio no salir de sus casas y más tarde ha desalojado a 1.000 de sus vecinos instalándolos en pabellones deportivos. Todos los que tenían una posibilidad de realojarse en casa de familiares o amigos ya se habían adelantado. El ambiente se hacía más irrespirable a cada hora que pasaba y muchas casas estaban sin luz porque han ardido varios cables de alta tensión, lo que obligó también a cortar la autopista de peaje R-4 (Madrid-Ocaña), que separa el barrio del vertedero de neumáticos. 

Desde El Quiñón se dieron las primeras voces de alarma poco después de la una de la madrugada. Carmen cuenta que creía que "había un accidente en la R-4". "Nos hemos acercado y cuando hemos visto las llamas, nos hemos asustado muchísimo. No hemos podido dormir en toda la noche. Algún día tenía que pasar", sentencia. Su opinión la comparten todos en el barrio y lo han reconocido incluso las autoridades. El vertedero era un polvorín a punto de explotar.

INTENCIONADO

Los responsables de los equipos de extinción coincidieron en que todo apunta a que el fuego ha sido intencionado. No hay aún datos concretos para afirmarlo con rotundidad. Solo la evidencia de que es muy difícil que unos neumáticos impregnados de agua por los aguaceros de la última semana hayan prendido espontáneamente de noche. El fuego empezó, además, en una esquina, no por el centro.

Este tipo de fuegos son complicados de extinguir. Los derivados del petróleo que componen los neumáticos pueden seguir en combustión incluso sin oxígeno durante varios días. Cuatro helicópteros antiincedios han arrojado agua desde que ha despuntado el día. Pasado el mediodía se han unido a ellos dos avionetas del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente después de que Castilla La Mancha elevara a 2 el nivel de alerta, pero el fuego seguía activo. 

 "El agua no lo apaga pero consigue enfriar los neumáticos hasta que están por debajo de la temperatura de combustión", ha contado Luis Villaroel, jefe de los bomberos de la Comunidad de Madrid. El mayor empeño de los equipos de extinción se ha concentrado en abrir un cortafuegos con excavadoras para separar la zona del incendio del resto del cementerio. Lo han conseguido a primera hora de la tarde, pero ya solo quedaba un 25% sin afectar.

12 CAMPOS DE FÚTBOL

Algunos consideran el cementerio de Seseña el mayor de Europa en su categoría. Es difícil de saber, pero es seguro que es el más grande de España. Su extensión es de casi 12 hectáreas, una superficie equivalente a otros tantos campos de fútbol con neumáticos acumulados hasta una altura equivalente a un edificio de siete plantas. En total, más de 100.000 toneladas de residuos tóxicos que habían llamado incluso la atención de la opinión pública británica a raiz de un reportaje publicado por 'The Guardian' el año pasado.

El despropósito arrancó con un pequeño vertedero de ruedas autorizado en el año 2000 por la Junta de Castilla La Mancha. El empresario incumplió la licencia al invadir los terrenos colindantes y no reciclar. Las sanciones e incluso las condenas penales (fue sentenciado a tres meses de cárcel) lo llevaron a la quiebra. Otro empresario se quedó con la finca y ya ha recibido multas por valor de 600.000 euros y está en paradero desconocido. El vertedero de ruedas creció tanto que una parte, el 27%, pertenece ya a la Comunidad de Madrid, lo que ha complicado las negociaciones que desde el 2012 mantienen las administraciones para dar con una solución.

PREACUERDO TARDÍO

El consejero de Agricultura de Castilla La Mancha ha explicado que ya existía un preacuerdo de los dos ejecutivos regionales con el ministerio para que la empresa pública Tragsa se hiciera cargo de la instalación. La mayor parte de los residuos eran reciclables.

El material de los neumáticos se emplea, por ejemplo, para asfaltar carreteras. El restante se iba a incinerar en cementeras con los filtros necesarios para minimizar la contaminación. Demasiado tarde. Ahora, han explicado, deberán analizar qué se puede hacer con los restos de la combustión.

Los efectos del incendio en el medioambiente están por evaluar. Depende de lo que dure, pero millones de partículas tóxicas se han esparcido por la atmósfera y el agua empleada en la extinción y la lluvia anunciada para las próximas horas pueden contaminar el subsuelo, según ha advertido Ecologistas en Acción. Por el momento no ha sido necesario atender a nadie con problemas respiratorios.