Espido Freire: «El misterio, el ejemplo, el símbolo»

Qué Teresa queremos? Su vida parece un laberinto de espejos; en el centro se encuentra su arrolladora personalidad, su exhortación a la acción: si nadie lo hace, ¿por qué no yo? Otras mujeres vivían la religión a su manera, incluso desde la pobreza. Pero no estorbaban a las autoridades como ella, no hablaban, no arrastraban a sus propias hermanas y a los monjes, no escribían. Obedecían.

La segunda imagen poderosa es la de su uso de la palabra para estructurar el pensamiento: en poemas místicos, en coplillas divertidas, a través de ese Yo que intenta explicarse, a la desesperada, lo que siente (esas visiones), lo que piensa y cómo lo interpreta, incluso contra la Inquisición. Las Teresas escritora, filósofa, teóloga, reformadora, corresponsal, comparten el humor, su pasión por el lenguaje y su revolucionario uso del mismo.

¿Qué Teresa sigue? La mente aguda, práctica, abrumadoramente sensata, capaz de medir riesgos y de mantener 17 sedes de su Fundación, a una edad avanzada. Las cartas y las mulas eran los únicos medios de comunicación. Esa emprendedora que administraba la herencia de su padre, los legados y donaciones de los patrocinados y que delegaba en mujeres fuertes, carismáticas y de orígenes muy diversos.

¿Qué Teresas faltan? La joven coqueta, la seductora intelectual, la amiga fiel pero exigente, la visionaria extática, la mujer más famosa de Ávila, la santa que atrae vocaciones 500 años más tarde, la doctora de la Iglesia. El misterio, el ejemplo, el símbolo.

'Para vos nací'

Espido Freire

Ariel

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