Toni M. Mir: "Imaginé que era Dakota Johnson la que cantaba"

Si nos lo cruzamos por la calle no sabríamos decir quién es, ¿verdad? Pero este verano muchos silbarán su canción. Toni M. Mir (Barcelona, 1974) es el compositor del tema de Vale, el corto que Alejandro Amenábar ha rodado para una popular marca de cerveza. Llevamos días viendo el tráiler por la tele

-ese relato estival tan hipster protagonizado por Dakota Johnson y Quim Gutiérrez-, pero mañana se estrena la versión íntegra.

-Qué rabia ser tarareado y no jaleado, ¿no?

-En esta ocasión la gente se quedará con la voz de Maïa Vidal, pero es normal. Estoy acostumbrado. La verdad es que no me interesa el artisteo. Prefiero poder estar detrás de muchas cosas y llevar una vida plácida con mi pareja y mis hijas.

-¿Cómo le llegó este encargo tan goloso?

-En abril me llamó el director creativo de Estrella Damm, Oriol Villar, y me propuso componer la música del corto. Me hizo mucha ilusión. Al cabo de una semana ya estaba trabajando con Amenábar.

-Él es compositor. ¿Duro de pelar?

-Nos entendimos muy bien. Coincidimos en el enfoque. Es una comedia sobre la amistad, el verano, los recuerdos.

-¿Se obsesiona con desafíos así?

-A veces la gente me habla y no escucho porque estoy dándole vueltas al camino a seguir. Es como hacer el esbozo de un cuadro. Siempre llevo encima el iPhone preparado por si viene la idea. En el caso de la canción de Vale, tenía que ser acústica, fresca, con algo repetitivo que el espectador pudiera guardar en la memoria y un punto mono. Desde el principio imaginé que era Dakota Johnson la que cantaba.

-¿La había visto en 50 sombras de Grey?

-No, no. Y mejor así.

-Este no es el único anuncio al que ha puesto música.

-He hecho cientos. En estos momentos están emitiendo en televisión los de Casa Tarradellas, Tampax, Decathlon, McDonald's. Y ahora estoy componiendo el tema de las rebajas de El Corte Inglés.

-Guau. ¿Cómo ha llegado hasta aquí?

-En casa había un piano y de pequeño me pasaba horas tocando, hasta que mi madre me dijo si quería hacer clases. Estudié y me examiné en el Liceu, y más tarde hice guitarra, jazz y tuve grupos de pop y rock. Pero me di cuenta de que lo mío era la composición para imágenes.

-¿Y eso?

-Cuando iba al cine, la música ayudaba a que la historia me llegara. Hace 20 años entré en prácticas en el estudio Audioclip, y un día en que no se salían con el tema del helado Pirulo, de Miko, me dijeron que lo intentara yo y el resultado les gustó.

-¿Cómo logra que un tema de 30 segundos se adhiera al cerebro?

-Lo importante es escuchar la intuición. Sentir la música sin el prisma musical. Debe primar la emoción. Intentar sorprender.

-¿Eso cuesta?

-A veces sí. Pero siempre hay un ángel que, cuando estás atascado, aparece.

-Ángel aparte, el suyo es un trabajo solitario.

-Bastante, sí. Necesitas un piano, las guitarras y los ordenadores. De este modo incluso he puesto música a dos películas independientes de EEUU.

-De Ciutat Vella a la meca del cine.

-Barcelona podría ser el Los Ángeles de Europa. Tiene condiciones para crear industria, pero falta voluntad. Yo de momento no me muevo de aquí. Me gustaría hacer música para películas que me llenen. Me lancé en el 2001 con la banda sonora de Faust 2.0 de La Fura y fue muy chulo. Ahora estoy componiendo para la película Ciudadano ilustre, de los argentinos Mariano Cohn

y Gastón Duprat.