Gente corriente

Oriol Montañés: "Si tienes que trabajar, hazlo en cosas que te gustan"

Fue cocinero en restaurantes de cocina de autor. Es 'botiguer' de perfumes de autor.

«Si tienes que trabajar, hazlo en cosas que te gustan»_MEDIA_1

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CATALINA GAYÀ

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Entro; la tienda es como un frasco de perfume, preciosa, cuidada, personal. Sale Quico, un perrito, mueve la cola. Oriol atiende a una clienta. Ella pide un perfume; sabe muy bien qué busca. Seguramente en su entorno será la única que lo tenga, que huela de esa manera. La tienda es de perfumes de autor y es producto de una de esas reinvenciones y apuestas personales tan del sigo XXI.

-Una periodista, Lucía, y un cocinero, Oriol, que montan una tienda de perfumes de autor en el Raval barcelonés. ¿Cómo nace el proyecto?

-Cuando descubrimos este tipo de perfumería, perfumes de autor, se convirtió en un hobby… Hace tres años teníamos muchas ganas de montar algo, un negocio, y decidimos hacer de nuestro hobby nuestro trabajo.

-Lo montan a finales del 2011. ¿Es una opción arriesgada en plena crisis?

-Fue una decisión muy meditada. Y pensamos que o lo hacíamos en ese momento o no lo haríamos. Además, no fue un salto al vacío; teníamos un plan b. Si no funcionaba, yo podía seguir trabajando como cocinero, siempre puedo regresar, y Lucía sigue con lo suyo.

-¿De dónde le viene la pasión por los perfumes?

-En una de las cocinas en las que trabajé, el pastelero era muy fan de este tipo de perfumería. Había trabajado en Francia, y ahí hay mucha cultura de perfumes de autor. Él se ponía un perfume particular que yo no reconocía, pero nunca decía de dónde lo había sacado o qué era. Supongo que de ahí. La verdad es que este es un mundo que te atrapa.

-Y en la cocina era…

-¿Yo? Cocinero. Trabajé en varios restaurantes de cocina de autor. Hacíamos catas de especias. ¡Las especias es lo primero que reconozco de un perfume!

-¿No extraña los fogones de autor?

-No, porque sigo cocinando. Quizá añoro el ritmo frenético de la cocina [Silencio]. Para mí, ser cocinero es un estilo de vida, llevaba muchos años cocinando y necesitaba un cambio. Quería hacer otras cosas. [Otro silencio] Se puede decir que llegué a la cocina como profesión porque antes era un hobby. Me encantaba cocinar y me dediqué a ello como profesión durante ocho años. La verdad: puede sonar muy bucólico, pero si tienes que trabajar, tienes que hacerlo en cosas que te gustan. Mis hobbies han sido mis profesiones. Quizá sea muy ñoño.

-Más bien es muy afortunado. ¿Cree que ya apostamos por los cambios como sociedad?

-Yo creo que sí y que esto ha cambiado en los últimos años. Es decir, antes tenías una profesión y parecía que esta sería para toda la vida, pero parece que ahora la gente está más abierta a probar cosas.

-¿Qué nos explican los perfumes y los jabones del siglo XXI?

-Hay diferentes tipos, pero muchos nacen de viajes y hay otros que son creaciones de personas que antes no se dedicaban a la perfumería y que, por varias circunstancias, ahora se dedican a ello. Es curioso, porque en estos perfumes notas mucho la huella del perfumista.

-¿En qué sentido?

-En las materias primas. Notas mucho quién es el autor que hay detrás.

-¿Es gente que también se reinventa?

-No todos, no puedo generalizar, pero sí, hay gente que viene de otros mundos: publicistas, técnicos de sonido, un químico… Y ahora se dedican a la perfumería.

-Y en Les Toppettes entra...

-Gente curiosa y otros que entran buscando marcas que tenemos, sea gente de aquí o turistas. Estos preguntan por marcas locales. Estamos a menos de 100 metros del Macba y del CCCB.